Italia en Jerusalén
El Giro 2018 empieza hoy en Jerusalén un viaje de tres días por Israel en una iniciativa insólita
Aunque ya no es noticia que las carreras ciclistas de larga distancia arranquen lejos de los países que las auspician, no deja de sorprender la decisión del Giro de iniciar hoy su edición en Jerusalén, con lo que no sólo cruzan fronteras, sino que atraviesan continentes en busca de una repercusión mediática por la que el Estado de Israel pagará 27 millones de euros.
Una contrarreloj de 9,7 kilómetros en Jerusalén lanza hoy una nueva edición del Giro de Italia, la primera de las tres grandes que sitúa parte de su recorrido fuera de Europa. La primera etapa transcurrirá por la zona oeste de Jerusalén, sin pisar la parte oriental de la ciudad que Israel ocupa desde hace 50 años fuera del reconocimiento de la comunidad internacional.
La atrevida aventura del Giro 2018, que ha situado sus tres primeras etapas en Israel, forma parte de una complicada operación que tiene un coste global de 27 millones de euros, de los que entre 10 y 12 millones corresponden a la cantidad que perciben los organizadores italianos. Para Israel todo conforma una enorme operación publicitaria, una promoción turística de primer orden. La contrarreloj tiene fijada la llegada cerca de la Ciudad Vieja, sede de los lugares religiosos más sagrados del judaísmo, el cristianismo y el islam. El sábado, la segunda etapa (167 km) irá de Haifa a Tel Aviv. Y el domingo, tercera jornada, serán 229 km para enlazar Beersheba y Eilat, estación balnearia junto al mar Rojo. Un día de viaje y descanso conducirá la caravana del Giro hasta Sicilia y posteriormente a la Italia continental. Con el fin de evitar toda controversia, el trazado del Giro evita cuidadosamente los territorios palestinos ocupados por Israel en Cisjordania y en Jerusalén Este.
“Centenares de millones de espectadores europeos y de todo el mundo verán el inicio del Giro y nuestros maravillosos paisajes, nuestros lugares religiosos, nuestras playas y nuestro desierto”, ha proclamado Amir Halevy, director general del Ministerio de Turismo israelí.
Por su parte, Zeev Elkin, ministro para Jerusalén, ha aportado cifras de éxito: “Hemos atraído a diez mil turistas, todos los hoteles están llenos y la operación dejará más de 50 millones de shekels (unos 11 millones y medio euros), y mil millones de telespectadores de todo el mundo verán Jerusalén de manera muy positiva durante seis horas”.
En declaraciones a Afp, Elkin ha aprovechado para recordar que “hace dos mil años, nosotros (los judíos) nos fuimos de Jerusalén por culpa de Roma. Volvimos, y ahora son los italianos los que vienen a Jerusalén”.
El Giro 2018 empezará hoy a las 13.50 horas con la salida del primer competidor, el italiano Fabio Sabatini, del Quick Step. La etapa acabará poco después de las seis menos cuarto, que es la hora fijada para la salida del último participante, el neerlandés Tom Dumoulin (Sunweb), el vencedor del año pasado.
El gran atractivo deportivo de la carrera es el británico Chris Froome, que llega al frente de un equipo Sky donde también figuran Henao, Kiryienka, Poels... y el catalán David de la Cruz, dispuesto a sacrificarse por las opciones de su jefe de filas. “Me tocará acompañar a Froome en los momentos clave de la montaña y especialmente en la última semana, que es donde se halla la parte decisiva”, explica el ciclista de Sabadell.
Pero Froome no es sólo el favorito número uno, sino también el motivo de polémica deportiva más destacado. “En su lugar, yo no podría correr aquí”, ha explicado Dumoulin. Su equipo forma parte de un grupo reducido, MPCC (Movimiento por un Ciclismo Creíble), que en un caso como el de Froome aparta a los ciclistas de toda competición hasta la resolución definitiva. El líder del Sky presentó un nivel elevado de salbutamol en un control de la Vuelta a España del 2017 y está pendiente de sanción o de exculpación. Si finalmente es castigado, perderá los resultados que obtenga en este Giro, como le pasó en su día a Alberto Contador, vencedor de la corsa rosa en el 2011 y después descalificado por un positivo del año anterior.
El Giro 2018 presenta seis llegadas en alto (Etna, Montevergine, Gran Sasso, Zoncolan, Jafferau y Cervinia) y sólo otro obstáculo contrarreloj, los 34,2 kilómetros de Trento a Rovereto, justo antes del recital montañoso de la tercera semana.
FAVORITO CON POLÉMICA
En el apartado deportivo, la presencia de Froome sin haberse cerrado su caso centra los comentarios