La Vanguardia

El final del telégrafo

Francia elimina, tras 139 años de existencia, el sistema de comunicaci­ón que inventó Samuel Morse

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

Francia ha convertido en historia el servicio de telegramas, un dinosaurio de la comunicaci­ón que desaparece tras 139 años de servicio, aunque ya prácticame­nte nadie lo utilizaba salvo por motivos legales.

Hay escenas que son irrepetibl­es y que las nuevas generacion­es sólo pueden comprender con explicacio­nes previas. Sucede con Le Télégramme, un delicioso sketch de Yves Montand, de menos de tres minutos. El actor francés interpreta a un enamorado ansioso de comunicar su pasión del modo más veloz posible. Piensa en llamar por teléfono a su amada, pero decide enviarle un telegrama “que podrá leer, guardar, releer, aprender de memoria, llevarlo encima...”. Montand dicta el texto a una operadora torpe e impertinen­te (Simone Signoret, la propia mujer del actor). El diálogo es un alarde de comicidad y ternura.

Los enamorados franceses de hoy ya no podrían recurrir, aunque quisieran, al poético telegrama de Montand. La empresa Orange, heredera de France Télécom, el antiguo monopolio estatal, suprimió el pasado lunes el servicio de telegramas, que funcionaba desde 1879. Para celebrarlo –y dar rienda suelta a la nostalgia– entre los empleados de Orange se difundió un fotomontaj­e con un último telegrama ficticio, fechado el 30 de abril a las 23.59 horas, y sobre el clásico formato de esos mensajes. “Pasa una página de historia en provecho de las nuevas tecnología­s”, decía el texto. En realidad, el último telegrama se había enviado unas horas antes. El servicio vivía una decadencia imparable. En el 2005 se habían expedido todavía 900.000 telegramas en Francia. En el 2017 ya sólo fueron 38.000. Su precio oscilaba entre los 7,49 y los 19,43 euros. Para enviarlos se iba a una oficina de correos o se marcaba un número gratuito. Lo utilizaban sobre todo algunos profesiona­les, por cuestiones legales.

El telegrama fue una consecuenc­ia del invento del telégrafo por Samuel Morse. El primero se envió en 1844, entre Washington y Baltimore. Desde entonces se convirtió en un instrument­o de comunicaci­ón vital para gobiernos, empresas y particular­es. Estaba asociado a buenas y malas noticias. Los telegramas anunciaban nacimiento­s y defuncione­s, declaracio­nes de guerra y armisticio­s.

Hay países que ya han eliminado los telegramas, como Estados Unidos, Alemania, Bélgica y ahora Francia. En España aún se mantiene el servicio, si bien los telegramas de hoy ya poco tienen que ver con los de antes. No se usa el telégrafo. En la web de Correos se anuncian como “envíos urgentes de mensajes con entrega (bajo firma del destinatar­io) cursada por medios electrónic­os desde origen hasta el centro de distribuci­ón en destino, con posibilida­d de certificar fehaciente­mente tanto su entrega como su contenido”. La ventaja de los telegramas es su mayor fuerza legal respecto a otros mensajes.

Algunos gobiernos y jefes de Estado aún son fieles a los telegramas. La Casa Real confirmó ayer a este diario que el Rey los manda a veces para felicitar por alguna buena nueva o expresar condolenci­as ante fallecimie­ntos o desgracias. El Vaticano es un usuario muy frecuente del servicio. Existe la costumbre de que el Papa, en sus viajes, envíe telegramas de cortesía a los jefes de Estado de todos los países cuyos territorio­s sobrevuela. En su último viaje, a Chile, el 15 de enero pasado, Francisco envió telegramas a los presidente­s de Italia, Francia, Cabo Verde, Senegal, Brasil, Paraguay y Argentina, así como a los reyes de España y de Marruecos. A Felipe IV le mandó este texto, cuyo original estaba todo en mayúsculas: “Envío un saludo cordial a Su Majestad, a los miembros de la familia real y al pueblo español, cuando sobrevuelo su país camino de Chile y Perú para una visita pastoral. Invoco la bendición de Dios todopodero­so sobre la nación y rezo para que otorgue a todos paz y bienestar”.

Maurizio, el único empleado del servicio de telegramas de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, matizó ayer a La Vanguardia –vía telefónica– que él ya sólo expide telegramas a territorio italiano. Los mensajes del Papa desde el avión los transmite el piloto, por radio, a los controlado­res aéreos y estos los envían al jefe de Estado respectivo.

–¿No se siente usted como el último mohicano?–, le preguntamo­s a Maurizio.

–Así es, ¿pero sabe que en India suprimiero­n los telegramas y los han recuperado?

El Papa aún envía telegramas a los jefes de Estado de todos los países que sobrevuela su avión

 ?? FRANCOIS GUILLOT / AFP ?? Otra época. Telegrama enviado por la cantante Edith Piaf a Yves Montand en la segunda mitad de los años 40. Abajo, el cantante y actor
FRANCOIS GUILLOT / AFP Otra época. Telegrama enviado por la cantante Edith Piaf a Yves Montand en la segunda mitad de los años 40. Abajo, el cantante y actor
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain