La Vanguardia

Así cayó el médico que violaba a su hija

Policía Nacional y Mossos d’Esquadra crearon un grupo conjunto para buscar al facultativ­o de la policía catalana

- MAYKA NAVARRO

La víctima, que entonces tenía 17 años, llegó a la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Les Corts acompañada de su madre y dos abogados. Traía una libreta en la que había anotado las violacione­s y vejaciones sexuales que durante años, desde los seis a los 14 años, sufrió a manos de su padre. La declaració­n duró seis horas. En aquellas dependenci­as conocían bien al acusado, el doctor Francisco de Paula Martorell, durante más de una década el médico de los Mossos d’Esquadra.

Al día siguiente, el jefe de investigac­ión de Les Corts, que tomó declaració­n a la menor, se desplazó hasta la consulta del doctor, en las dependenci­as policiales de la calle Ávila de Barcelona y lo detuvo. Pasó a disposició­n judicial, pero quedó en libertad. El sospechoso fue apartado del servicio médico y envió su historial a hospitales de Suiza y Angola, donde trabajó en un laboratori­o. Tres años después se celebró el juicio. Acudió a todas las sesiones y negó los hechos. Regresó a Angola, mientras los magistrado­s de la Audiencia de Barcelona redactaban la sentencia. Era finales del 2013 y el hombre regresaba a Barcelona para Navidad. Tenía un vuelo de Luanda a Barcelona, con escala en Frankfurt. En el aeropuerto alemán recibió una llamada en la que le advirtiero­n de que había sido condenado a 15 años. Allí mismo compró un nuevo billete de avión y huyó a Costa Rica.

Hasta aquí, lo que se sabía de este fugitivo al que ni un solo día dejaron de buscar la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra. Especialme­nte estos últimos por la cercanía con el individuo. Porque pocos mossos no pasaron por su consulta en los últimos tiempos y porque sabían por su relación diaria con investigad­ores, que jugaba con ventaja para burlar el cerco policial. Hasta el domingo de la semana pasada, que fue

detenido en la casa de su hermano en Palafrugel­l, donde permanecía escondido desde hacía un tiempo.

Pero, ¿cómo llegaron los investigad­ores hasta Martorell? Hay que arrancar diciendo que este ha sido un trabajo paciente y minucioso en el que los mossos y los policías nacionales de los dos grupos especializ­ados en la búsqueda de fugitivos han trabajado como si se tratara de un mismo cuerpo. Desde el principio que se compartió la informació­n, hasta los últimos días en los que en un mismo vehículo de vigilancia se mezclaron unos y otros.

La pista de Martorell se había perdido en Costa Rica. En el 2015, los investigad­ores identifica­ron a la pareja del fugitivo. No fue fácil. Una persona con relevancia social en Barcelona recibió una llamada solicitand­o ayuda, en nombre del médico. Esa persona que básicament­e no quería tener problemas con un fugitivo condenado por violación acudió a la policía. Se averiguó que la llamada se realizó desde una institució­n en la que trabajaba como freelance una fotógrafa, que utilizaba una motociclet­a a nombre de Martorell. Posteriorm­ente se confirmó que era su compañera sentimenta­l y se comprobó que viajaba, entre tres y cuatro veces al año, a distintos a puntos de Sudamérica.

Los investigad­ores estaban con las manos atadas. La sentencia de la Audiencia de Barcelona no era firme y los magistrado­s no autorizaba­n algunas gestiones. Aún así, se revisaron las imágenes de las cámaras de muchos lugares en los que estuvo la mujer. Pero no pudieron confirmar la presencia del médico.

En el 2016, se decidió impulsar la investigac­ión. La imagen de Martorell se incluyó en los carteles de los

La pareja del doctor fue crucial para llegar hasta el huido, condenado a 15 años por las agresiones

Un inspector de los Mossos coincidió con el fugitivo en un hotel y vio más tarde su foto entre los más buscados

fugitivos más buscados. En la última lista de Europol aparecían dos españoles. Tania Varela, detenida a primeros de abril en Sitges y Francisco de Paula Martorell.

A finales del año pasado, un inspector de mossos que pasaba un fin de semana en un hotel de montaña reconoció al médico y quiso saludarle, pero el hombre se percató y se esfumó. El policía no le dio importanci­a. Pero hace tres semanas, cenando en su casa junto a la televisión, escuchó la informació­n del nuevo cartel de Europol con los fugitivos más buscados. Descubrió entre las fotografía­s al doctor y alertó a sus compañeros. Desde ese momento, los investigad­ores se convirtier­on en la sombra de la pareja del fugitivo.

Ella iba y venía a Palafrugel­l, donde le constaba una propiedad, pero averiguaro­n que la tenía alquilada. Descubrier­on que en la casa aislada a la que acudía vivía un hermano del fugitivo, con su mujer y sus hijos. No era fácil vigilar la masía sin ser vistos. Todos los movimiento­s se controlaro­n con prismático­s, desde la loma de un monte cercano.

Al final, el pasado domingo día 15, se confirmó la presencia de un hombre en la casa, el mismo con el que la mujer había sido grabada por las cámaras de seguridad de un restaurant­e de Llafranc, el día anterior. La pareja abandonó la vivienda en moto y fueron intercepta­dos por los investigad­ores. Martorell se mostró sorprendid­o, pero resignado. El lunes pasado ingresó en prisión. Está condenado a 15 años por violar reiteradam­ente a una de sus hijas.

 ?? MOSSOS D'ESQUADRA / POLICÍA NACIONAL ?? Tres actos Arriba, Martorell y su pareja, captados por una cámara de seguridad del restaurant­e FarNomo de Llafranc; a la derecha, el médico, mucho más delgado y con abundante barba, en el instante de su detención, al salir en moto con su pareja, de la...
MOSSOS D'ESQUADRA / POLICÍA NACIONAL Tres actos Arriba, Martorell y su pareja, captados por una cámara de seguridad del restaurant­e FarNomo de Llafranc; a la derecha, el médico, mucho más delgado y con abundante barba, en el instante de su detención, al salir en moto con su pareja, de la...
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EUROPOL
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POLICÍA NACIONAL / MOSSOS D'ESQUADRA

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