Macron en Washington
QUE la primera visita de Estado de su presidencia la haya reservado Donald Trump al presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, es una muestra palpable no sólo de la buena sintonía personal entre ambos mandatarios sino del momento que atraviesan las relaciones entre Estados Unidos y Francia.
Macron, que hoy se reunirá con Trump en la Casa Blanca y que acabará su visita el miércoles con un discurso ante el Congreso estadounidense, emulando el que pronunció su antecesor Charles de Gaulle el mismo día de abril de hace 48 años, pretende aprovechar su estancia para intentar persuadir a Trump de que Estados Unidos no se retire del acuerdo nuclear firmado con Irán en el 2015 –veremos si lo conseguirá– y sobre el que Trump deberá tomar una decisión antes del 12 de mayo, día en que podría restablecer las sanciones a Teherán, reabriendo la inestabilidad en esa zona de Oriente Medio. También pretende Macron evitar en lo posible una guerra comercial entre EE.UU. y Europa, pues el 1 de mayo acaba la exención decretada por Trump para aplicar aranceles al acero y al aluminio producidos en la Unión Europea. “Espero que Trump decida exonerar a la UE; no se les hace la guerra a los aliados”, ha dicho Macron en las últimas horas.
La relación privilegiada Trump-Macron –dos personajes tan distintos en tantas cosas– se forjó ya en su primer encuentro en Bruselas, pronto hará un año, y se consolidó tras la invitación a Trump a asistir al desfile del 14 de Julio en París. Macron se ha convertido en el mejor interlocutor de Trump en Europa una vez que la famosa relación especial con Londres parece no estar en su mejor momento y la química con Merkel nunca ha existido. La última muestra de su sintonía ha sido la operación militar conjunta para castigar a Siria por el presunto uso de armas químicas contra población civil. Pese a ello, Macron tratará de convencer a Trump de que Estados Unidos no se desvincule del conflicto sirio.
La visita beneficia a ambos líderes. A Trump le permite presumir de estadista al recibir con todos los honores al máximo representante de la grandeur, y a Macron le permite hablar de tú a tú con la primera potencia mundial y consolidarse como socio privilegiado de Trump en Europa, al tiempo que su estatura internacional gana enteros en momentos de dura contestación en su propio país.
Trumpy Macronh andes arrollado una relación notable mente estrecha este último año –“los dos somos francotiradores anti sistema ”, dijo Macron a Fox News–y esta visita servirá para ponerla aprueba pues las discrepancias en los temas que abordar son considerables, en especial sobre el tema iraní, respecto del cual Macron ha admitido que “no existe un plan B”.