La Vanguardia

Nadal nos hace grandes, pero no sufrimos rafadepend­encia”

Albert Costa, director del torneo

- RAMÓN ÁLVAREZ BARCELONA

Cumple diez años al frente de un torneo que ha podido disfrutar tanto de jugador como de director. Se queda, posiblemen­te, con su etapa en las pistas. Básicament­e porque era más joven y pudo disfrutar de lo que es ganar este título. Un lunes, por cierto, a causa de la lluvia. El tiempo es ahora lo único que escapa de su control. Aunque, asegura, hará bueno.

Diez años y parece que fue ayer. ¿Se le han hecho cortos?

Cortísimos, porque el tiempo pasa muy rápido y porque trabajar para este torneo es muy gratifican­te. Es uno de los mejores del mundo, con mucha historia. Y he tenido la suerte de poder configurar unos cuadros fenomenale­s. Y, por su puesto, tener a Rafa Nadal, que de estos diez años ha ganado siete el torneo. He tenido mucha suerte, puedo sentirme un afortunado.

Es una década en la que el torneo se ha transforma­do. Logística y organizati­vamente, la evolución es especialme­nte notable. Hemos trabajado mucho para agotar todas las posibilida­des que nos da el club. Ampliando gradas y elevando dobles carpas en el village hemos crecido lo que hemos creído que debíamos crecer y todo

lo que hemos podido. Haciendo auténticas maravillas. Es mérito de ingenieros e instalador­es. ¡Y sin quejas! La gente sale del torneo muy contenta, jugadores, patrocinad­ores y público.

Crecer más es imposible y se supone que tampoco es un objetivo...

Estamos muy contentos de ser quienes somos y de adonde hemos llegado. Somos uno de los ATP 500 más reconocido­s y competimos con ciudades como Pekín o Dubái, que tienen más recursos y más posibilida­des. Somos diferentes y nos hemos convertido en un referente en tierra batida. Tratamos de mejorar cada año, pero no queremos perder nuestra identidad. Hablar, como se ha hablado a veces, de un Masters 1.000 sería un proyecto diferente, desvirtuar­nos.

Se suele decir que éste es el torneo de Rafa Nadal, que juega en casa.

No vamos a negarlo: cuando está Rafa hay más audiencias y vendemos más entradas. Pero un año que no estuvo vivimos una gran final entre Verdasco y Soderling que fue un gran éxito y los dos años de Nishikori también lo fueron y la pista estuvo llena. Tenemos claro que si está Rafa nos va muy bien, pero este torneo tiene 66 años de historia y en muchos de ellos no ha estado.

No hay, pues, rafadepend­encia.

Nadal está aquí en su casa y le agradecemo­s siempre que vuelva. Pero tampoco le ponemos un cuadro fácil. Aquí ha ganado diez veces como lo ha hecho en Roland Garros y Montecarlo y como segurament­e hará en Roma. Nadal nos hace grandes, pero no sufrimos rafadepend­encia, porque este torneo tendrá que seguir adelante.

No le cuesta mucho convencerl­o, ¿verdad?

Él siempre tiene el Godó en su calendario y viene encantado.

¿Y al resto? ¿Cómo consigue usted armar cuadros tan completos?

Conocer a muchos como los conozco ayuda. El cuadro de este año es espectacul­ar y no descarto alguna sorpresa más de última hora (ayer se confirmó la presencia de Djokovic). No nos podemos quejar: tenemos cinco top ten, a todos los jugadores españoles, muchos de la nueva generación... qué más podemos pedir.

Y a Feliciano López, que bate un nuevo récord de participac­iones.

Con Feli he perdido la cuenta. No se cansa de nosotros.

Una gran competició­n y un gran acontecimi­ento social. ¿Cómo lleva lo de alternar las pistas con el ‘village’? Está claro que ese es uno de nuestros signos de identidad que sólo te lo encuentras en algunos torneos. Es una combinació­n extraordin­aria entre un evento deportivo y social. Mire, gracias a eso hemos conseguido llevar el tenis a mucha gente que con otro formato quizá no habría venido. Tanto a empresas, que descubren su potencial, como a sus clientes, que disfrutan de nuestro deporte como no lo habían hecho antes.

Conocía el Godó como jugador. ¿Desde dentro es como imaginaba? ¿Qué expectativ­as tenía cuando dio el sí a dirigirlo? El primer año estaba medio perdido y muy preocupado por todo. Sabía lo que quería, pero no cómo llevarlo a cabo. Fue básico confiar en el equipo que tengo desde entonces. El Godó no me ha defraudado en absoluto. Al contrario: es una gran experienci­a de vida.

¿La tradición pesa?

Para nada. Más allá de la logística, este torneo no va a cambiar de filosofía en los próximos años. No debe hacerlo. No sé lo que puede pasar dentro de dos décadas, pero yo asumí la responsabi­lidad de mantener un torneo de tierra de referencia en uno de los clubs con más historia del mundo.

La tierra, ese elemento cada vez más extraño en el tenis.

Confío absolutame­nte en que la gira europea de tierra seguirá como ahora. La sudamerica­na es otra historia porque tampoco tiene la misma tradición. Roland Garros nos marca y la arcilla forma parte de la historia del tenis.

UN DÉCADA COMO RESPONSABL­E

“El Godó es uno de los mejores torneos del mundo. Trabajar aquí es muy gratifican­te”

MANTENER LA TRADICIÓN

“Asumí la responsabi­lidad de mantener un torneo de tierra de referencia y de club y eso no va a cambiar”

 ?? CÉSAR RANGEL ?? El líder. Albert Costa conoce bien lo que es
el Godó como jugador y, desde hace ya una década, como
director. En este periodo ha conseguido dar la vuelta al torneo sin renunciar
a su esencia
CÉSAR RANGEL El líder. Albert Costa conoce bien lo que es el Godó como jugador y, desde hace ya una década, como director. En este periodo ha conseguido dar la vuelta al torneo sin renunciar a su esencia

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain