Parálisis francesa
Los paros tienen un impacto relevante en el sector hotelero y agencias de viaje
Las huelgas intermitentes de los ferroviarios y del personal de Air France, desde hace más de un mes, han puesto a prueba la paciencia de los pasajeros y han suscitado quejas por sus perjuicios económicos.
Las huelgas intermitentes de los ferroviarios y del personal de Air France, desde hace más de un mes, han puesto a prueba la paciencia de los pasajeros y empiezan ya a suscitar serias quejas por el daño económico que están causando. El sector hotelero y las agencias de viajes son los más afectados por la pérdida de negocio y el perjuicio a la imagen exterior, de cara al verano, ante el pico de la temporada turística.
El presidente del gremio de hoteleros, Laurent Duc, estima que la facturación ha bajado, de media, entre un 10% y un 20%, según las regiones, respecto a las previsiones. Lo peor es que las huelgas han frenado la recuperación en marcha. El sector turístico sufrió tras la ola de atentados yihadistas del 2015 y del 2016, pero experimentó una clara revitalización en el 2017. Las ciudades más afectadas por los conflictos laborales en el servicio ferroviario y en la compañía aérea han sido Niza, Lyon, Toulouse, Marsella y Burdeos. París, por el contrario, ha sufrido menos porque tiene una clientela muy diversificada entre el turismo, los negocios, el público nacional y el foráneo.
El presidente de la asociación de agencias de viaje, Jean-Pierre Mas, anunció que pedirán daños y perjuicios tanto a la empresa de ferrocarriles, la SNCF –equivalente a la Renfe española– como a Air France. Según Mas, los cambios de billetes, la búsqueda de rutas alternativas y otras gestiones tienen un alto coste para las agencias de viaje. Calculan que cada día adicional de huelga les supone 500.000 euros de gasto extra. Mas agregó que con esta crisis se está dando “una imagen deplorable de Francia en el extranjero”, y eso tendrá efectos negativos en el atractivo turístico del país y en las futuras inversiones.
Los sindicatos ferroviarios se negaron de nuevo a entrevistarse ayer con la ministra de Transportes, Élisabeth Borne, con el argumento de que ya no la consideran una interlocutora útil para poner fin al conflicto. El primer ministro, Édouard Philippe, ha aceptado entrevistarse con los líderes sindicales, el próximo 7 de mayo, en el palacio de Matignon. Es lo que querían los sindicatos, una negociación al máximo nivel. Pero la fijación de una fecha tan alejada hará que la huelga continúe todavía. Los próximos paros serán este fin de semana. Philippe no parece tener prisa para el encuentro. Su esperanza es que la movilización pierda seguimiento y los sindicalistas lleguen más debilitados a la entrevista.
El Gobierno francés y el propio presidente, Emmanuel Macron, han insistido, por activa y por pasiva, en que la reforma de la SNCF y la supresión del estatuto laboral diferenciado para sus empleados son medidas inaplazables e innegociables, dada la erosión de la calidad del servicio en los últimos años y, sobre todo, del enorme déficit que arrastra la compañía.
En Air France, todo está pendiente del referéndum interno sobre la propuesta de aumento salarial que ha hecho la empresa. Supondría una subida inmediata del 2% y de un 5% suplementario en los próximos tres años. Los sindicatos exigen un 5,1% de incremento ya, para compensar las pérdidas de poder adquisitivo de los últimos ejercicios. El consejero delegado de la línea aérea, Jean-Marc Janaillac, ha dicho que dimitirá si los trabajadores rechazan la oferta.
El primer ministro, Édouard Philippe, no se reunirá con los sindicatos ferroviarios hasta el 7 de mayo