La clave del director
Daniele Gatti en Palau 100 Intérpretes: Mahler Chamber Orchestra, Cor de Cambra, Orfeó Català
Lugar y fecha: Palau de la Música (26/IV/2018)
En cada concierto del Palau llaman la atención algunas actitudes del público. Pantallas de móviles encendidas, toses descontroladas, aplausos fuera de lugar, pero también el buen nivel cultural de la mayoría. El director Daniele Gatti señaló con razón –y excesivo personalismola falta de respeto hacia “mí y mis músicos” por parte de algunos espectadores. Hacia él y hacia todos, porque en un concierto todos cumplen una función a uno y otro lado del escenario. Fue una lección de comportamiento, aunque yo esperaba una lección de interpretación de esta tan importante Novena Sinfonía de Beethoven.
El maestro Gatti ha ido abonando una merecida reputación de buen director y le considerábamos una autoridad para el futuro, aunque aquellos presagios están lejos de cumplirse. Gatti es titular de una de las mejores formaciones del mundo, la Royal Concertgebow, aunque muy alejado de aquella figura legendaria que fue Haitink. Y en este caso de la Mahler Chamber –ilusionante proyecto inspirado por Claudio Abbado- formada por músicos del mundo que se juntan en múltiples ocasiones. En sus filas encontramos grandes instrumentistas (a destacar los solistas de fagot y de trompa) pero una orquesta no es una sumatoria, es una amalgama a homogeneizar, y Gatti no parece haber centrado allí su interés, o no pudo por falta de ensayos, y hasta diría que por personalidad.
A pesar de dirigir de memoria, vi poco diálogo con las secciones de la orquesta, desajustes de equilibrios en el Allegro y un juego de tensiones no siempre logrado. Algún desajuste, primero en cuerdas y luego en el Scherzo en maderas, no empañaron un buen trabajo de dinámicas y planos y un trabajo de acentuación rítmica que nunca fue pesante. Creo que con ensayos e indicaciones pertinentes es una orquesta que puede llegar a sentir en conjunto, aunque el Adagio tuvo un tempo que le restó profundidad y emoción. Algo que hemos de reiterar para el Finale, pero además señalar en las cuerdas centrales de los solistas un exceso de acritud en la mezzo y escasa presencia del tenor, mientras que el coro cumplió con su papel, aunque sin convicción en la potencia, con partes orquestales que no ayudaron –carencia del podio- a la interioridad del discurso. Días atrás en el mismo escenario una orquesta modesta local hizo una Segunda de Beethoven con más espíritu ....