Guy Nader
COREÓGRAFO Y BAILARÍN
La danza de Guy Nader y María Campos regresa al Mercat de les Flors. Tras trabajar estos últimos años con varias compañías europeas, regresan con su búsqueda del movimiento natural en Set of sets, que lleva a escena la idea de infinito .
Los siete bailarines comienzan a caminar en círculo. Imparables. Incansables. Decididos. Poco a poco comienzan a orbitar en el espacio como si se tratara de cuerpos celestes. Uno toma en brazos a otro, o lo monta a la espalda, o lo coge de los tobillos y lo eleva por el aire y comienza a rotar con él. El resto giran sin parar alrededor de ellos como si fueran el astro principal. A veces son dos los que rotan en el aire sobre un tercero en perfecto y milimetrado equilibrio, como dos satélites de un planeta. Los antiguos pitagóricos creían en la armonía de las esferas, en que las proporciones entre los movimientos de los cuerpos celestes creaban una suerte de música, de armonía. Y en Set of sets, la nueva coreografía de Guy Nader y María Campos que desde hoy hasta el domingo se presenta en el Mercat de les Flors, los siete intérpretes son cuerpos celestes que empleándose a fondo y con extremada precisión generan su enérgica y particular armonía. Que se suma a la música compuesta para ellos por Miguel Marín hasta crear un espacio donde todo flota. Eso sí, además de cuerpos celestes, también son personas que se relacionan, entre las que existen también fuerzas invisibles.
El libanés Guy Nader, el director del montaje, que trabaja desde hace años con la catalana Maria Campos, con la que firma esta coreografía y junto a la cual forma parte de los intérpretes, dice que Set of sets vuelve a ser una indagación sobre el movimiento natural y sobre el tiempo, como su anterior y exitoso montaje, Time takes the time time takes. Pero esta vez desde la mirada a la idea de infinito. Set of sets, dice, significa conjunto de conjuntos, y en él esos conjuntos dentro de otros se multiplican infinitamente. “Lo que hacemos físicamente es trazar lazos en el espacio, trabajamos la circularidad, la fuerza centrífuga, el orbitar... Son siete cuerpos que van buscando enredarse y desenredarse constantemente, y eso crea un laberinto de cuerpos sin fin que van buscando continuamente ese espacio de atracción”, explica. Y señala que articulan en escena físicamente “una fuerza centrífuga que requiere mucha precisión y rigor, es un tipo de trabajo muy arriesgado, acrobático incluso, y el riesgo radica en que es tan preciso y complejo que si cualquier cosa falla lo hace toda la máquina. Trabajamos mucho el engranaje grupal, funcionamos todos como parte de un organismo, una maquinaria en la que si falla un tornillo, todo colapsa”.
Paradójicamente, dice, este trabajo de precisión y muy físico pasa de ser muy mecánico a algo muy humano sin forzarlo. “La gente percibe y teje sus propias historias y lo que ve al final son seres humanos que están constantemente en una situación de complicidad, de miradas, donde uno da apoyo al otro. Un trabajo de compañerismo constante en el que lo que la persona hace necesita al grupo. Esa precisión y ese estar por el otro es esa parte emocional de la pieza”, apunta.
Una pieza que sigue su senda de exploración de la idea de movimiento natural. “Nuestro eje fundamental es trabajar con el peso, el real, el físico, el de cualquier parte del cuerpo o de todo él. Eso requiere un
El montaje requiere una gran precisión mecánica y justo eso acaba haciéndolo muy humano, dice Nader
trabajo de las articulaciones muy natural, de cómo se dobla o lanzas un brazo. Intentamos concebir el trabajo como si fuera un estudio de anatomía del cuerpo, del movimiento. Ir estudiando esas anatomías y explorar el estar fuera de eje cuando trabajas con el compañero. Estamos constantemente desafiando la gravedad, a veces aceptando la propia caída, porque es ahí donde surgen las cosas interesantes. No buscamos el movimiento a través de la forma, ésta viene después, a consecuencia de cómo el cuerpo funciona y de cómo con más cuerpos la anatomía se multiplica. Ahí empieza a aparecer la forma que por primera vez descubrimos. Y llega el final de la cosa, porque hay que presentar algo”, sonríe.