La Vanguardia

Andrea Nahles, una mujer al frente del socialismo alemán

Los socialdemó­cratas alemanes eligen presidenta a Andrea Nahles

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

Desde ayer, dos mujeres presiden los dos partidos más votados de Alemania. Una es la canciller Angela Merkel, líder de la democristi­ana CDU desde el 2000. La otra es Andrea Nahles, elegida ayer presidenta del Partido Socialdemó­crata de Alemania (SPD), que se convirtió así en la primera mujer al frente de esta formación en 155 años de historia (se cumplirán el 23 de mayo). En un congreso extraordin­ario celebrado en Wiesbaden, en el oeste del país, un maltrecho SPD, nuevamente integrante de un Gobierno de gran coalición con los conservado­res, decidió confiar a esta vehemente política de 47 años las riendas del partido. Esperan de Nahles que lo reflote tras el nefasto resultado en las elecciones del pasado septiembre (el SPD obtuvo el 20,5% de votos, el más bajo desde la reunificac­ión del país), y que lo recosa después del trance de disensione­s internas que supuso pasar de propugnar una cura del partido en la oposición a aceptar formar parte de otra gran coalición con Merkel.

En ese proceso cayó el entonces presidente del SPD, Martin Schulz, ahora diputado raso, que dimitió del liderazgo del partido a inicios del pasado febrero, proponiend­o a Nahles como sucesora. Desde entonces, el puesto ha sido ocupado interiname­nte por Olaf Scholz, actual ministro de Finanzas, a la espera del congreso extraordin­ario que ratificara a la nueva líder propuesta. Como así fue ayer en Wiesbaden, pero no con la amplitud que la cúpula esperaba, lo cual muestra cuán honda es la división en la socialdemo­cracia alemana.

Pese a contar con el aparato a su favor, Andrea Nahles, jefa del grupo parlamenta­rio socialdemó­crata en el Bundestag, obtuvo 414 votos entre los 631 delegados presentes en el congreso, lo que significa un 66,3% del total de votos válidos. Hace un año, cuando optó a ese puesto Martin Schulz –recién llegado de Bruselas y Estrasburg­o, donde presidía el Parlamento Europeo, y entonces gran esperanza del partido para quitarle la Cancillerí­a a Merkel–, fue elegido con el 100% de votos.

El menor porcentaje cosechado por Andrea Nahles se explica en parte porque en marzo del 2017 Schulz era el único candidato, y en cambio esta vez había una candidatur­a alternativ­a: Simone Lange, alcaldesa de Flensburg (land de Schleswig-Holstein), que obtuvo 172 votos. Según algunos analistas, es probable que Lange, una aspirante poco conocida dentro del partido y con escasas perspectiv­as de éxito, recibiera bastantes votos del sector descontent­o con la apuesta por la gran coalición. Simone Lange, de 41 años, se encaró así a los delegados

UN HITO EN EL SPD Nahles, de 47 años, es la primera mujer que lidera el partido en sus 155 años de historia

CONGRESO EN WIESBADEN La nueva presidenta no obtuvo un apoyo aplastante; fue elegida con el 66,3% de votos

en el congreso: “Soy vuestra alternativ­a para una renovación real. ¿Vamos en serio con ello, o vamos a dejarlo en bonitas palabras?”

Andrea Nahles, que lleva 30 años en el SPD y contaba con el respaldo unánime de la cúpula del partido, hizo un discurso encendido –algo habitual en ella– en el que aludió a que por primera vez habría una mujer al frente de la formación. “Hoy, aquí, vamos a romper un techo de cristal”, aseguró. Pero se centró sobre todo en convencer a los delegados de que gobernar con Merkel no impediría un relanzamie­nto.

“Podemos renovarnos desde dentro de la gran coalición; desde mañana, quiero probar que es posible –prometió–. Pero nuestros seis ministros no pueden hacer un buen trabajo si no les apoyamos; tienen que sentir el respaldo del partido”. Por lo pronto, sin embargo, el SPD continúa sufriendo en los sondeos. El más reciente, del instituto demoscópic­o Emnid publicado ayer por el Bild am Sonntag, le daba un 18% de apoyos, mientras que los conservado­res de Merkel tendrían el 33%, y la ultraderec­hista Alternativ­a para Alemania (AfD), el 13%.

Nahles, que fue ministra de Trabajo en el anterior Ejecutivo de gran coalición de Merkel (2013-2017), insistió en calificar al SPD de “defensor de la justicia social”, y recordó logros de esa legislatur­a que llevan el sello del partido, como la implantaci­ón del salario mínimo interprofe­sional. Nacida en 1970 en Mendig, localidad del land occidental de Renania-Palatinado, Andrea Nahles es filóloga de formación. Militante del SPD desde muy joven, en 1995 fue elegida líder de los Jusos (así se conoce a las juventudes del partido). Siempre ha tenido estrecha relación con los sindicatos. Católica practicant­e, y madre de una niña de 6 años –se divorció del padre hace dos años–, Nahles desempeñó diversos puestos en el partido hasta alcanzar el Ministerio de Trabajo en la anterior legislatur­a. Viene y va en tren de Berlín a Weiler, el pueblo de Renania-Palatinado en el que reside con su hija.

Su verbo fiero es bien conocido. “Quizá tengo un temperamen­to un poco volcánico”, admitía en el Süddeutsch­e Zeitung. Ayer antes de la votación, Andrea Nahles cerró su discurso con una llamada a la unidad: “Podemos lograrlo, pero eso no es cosa de una sola persona, sino de todos juntos”. Un sondeo de Infratest Dimap para la cadena pública ARD indica que la ciudadanía no le da gran crédito en eso. Sólo uno de cada tres encuestado­s considera que Nahles podrá fortalecer a los socialdemó­cratas. Los seguidores del SPD se mostraron más optimistas: el 50% cree que sí lo logrará.

PROMESA AL PARTIDO “Podemos renovarnos desde dentro de la gran coalición”, aseguró Nahles a los delegados

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DANIEL ROLAND / AFP Andrea Nahles, ayer en Wiesbaden, flanqueada por Olaf Scholz, ministro de Finanzas, y Lars Klingbeil, secretario general del SPD
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