A este lado del muro
Valverde ensalza una Copa con la que puede quitarse el sambenito de poco ganador
Vino de más allá del muro –concepto de Juego de tronos que él mismo acuñó– y en algunos momentos, por algunas alineaciones y ciertos sistemas, a Ernesto Valverde se le ha achacado ser un recién llegado a un grande. Si esa mentalidad le ha pesado en este su primer año en el Barcelona, hoy puede quitarse de encima el sambenito de que a su palmarés le faltan títulos, aunque los ganase en Grecia (tres ligas y dos copas) y en el Athletic (una Supercopa).
La final de Copa de hoy no tiene nada que ver con la del de la Copa del 2015. Entonces dijo que ganarla era un milagro para los vascos. Ahora es todo lo contrario. Parece que está casi obligado a levantar el trofeo. Se da por seguro. “Ganar en el Barça es una obligación: ganar la Copa, la Champions, la Liga o la Supercopa. Eso es así en los grandes. Es posible que la gente te
cuelgue el cartel de favorito pero precisamente nosotros venimos de una situación en que todo el mundo ya estaba pendiente del siguiente paso cuando aún no habíamos dado en el anterior”, dijo en referencia a Roma, sin querer mentar la bicha.
Hay quien asegura que al ánimo de Valverde le ha pasado factura la eliminación de la Champions. “Yo le veo como siempre, con las mismas ganas y las mismas bromas”, desmiente Ivan Rakitic. Aunque evidentemente un poco de inocencia se perdió en el Olímpico. “No existe ningún culé que no haya estado triste después de Roma. Hasta mi hija pequeña que no entiende nada ha estado triste. Pero hay que pasar página”, reconoce el croata.
Si no está triste, al Txingurri sí que le ve consecuente en la semana más importante de la temporada ante la posibilidad de cerrar un doblete y quiso ensalzar la Copa. “Quizás llegar muchos años a la final desvirtúa a ojos de fuera, pero para los de dentro sabemos que es una final y que la Copa no es poco. Que los jugadores tengan varios títulos de este calibre no significa nada. También tienen muchas ligas y no significa que no le den valor. Los títulos se valoran sobre todo cuando se pierden”, reveló el pensamiento del vestuario. Él sabe de lo que habla. “Yo ya he jugado una final europea contra el Sevilla y he perdido”, recordó la UEFA 2007 en Glasglow con el Espanyol.
Está claro que Valverde no quiere confianzas y que respeta mucho al Sevilla. Y puso como ejemplo el reciente partido de Liga en el Pizjuán en el que el Barça empató con dos goles en el 88 y el 89. “Le echamos casta al final para empujarlos a su campo pero sufrimos mucho. El equipo que estuvo más cerca de la victoria fue el Sevilla. De hecho, considero bueno que sufriéramos mucho contra ellos porque así somos conscientes de la dificultad y de que tenemos que estar a nuestro nivel”, avisó. Pero sin querer imaginarse lo que pasaría mañana si no consigue su primer título con el Barça. “Supongo que el sol seguirá saliendo por el este y se pondrá por el oeste”, desdramatizó.
El técnico, que ya vivió los silbidos al himno del 2015 en el Camp Nou, no sospecha que una posible pitada pueda acarrear una sanción al club.“No se ha hecho hasta ahora y no creo que suceda”, zanjó. Más irónico se mostró cuando le preguntaron por la pubalgia, que según se dice en Argentina, padece Leo Messi. “La verdad es que no había visto nunca un diagnóstico a tantos kilómetros de distancia”. Con el crack no se bromea y menos justo antes de una final.