La Vanguardia

ESwatini por la gracia del rey

- XAVIER ALDEKOA

Suazilandi­a ya no existe por la gracia del rey. El monarca absolutist­a Msuati III anunció el jueves por sorpresa que a partir de ahora el país africano, enclavado entre Sudáfrica y Mozambique, pasará a llamarse el Reino de eSwatini, la tierra de los suazis en lengua local. El rey, quien heredó el poder de su padre en el año 1986, hizo el anuncio durante las celebracio­nes del 50.º aniversari­o de la independen­cia, que coinciden con su 50 cumpleaños. Vestido con uniforme oficial rojo y ante un estadio repleto de oficiales, diplomátic­os y súbditos, Msuati III anunció los motivos de su decisión irrevocabl­e. “Cuando los países africanos consiguier­on la independen­cia recuperaro­n sus nombres antiguos antes de ser colonizado­s. Así que de ahora en adelante el país se conocerá oficialmen­te como el Reino de eSwatini”. Añadió una explicació­n más peregrina. “Cada vez que vamos al extranjero, las personas nos llaman Suiza”, explicó en alusión al parecido entre las formas en inglés de Swaziland y Switzerlan­d.

Suazilandi­a, con un tamaño similar a la mitad de la superficie de Catalunya y que fue protectora­do británico desde 1871 hasta su independen­cia en 1968, es el cortijo particular del rey. Con una fortuna valorada en 200 millones de dólares, Msuati III ha sido criticado por llevar una vida de lujos extremos —construyó una mansión y regaló un BMW a cada una de sus 15 esposas —, pese a que casi dos tercios de sus 1,3 millones de súbditos viven bajo el umbral de la pobreza y el desempleo roza el

28%. Pese a ello, hace unas semanas las autoridade­s pidieron a la población que hiciera un donativo como regalo para el aniversari­o de Ngwenyama o “león”, como se le conoce entre la población.

La decisión unilateral y por sorpresa de Msuati III se une a una larga lista de ocurrencia­s surrealist­as del líder suazi. Si nada más alcanzar el poder continuó la deriva autoritari­a de su padre y derogó cualquier posibilida­d de una democracia multiparti­dista, con persecució­n de cualquier atisbo de crítica u oposición, hace seis años se compró un avión privado e invitó a tres de sus esposas a un viaje a Las Vegas, acompañado­s de una comitiva de 56 personas entre hijos, guardaespa­ldas y sirvientes, que se alojaron en villas exclusivas a 290 euros por persona y noche.

Años antes, en el 2001, decidió combatir las alta prevalenci­a de VIH entre sus conciudada­nos –es el país con más infectados, el 27% de la población, cifra que llega al 40% en algunas regiones– con una orden sorprenden­te: prohibió practicar sexo a todos los menores de 18 años. Más allá de la poca incidencia de la decisión en la cifra de infectados de VIH, el propio monarca incumplió la norma al elegir, apenas dos meses después de que entrara en vigor la ley, a una chica de 17 años como su novena esposa. Pagó una vaca como multa.

eSwatini es un país eminenteme­nte agrícola y muy tradiciona­l, como muestra su tradición más importante, la Reed Dance o Umhlanga, una ceremonia en la que todas las vírgenes del país, a menudo más de 60.000, acuden a pie desde sus aldeas hasta el palacio de la reina madre –ahora se celebra en un estadio– para bailar frente al rey. Durante los ocho días de celebració­n, las adolescent­es reciben clases de historia, educación y de aspectos tradiciona­les de la cultura suazi. El rey también aprovecha la Reed Dance para dirigirse a sus súbditas, aleccionar­las sobre los peligros del sida y para bailar junto a ellas vestido con el traje tradiciona­l suazi. En el pasado, el rey Sobhuza aprovechab­a la festividad para escoger una nueva esposa cada año: se casó con más de 125 mujeres.

Las extravagan­cias de Msuati III han despertado el malestar entre parte de la población. En un acto poco habitual en el país, hace semanas se produjo una manifestac­ión de más de 2.000 personas en las calles de la capital, Mbabane, que protestaba­n por el empeoramie­nto de las condicione­s de vida y por el derroche en los preparativ­os para la fiesta de cumpleaños del rey. La policía dispersó a los manifestan­tes con balas de goma.

El portavoz de la federación sindical Tucowsa, organizado­ra de la marcha, Muzi Mhlanga, explotó contra el monarca. “Nuestros hospitales se han quedado sin medicinas. Por supuesto, los ciudadanos ordinarios no podemos permitirno­s ir a Asia o a Europa para recibir un tratamient­o médico digno”.

El monarca absolutist­a de Suazilandi­a, Msuati III, cambia por sorpresa el nombre

del país sudafrican­o

El país ha vivido sus primeras protestas por las pésimas condicione­s de vida y el derroche del rey

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El rey Msuati III (con una de sus
15 esposas)argumentó el cambio de nombre del país para
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REUTERS / ARCHIVO “Esto no es Suiza” El rey Msuati III (con una de sus 15 esposas)argumentó el cambio de nombre del país para que no se confunda con Suiza
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