Un manifiesto en Francia pide reformar el Corán
Trescientas personalidades denuncian el antisemitismo
Trescientas personalidades francesas publicaron ayer un manifiesto sin precedentes, en el diario Le Parisien, en el que denunciaron el creciente antisemitismo en Francia y también el islamismo radical, principal causa de los ataques a ciudadanos judíos durante los últimos años. El aspecto más novedoso y provocador del texto fue la petición a los teólogos musulmanes para que declaren obsoletos los versículos del Corán en los que insta a perseguir y matar a los judíos, cristianos y otros infieles.
El manifesto fue suscrito por políticos de primera fila, entre ellos el expresidente Nicolas Sarkozy y el ex primer ministro Manuel Valls, cantantes (Charles Aznavour y Françoise Hardy), actores (Gérard Depardieu), filósofos (BernardHenri Lévy y Alain Finkelkraut) y también personajes del mundo económico y figuras musulmanas.
La iniciativa está llamada a generar debate y polémica. Plantear la supresión o la declaración como obsoletos de versículos del Corán puede ser considerado como un brindis al sol, dado que el islam no dispone de una autoridad central y superior equivalente al Papa para la Iglesia católica. Los promotores del manifiesto argumentan, precisamente, que el islamismo debería tomar modelo de decisiones católicas sobre los judíos como las tomadas en el Concilio Vaticano II. “Esperamos que el islam de Francia abra la vía –afirmaba el texto–. Pedimos que la lucha contra este fracaso democrático que es el antisemitismo se convierta en una causa nacional antes de que sea demasiado tarde, antes de que Francia ya no sea Francia”.
La dura toma de posición contra el antisemitismo ha surgido como consecuencia de los graves hechos de los últimos años, una decena de muertes atribuidas al odio contra las personas de fe hebrea. Uno de los casos más graves fue el de Sarah Halimi, una mujer de 65 años que, en abril del año pasado, fue golpeada salvajemente y luego lanzada desde un edificio. Hubo indignación en la comunidad judía por el hecho de que la justicia tardó más de diez meses en admitir que había sido un acto de antisemitismo. El pasado 23 de marzo, Mireille Knoll, una anciana enferma, de 85 años, murió apuñalada en su domicilio. Luego los presuntos asesinos prendieron fuego a su piso. Este homicidio fue tratado desde el principio como acción antisemita, aunque no está del todo claro el móvil de los autores. Uno de ellos era vecino y amigo de la víctima.
Las comparación que hace el manifiesto entre el antisemitismo y la islamofobia puede resultar controvertida. Se dice, haciendo un cálculo estadístico, que los franceses judíos tienen 25 veces más posibilidades de ser atacados que sus compatriotas musulmanes. Se habla, por tanto, de una “depuración étnica” que no puede tolerarse “en el país de Émile Zola y de Clemenceau”. El manifiesto lamenta el excesivo silencio mediático sobre esta situación y lanza asimismo una severa acusación contra la extrema izquierda francesa. “Al antisemitismo de extrema derecha se suma el antisemitismo de una parte de la izquierda radical que ha encontrado en el antisionismo la excusa para transformar a los verdugos de los judíos en víctimas de la sociedad”, asegura el manifiesto. Esta equiparación entre antisionismo o las críticas a la política de Israel y antisemitismo puede levantar ampollas.
El debate sobre los valores republicanos, el laicismo y la convivencia entre el Estado y las religiones está muy presente en Francia. El presidente Emmanuel Macron promueve esta discusión. Algunos –entre ellos incluso su aliado Manuel Valls– discrepan de algunas estrategias de Macron porque consideran que socavan la tradición republicana de separación total entre fe y Estado. El presidente se ha aproximado a la Iglesia católica y quiere intentar promover una transformación del islam francés para hacerlo compatible con los valores republicanos. La propuesta del manifiesto de anular versículos del Corán entraría quizás en esta línea, pero Macron no se ha atrevido a ser tan concreto ni ir tan lejos.
El texto pide declarar obsoletos los versículos del texto sagrado que incitan a matar a judíos y otros infieles