La princesa está triste
Hamilton, mustio y desganado, busca la primera victoria en un arranque de curso atípicamente mundano
Cuenta la leyenda que la doncella se lanzó desde lo más alto de la torre para abrazarse a la muerte en las olas del Caspio, que en el siglo XII llegaban hasta los pies de las murallas. De ahí el nombre de la Torre de la Doncella, o Qız Qalası en azerí, una de las joyas de la ciudad vieja de Bakú, patrimonio de la Humanidad de la Unesco. No hace falta que Lewis Hamilton llegue a tan trágico extremo este domingo si no gana el GP de Azerbaiyán, pero el panorama empieza a oscurecerse para el inglés como el cielo de Bakú ayer.
Algo no va bien en casa Lewis . Se le ha olvidado ganar. Lleva sin vencer seis carreras, las tres de este año y las tres últimas del 2017. Su anterior triunfo se remonta a Austin, aquel que celebró en el podio con Usain Bolt haciendo la figura del relámpago.
Pues ha sido como si le cayera un rayo. El inglés, segundo del Mundial a 9 puntos de Vettel, no muerde. ¿O es el Mercedes? De todo un poco. Hamilton, claro, señala al coche. En concreto, a las gomas Pirelli. “Los neumáticos son algo de lo que aún estamos aprendiendo. Un fin de semana lo tenemos, y al siguiente no. Están teniendo un gran impacto para todos”, lamenta Lewis, que se queja de que el compuesto más blando les hace ser menos competitivos que sus rivales. “Tanto Red Bull como Ferrari parecen estar por delante. Tenemos trabajo que hacer. Voy a llamar a la puerta de todos los ingenieros esta noche para poder hacer los cambios adecuados”, decía el viernes. Algo surtió efecto, porque en la clasificación, ayer, mejoró y pasó del 5.º de los libres al 2.º de la parrilla, cerca de Vettel. “Sebastian hizo un buen trabajo; están siendo más rápidos todo el fin de semana. Voy a intentar darle trabajo en carrera”.
Sin embargo, el trazado urbano de Bakú no da buenas vibraciones al inglés. Es una pista esquiva para él: en sus dos participaciones, dos quintos puestos, el del año pasado, saliendo desde la pole. Es el único del calendario (a parte del debutante de Paul Ricard) donde nunca ha ganado. Ni subirse al podio. Y a Hamilton se le nota la incomodidad en los gestos.
Cuando llegaba a atender a la prensa en la caseta de Mercedes, todo vestido de blanco, como un tenista de Wimbledon, pero con colgante rapero de oro, tres aros en los lóbulos y piercing en la aleta de la nariz, se le escapaba un resoplido sonoro de los labios. Señal de hastío o de contratiempo. Expresión inequívoca de “¡Qué coñazo!”. Sus respuestas, casi monosilábicas, esquivas, tópicas, confirmaban que la princesa está triste. O cansada.
–Lewis: desde 1989, ningún piloto que no ha ganado alguna de las cuatro primeras carreras no ha podido ser campeón...
Maldita hemeroteca, piensa Hamilton ante el apunte estadístico del periodista. Se refiere a Prost, el último que logró coronarse sin ganar alguna de las cuatro primeras citas. El Profesor ganó a la quinta. Hace 29 años...
Mueca de Hamilton. Respuesta inaudible. “Pues habrá que cambiarlo...” Vamos, como la Sonatina
de Rubén Darío.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión (...)
Una actitud mustia del tetracampeón inglés, entre pasiva y floja de carácter, que combinada con la ausencia de victoria en este arranque de curso (2.º en Australia, 3.º en Bahréin, 4.º en China) y la desaparición del dominio autoritario de Mercedes, han disparado los rumores y cotilleos en el paddock.
Uno de ellos procede de Bernie Ecclestone, el expatrón de la F-1, de visita también por Bakú. Su diagnóstico sobre Hamilton es que está harto. “No parece que sea el Lewis que era antes. No sé si soy sólo yo, pero cuando hablas con él y le ves actuar ya no es el competidor de antes. Aún es muy rápido, tiene mucho talento y es un buen tipo, pero quizás simplemente se está cansando de viajar y está harto de las cosas”.
“Panxa plena”, dijo Guardiola. O que este 2018 Hamilton (33) finaliza su contrato con Mercedes y tiene que negociar uno nuevo. Quizás el último.
CONTRA LA ESTADÍSTICA Desde 1989 –Prost–, nadie se corona sin haber ganado en las 4 primeras carreras; Lewis lleva tres sin vencer