La nueva compañía de Manuel Valls EL EX PRIMER MINISTRO FRANCÉS CAMBIA DE PAREJA Y FLIRTEA CON LA IDEA DE PRESENTARSE A ALCALDE EN BARCELONA. SU ACTUAL PAREJA ES DIPUTADA EN PARÍS
A Manuel Valls se le consideraba, hasta ahora, un poco desubicado en la Asamblea Nacional francesa. Forma parte, como independiente, de la mayoría que sostiene al presidente Emmanuel Macron, pero no es miembro de su partido, La República en Marcha (REM), que desde el principio lo acogió con cierta frialdad y recelo.
La valoración sobre el estatus del ex primer ministro francés ha cambiado, por diversos motivos. Hace pocos días anunció que se había separado de su segunda esposa, la violinista Anne Gravoin, y que su nueva compañera es, nada más y nada menos, que Olivia Grégorie, diputada y una de las portavoces parlamentarias de REM.
Tras divulgarse la noticia, cobraron más sentido las declaraciones, algo ambiguas y enigmáticas, de Grégorie, en noviembre pasado, a la emisora Radio Classique. Le preguntaron precisamente por el aislamiento político de Valls desde que éste abandonó el Partido Socialista. “Lo que se ve desde el exterior no es lo que yo veo desde el interior; a Manuel Valls le va muy bien”, contestó Grégorie. Según ella, el ex primer ministro estaba ya entonces “bastante bien integrado en La República en Marcha”. Se desconoce si, por aquellas fechas, Valls y la portavoz eran ya pareja. Es obvio, en todo caso, que el político de origen catalán está más integrado con sus compañeros de mayoría de lo que parecía. Hay incluso un vínculo amoroso.
La comunicación de la ruptura entre Valls y Gravoin, tras doce años de vida en común, coincidió con la revelación de que el antiguo jefe de Gobierno galo estudia la oferta de Ciudadanos para presentarse como candidato a la alcaldía de Barcelona en las próximas elecciones. Son agitados momentos personales y políticos.
Valls, de 55 años, tiene cuatro hijos de su primera esposa, Nathalie Soulié, maestra de escuela. Con Gravoin se casó en el 2010, aunque ya vivían juntos desde hacía cuatro años. La violinista, una gran relaciones públicas, ayudó mucho al político en su carrera ascendente. Le introdujo en círculos artísticos y le puso en contacto con personajes influyentes. Formaron una pareja de evidente glamour, con portadas en la revista Paris Match. Se dice que la amistad de Gravoin con la periodista Valérie Trierweiler –ex de François Hollande– contribuyó a que el futuro presidente se acercara más a Valls, a quien confiaría primero la cartera de Interior y luego nombraría primer ministro.
Si la relación de Valls con Grégorie se consolida, ella podría ayudarle también a reconducir su carrera política, ya sea en Francia o en España. Sería una excelente asesora. La portavoz de REM, nacida en París hace 39 años, es diplomada en Ciencias Políticas y experta en comunicación y márketing. Trabajó con el primer ministro conservador Jean-Pierre Raffarin, entre el 2002 y el 2005, y más tarde con el ministro de Asuntos Sociales, Xavier Bertrand. Tras su experiencia de gobierno fundó su propia empresa de consultoría de comunicación, un negocio que se vio obligada a cerrar tras ser elegida diputada en los comicios de junio del año pasado. En su currículum oficial en el Parlamento es descrita aún como “jefa de empresa”. Pese a ser su primera campaña electoral y una desconocida, demostró gran talento. Se presentó en una circunscripción difícil de la capital, la duodécima, y consiguió derrotar a uno de los barones de la derecha parisina y alcalde de distrito, Philippe Goujon. La pareja Valls-Grégorie es de alto voltaje político y con mucho potencial.