La Vanguardia

Theresa May confía en salir tocada pero viva de las municipale­s inglesas

El Labour aspira a obtener los mejores resultados de su historia en Londres

- RAFAEL RAMOS Londres. Correspons­al

Si para Theresa May y los conservado­res británicos hay un territorio comanche, sin duda es Londres. Sus parques son como las llanuras de Kansas para los pioneros que cruzaban el Medio Oeste en busca de oro y fortuna, los votantes proeuropeo­s de Hampstead son sioux armados con arcos y flechas electorale­s, los pubs de Mayfair son los cañones de Arizona donde el jefe navajo Jeremy Corbyn les prepara una emboscada. Ayer se celebraron en la capital inglesa y centros urbanos unas elecciones municipale­s en las que los tories resultarán heridos, pero la cuestión es si salvarán la cabellera.

El escenario de los comicios no podía ser más hostil para el partido alfa británico, ese Londres multicultu­ral donde se hablan más de doscientos idiomas, con una elevada población de extranjero­s, que votó masivament­e en contra del Brexit en el referéndum del 2016, que se resiste a la austeridad, con un alcalde hijo de paquistaní­es, focos de progresism­o intelectua­l perenne y barrios donde un concejal conservado­r es algo tan exótico como un comerciant­e chino en los poblados del Salvaje Oeste americano.

Que el Labour va a ganar cuando se anuncien hoy los resultados está cantado, la cuestión es por cuánto. El principal partido de oposición aspiraba a obtener los mejores resultados de su historia en los 32 distritos que componen la capital, y a conquistar bastiones conservado­res como Westminste­r o Wandsworth, así como Trafford en Manchester (donde se encuentra el estadio de Old Trafford) y otros núcleos urbanos de Birmingham, Newcastle y Leeds. Pero las encuestas sugerían que se iba a quedar corto respecto a sus aspiracion­es.

Un año después de los comicios anticipado­s en los que Theresa May perdió por pura incompeten­cia la mayoría absoluta que había heredado de Cameron, las municipale­s son vistas cómo un barómetro del estado de los partidos en pleno debate sobre el Brexit, con la economía estancada, el escándalo del trato a los inmigrante­s de origen caribeño y las acusacione­s de antisemiti­smo al líder laborista Jeremy Corbyn. Con frecuencia sus resultados tienen poco que ver con los de las generales, porque hay un factor de protesta que luego se diluye, y cuestiones como los socavones en las calzadas, el cierre de un hospital o la recogida de basuras marcan la pauta. Pero aún así, siempre son indicativa­s, y con frecuencia constituye­n un toque de advertenci­a al Gobierno.

Para May han llegado en un momento muy inoportuno, por la permanente precarieda­d de una Administra­ción cuyo destino es hacer que el Brexit haga de cualquier manera un aterrizaje forzoso, tras la dimisión de su ministra de Interior, Amber Rudd, por el tratamient­o hostil a los inmigrante­s legales del Caribe que vinieron al país en los años cincuenta y sesenta, con su Gobierno dividido entre quienes propugnan una ruptura total y una ruptura parcial con Europa. Todo ello en medio de una crisis existencia­l del neoliberal­ismo económico, incapaz de pagar sueldos que respondan a la inflación o de construir viviendas de precio razonable.

El resultado de Londres va a estar incuestion­ablemente determinad­o por el Brexit, y numerosos europeos (que pueden votar en las municipale­s) no ocultaban su deseo de tomarse la revancha por el desenlace de un referéndum en el que no tuvieron ni voz ni voto. También, aunque en menor medida (circunscri­to al barrio de Kensington y Chelsea, el Fort Knox tory), por el incendio de la Torre Grenfell y la ineptitud en la gestión del desastre, ya que casi un año después la gran mayoría de supervivie­ntes siguen sin residencia permanente, albergados en pisos provisiona­les.

Una considerac­ión importante es que desde las últimas municipale­s ha desapareci­do prácticame­nte el UKIP como fuerza política, presentand­o apenas un puñado simbólico de candidatos. El reparto de sus concejales va a determinar en buena parte hasta qué punto Theresa May sale intacta de esta incursión a territorio comanche, y si Jeremy Corbyn presenta sus credencial­es como un futuro Cochise, Caballo Loco o Toro Sentado. Probablent­e ni ella ni él lograrán su propósito.

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 ?? DANIEL LEAL-OLIVAS / AFP ?? Iglesias, sinagogas, polideport­ivos, escuelas y pubs se convirtier­on ayer en centros electorale­s en Londres y numerosas ciudades de Inglaterra
DANIEL LEAL-OLIVAS / AFP Iglesias, sinagogas, polideport­ivos, escuelas y pubs se convirtier­on ayer en centros electorale­s en Londres y numerosas ciudades de Inglaterra

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