EE.UU. envía a Arabia Saudí a uno de los 41 presos de Guantánamo
Estados Unidos autorizó ayer el envío a Arabia Saudí de uno de los 41 detenidos que quedan en la prisión militar de Guantánamo, Ahmed Mohammed Al Darbi, que se declaró culpable ante un tribunal militar en el 2014. Es el primer prisionero que sale del penal bajo la presidencia de Donald Trump. Poco antes de conocerse esta noticia, el Pentágono le envió su propuesta de criterios para poder llevar nuevos presos al penal. De acuerdo con una portavoz del Pentágono, no hay “ninguna conexión” entre ambos anuncios, realizados en un lapso de pocas horas.
Al Darbi fue detenido en el 2002 en Azerbaiyán y pasó por la prisión clandestina de la CIA en Bagram (Afganistán) antes de ser trasladado a Guantánamo, donde llevaba 16 años. Era uno de los pocos presos contra los que EE.UU. había presentado cargos. Se declaró culpable de haber facilitado material para organizar un ataque de Al Qaeda contra un petrolero francés en el estrecho de Ormuz, ejecutado cuando él ya estaba detenido. Colaboró a un nivel “sin precedentes”, según un documento del caso, en la inculpación de otros detenidos, y evitó así la cadena perpetua, informó AP.
De nacionalidad saudí y padre de dos hijos, Al Darbi fue condenado a 13 años y podrá cumplir los nueve restantes en su país, bajo un programa de desradicalización, como pactó con el tribunal. “Mis palabras no hacen justicia a lo que he vivido estos años, yo y los hombres que dejo atrás en prisión”, declaró Al Darbi en un comunicado. “Nadie debería permanecer en Guantánamo sin juicio. Eso no es justicia”, añadió.
De 43 años, era uno de los cinco prisioneros autorizados para abandonar el penal pero su traslado se había retrasado en varias ocasiones desde que Trump llegó a la Casa Blanca. Su repatriación rebaja a 40 el total de encarcelados en Guantánamo, que llegó a albergar a unos 780 hombres. Las condiciones de vida en la prisión han mejorado en gran medida desde su creación, cuando las imágenes de hombres encadenados en jaulas con monos naranjas escandalizaron al mundo.
EE.UU. sigue, oficialmente, en “guerra contra el terror” y su actual presidente anuló la orden de cerrar el infame penal. Durante la campaña, Trump prometió “llenarlo de tipos malos”. No ha entrado ningún preso nuevo desde el 2008 pero en ocasiones agita la decisión de mantenerlo abierto a modo de advertencia para los sospechosos de terrorismo. El Departamento de Defensa le envió ayer su propuesta confidencial de los criterios para enviar a Guantánamo a personas que “presentan una amenaza continuada y significativa para la seguridad de Estados Unidos”.