‘When Carlin met Gibson’
John Carlin es una de las personas que menos centímetros cuadrados de alfombra pisa en el hotel Alma. La gente no le deja avanzar. ¡Oh my God, John Carlin! A mí me sale espontánea una reverencia, cosa que le echa literalmente
pa’tras. Pero el hombre acaba por acostumbrarse, pues la tónica acaba siendo casi esa. “¡Hombre, Carlin, te leo siempre!”.
El escritor y articulista de La Vanguardia logra salir al jardín, donde se encuentra cara a cara con Ian Gibson. Y ahí, tête à tête, de hispanista a hispanófilo, Carlin hace un announcement: “Tengo que daros una primicia”. El inglés está a gusto y tras el saludo oficial e intercambio de cromos –“¡hombre, un irlandés!”, y tal y tal–, anuncia que el 2 de octubre será oficialmente español.
Se ha formado un pequeño corrillo, expectante por saber el cómo y cuándo ocurrió semejante transformación de nacionalidad. “Mi abogada me aconsejó dirigirme al Rey; recogí firmas [Ferran Adrià entre ellos], pero nunca recibí respuesta. Entonces asumí que tenía que acudir a la embajada y pasar por un trámite largo y tedioso, me daba pavor”. Sin embargo, lo logró. El cónsul general, dice, lejos de tenerle en la lista negra como él temía, quiso hacerse una
selfie con él tras contribuir a agilizar el trámite.
“Pues ten cuidado que no te fusilen el dos de mayo”, bromea Gibson –y reímos todos y todas– mientras Alfred, en el escenario de la fiesta, le da a la guitarra, al trombón, al micrófono y al pedal frente a un par de redactoras de
La Vanguardia que (no) babean por él. “A mí me gusta Amaia”, dice una de ellas. “Es la que canta bien, y como Alfred también tiene carrera musical. ¡Tengo unas ganas de ver Eurovisión...! Si me oyera Esteban Linés me mataría”.
Hablamos de los triunfitos. La conversación no da más de sí.
En el interior del hotel, el escritor Philip Pullman nos cuenta que este es su primer Sant Jordi, y le advertimos que tenga en cuenta que no se recuperará fácilmente de la impresión. Viene con su mujer de Oxford, aunque su hijo quiso estudiar en Cambridge, explican. Ambos son primerizos en Barcelona, quieren ver la Sagrada Família, así que prometen volver. Pues mejor vayan directos a las cuatro torres originales y ahí descubrirá al verdadero Gaudí. “Oh, thank you”, dice Pullman. El hombre está fascinado con el momento
John Carlin hace un ‘announcement’ estando Ian Gibson en el corrillo: “Tengo que daros una primicia”
histórico actual. “Mis nietos pensarán en el futuro que vivimos tiempos muy interesantes, como los que te desea el aforismo chino”, dice. ¿Que cómo creemos los periodistas de La Vanguardia que acabará el conflicto del procés? Mejor hablemos del Brexit... “Pues no dejo de pensar que la consulta sobre el Brexit no se habría llegado a celebrar si la elección de Trump hubiera tenido lugar antes...”, dice el lúcido autor.
Dejando la fiesta nos encontramos con Xavier Rubert de Ventós sentado en uno de los sillones que han servido para hacer la foto de autores que va en la portada. Nos echa una flor. Parece una flor sincera. “La información de vuestro diario me merece confianza”. Gracias y buenas noches.