La Vanguardia

Fútbol, ruido y una Copa

El Barça busca el título por cuarta vez consecutiv­a para acariciar el doblete

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

Un estadio nuevo para un escenario clásico, el del Barça jugándose la final de la Copa del Rey en Madrid en medio de polémicas extradepor­tivas. Porque, a regularida­d en esta competició­n y en la Liga, nadie le gana al conjunto blaugrana en los tiempos modernos. En el Metropolit­ano, esta noche, ante el Sevilla, el equipo barcelonis­ta persigue su cuarto título consecutiv­o en el torneo, algo que nunca ha logrado en su historia. Levantar el trofeo hoy pondría al Barcelona en el alféizar del octavo doblete de su vida, teniendo en cuenta que la Liga está al caer. Puede saber a poco tras el tremendo varapalo de la Champions pero las oportunida­des están para aprovechar­las y no para lamentarse por lo que pudo haber sido y no fue. En otra cita marcada, más si cabe que en anteriores temporadas, por el contexto político, con acciones reivindica­tivas preparadas por algunos colectivos de seguidores barcelonis­tas, habrá que estar muy atentos también a todo lo que sucede en las graderías y en los aledaños del estadio. Porque es muy probable que esa otra final arranque a las 21.27 horas con los acordes del himno de España y termine muchos días después que los 90 o 120 minutos de juego.

Inevitable que en esta situación empantanad­a entre España y Catalunya lo deportivo se mezcle con lo ambiental y con el procés porque si algo permite el fútbol es erigirse en un altavoz perfecto para proclamar lo que cada uno crea oportuno.

Desligándo­se de ese complejo entorno, los protagonis­tas del terreno de juego intentarán hacer su trabajo. Para los pesos pesados blaugrana es una costumbre disputar esta final. No así para su entrenador. Ernesto Valverde quiere inaugurar su casillero de títulos con el Barcelona y lograr su primera Copa del Rey tras perder la final con el Athletic en el 2015 en el Camp Nou. El tiempo dirá, si hay éxito ante el Sevilla, si este trofeo fue el primero de muchos de una época o no.

Lo que está claro es que a jerarquía no le gana nadie al Barcelona en el torneo, aunque si algo tiene

este Sevilla de Vincenzo Montella es veneno en duelos directos. Lo demuestra su irregular temporada. Capaz de perder con cualquiera en la Liga pero también de eliminar al Atlético en la Copa y al Manchester United en la Champions, de hacer sufrir al Bayern y de superar en el juego al Barça, que no en el resultado, en el duelo de hace unas semanas en el Sánchez Pizjuán (2-2).

Ese día Valverde tuvo que recurrir de urgencia a un Leo Messi tocado para que acudiera al rescate y empatara en el último suspiro. Esta vez los cracks saldrán de inicio tras descansar en bloque en el último partido en Vigo.

De hecho del desastre romano sólo se prevén dos modificaci­ones, la de Cillessen, el portero de la Copa, y la de Coutinho, que entraría por Semedo. Necesita el Barça para ganar que su fútbol recupere alegría, frescura y también solidez. Acumulan los blaugrana seis partidos encajando goles, al contrario de lo que ha ocurrido en la fase troncal de la temporada. Si el Barcelona no comete errores y contiene los contragolp­es del Sevilla tendrá mucho trabajo hecho porque últimament­e al equipo de Valverde le llegan muy fácil al área. En ese esquema de partido, con un Barça compacto, será más probable que aparezca Messi, que anda taciturno desde el partido en Roma y que también necesita dar un aldabonazo sobre el terreno para animarse.

Tendrán que poner los azulgrana cabeza, piernas y alma para que el partido no se descontrol­e aunque el Sevilla, que lleva siete partidos sin vencer, no tenga en la dinamita su principal virtud. Sí, en cambio, brilla en la carrera y en un buen centro del campo, donde manda Banega, y Sarabia y Vázquez pisan el área con frecuencia.

Una victoria barcelonis­ta le permitiría alzarse campeón del torneo por trigésima vez y le otorgaría su sexta Copa en propiedad. No será como la Champions pero si el Barça ha mantenido un buen tono durante nueve meses sería una pena que se dejara vencer por la melancolía. Un título siempre es una alegría.

LA ILUSIÓN DEL TÉCNICO

Para los pesos pesados ya es costumbre jugar esta final, pero Valverde quiere su primer éxito blaugrana

OCASIÓN PROPICIA

El revés de Roma no tiene remedio, pero el Barça tiene la oportunida­d de culminar un buen trabajo

UN RIVAL PELIGROSO

El Sevilla, irregular al máximo, ha eliminado esta campaña al Atlético y al Manchester United

 ?? ÀLEX GARCIA ?? FINAL DE LA COPA DEL REY
Lionel Messi, en el centro de la imagen, disponiénd­ose a golpear un balón con la cabeza, ayer en Sant Joan Despí
ÀLEX GARCIA FINAL DE LA COPA DEL REY Lionel Messi, en el centro de la imagen, disponiénd­ose a golpear un balón con la cabeza, ayer en Sant Joan Despí
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