La mirada de un mundo que ya no es
Madrid rinde homenaje a la obra y la figura de Lluís Clotet, premio Nacional de Arquitectura 2010
Al fin, Madrid rinde homenaje a Lluís Clotet, premio Nacional de Arquitectura 2010. No es momento de preguntarse el motivo por el que se ha demorado ocho años la organización de una exposición monográfica a la obra de este arquitecto y, especialmente, a su figura, representante de un mundo “que ya no es”, señala Clotet (Barcelona, 1941) con más resignación que nostalgia. “No lo dude, los arquitectos de ahora lo tienen mucho más difícil que nosotros lo tuvimos. Son miles –entonces, al año salíamos 50– en un mundo completamente burocratizado, en el que la creatividad tiene poca cabida”.
Sea como fuere, la exposición es una realidad en La Arquería de Nuevos Ministerios, hasta el 7 de julio, gracias sin lugar a dudas a los arquitectos Elías Torres y Martínez Lapeña, premio Nacional de Arquitectura 2016, que, entre risas, esperan que Clotet les haga lo propio y dirija la exposición sobre ellos allá para el 2026.
Estos han concebido una exposición que no deja indiferente a nadie, a la altura del homenajeado, “un creador talentudo, intuitivo, irónico y algo escéptico, calmoso, preciso, ordenado, meticuloso, riguroso y exigente”, explican. Una persona a la que “le gusta filosofar como un diletante, analizar y argumentar sus opiniones sobre cualquier tema y ser coherente en su exposición. No duda en dudar para preguntarse y avanzar”.
Todo esto y mucho más es Clotet, creador –en un tiempo, con Oscar Tusquets, y en otros, con Ignacio Paricio– de obras arquitectónicas como Casa Fullá (Barcelona), edificio de viviendas en la Vila Olímpica (Barcelona); Illa de la Llum (Barcelona), o la biblioteca de la Universitat Pompeu Fabra. O la del “inventor” y diseñador de objetos para cubrir las nuevas necesidades de una sociedad, la de los setenta y ochenta, en plena ebullición. “Esos objetos surgen de la escasez. Diseñabas carritos, bancos o buzones que solucionaban problemas que hasta entonces no había, y te obligaba a desarrollar la creatividad”, señala Clotet.
Muchos de esos objetos se pueden ver en el interior del contenedor-gallinero-barca situado en el recinto de Las Arquerías, como si fuera un trastero. Pero no se equivocan: esos objetos, muchos de ellos diseñados casi hace medio siglo, forman parte del mobiliario de numerosos hogares, parques y jardines actuales. “Ahora es distinto, hay de todo en exceso”.
Clotet se ha retirado. Ya no le divierte crear, diseñar, dibujar. “Antes pasabas el 90% de tu tiempo haciendo eso, que era lo que te gustaba, y el resto, para cuestiones de normativas y burocráticas. Ahora, es al revés”. ¿Qué hace? Él
“No lo dude: los arquitectos de ahora lo tienen mucho más difícil que nosotros lo tuvimos”
asegura que nada, que intenta comprender las complejidades del mundo mientras recuerda, ahora sí con nostalgia, aquellos años en los que creía que podían intervenir en su devenir. Torres lo niega: “Siempre fue un maravilloso dibujante y un gran acuarelista y ahora pinta y pinta”, dice.