La Vanguardia

El abogado de la víctima asegura que “ella está muy triste y decepciona­da”

- JOKIN LECUMBERRI

Atrinchera­do en su céntrico despacho de Pamplona analizando la sentencia. El abogado de la víctima de La Manada, Carlos Bacaicoa, –junto a Miguel Ángel Morán, letrado madrileño– pasó así toda la jornada de ayer, un día difícil después de la inesperada calificaci­ón de abuso dictada por el tribunal. El mazazo ha sido doble para su cliente, con la que habló nada más conocerse el fallo. “Está muy triste y decepciona­da”, explica.

“La sentencia –indica– es técnicamen­te malísima: los hechos probados son muy claros, pero las conclusion­es que derivan de ellos no son acordes”. Mientras las defensas, fiscalía y el resto de acusacione­s particular­es ya han anunciado que plantearán recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, Bacaicoa no sabe si ellos lo harán. Él es partidario, pero depende de la víctima. “Hace tres meses, si la cosa iba mal, ella no quería recurrir, pero últimament­e parece que ha cambiado de opinión”, confiesa.

“Espero que nos haga caso y acceda, y cuanto antes mejor, porque hay que preparar bien todo”, continúa. El letrado indica a su vez que, en cualquier caso que le llega a él de oficio como este, plantearía direc- tamente el recurso de apelación sin consultar con su cliente, pero, ante uno tan excepciona­l, cree prudente contar con el beneplácit­o de la joven para seguir adelante.

El voto particular del magistrado Ricardo González y su formulació­n –habla de relación sexual en un ambiente de “jolgorio y regocijo” e incluso de “excitación sexual” de la víctima– son para Bacaicoa la “muestra sintomátic­a de una mentalidad preocupant­e”, una posición que sin embargo no le ha sorprendid­o. González ya había apostado por la absolución en otros casos de abusos y agresiones sexuales anteriores. “En el Palacio de Justicia es conocido por esa visión tan particu- lar de las relaciones sexuales entre hombres y mujeres”, subraya.

El abogado de la joven, de hecho, asegura que desde la segunda jornada del juicio “todas las partes vimos clarísimam­ente” que, si la sentencia era condenator­ia, este juez emitiría un voto particular. “Hizo preguntas muy sui generis y no parecía entender el estado de shock que ella relató ni el sometimien­to derivado”, dice. Puso el foco sobre la joven en todo momento e insistió en qué quería decir con “bloqueo”. Un comentario, subraya, lo definió: “¿Le causó dolor y le hicieron daño? ¿No, verdad?”. Ahí supo que discreparí­a de una condena a La Manada.

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