Quieren otra foto
Se acabó. ETA desaparece y la noticia merece ser celebrada. Es un momento importante y como tal debe ser asumido, con grandeza y perspectiva histórica. Muchos se preocupan por el control del relato oficial sobre el terrorismo, saben que la sociedad deberá saber explicar lo sucedido más allá de la memoria –siempre parcial– de cada cual. Encontrar las palabras exactas que a todos representen no será fácil, es una tarea delicada y larga, sin duda. La responsabilidad de los políticos es muy alta: a ellos corresponde generar y mantener un clima de convivencia que facilite el perdón y la cicatrización de las heridas. Ciertos políticos han pescado en el río revuelto del conflicto sin atender a otra razón que el tacticismo. Las víctimas del terrorismo –que deben ser acompañadas, respetadas y resarcidas– fueron instrumentalizadas en su día por la dirección del PP, como manera de intentar desgastar a los gobiernos del PSOE. Quien siembra vientos recoge tempestades.
Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite (Colectivo de Víctimas del Terrorismo) ha declarado que “este no es el final de ETA que queríamos ni la sociedad, ni las víctimas, ni el que nos merecíamos”. Asimismo, ha acusado al Ejecutivo de Rajoy de haberles “hurtado la foto” de la “derrota” de los etarras. La hermana de Gregorio Ordóñez, diputado y concejal popular en San Sebastián asesinado por ETA, critica duramente la política antiterrorista del Gobierno. ¿Qué sucedería hoy si algún partido importante hiciera de altavoz de esta posición? No hace falta que se lo imaginen porque esto ya ha ocurrido. Albert Rivera, líder de Cs con mucha prisa por llegar al palacio de la Moncloa, ha firmado el manifiesto por un fin de ETA “sin impunidad” que impulsa Covite. Rivera, cuyos
Con mucha prisa por llegar a la Moncloa, Rivera ha firmado el manifiesto por un fin de ETA “sin impunidad”
resultados electorales en Euskadi y Navarra son escasos, ha aprovechado la ocasión para marcar distancias con el PP desde la derecha de la derecha, allí donde también se mueven Vox y otros que consideran blando a Rajoy. Es extraño el centrismo de Rivera, que siempre acaba adelantando a los populares por la derecha, una actitud que casa mal con la familia liberal europea.
La señora Ordóñez y el ansioso Rivera quieren otra foto del final de ETA. Y Rajoy está probando ahora la medicina que él mismo recetó al presidente Zapatero en el 2006, cuando la AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo) organizó una gran manifestación –secundada por el PP– para protestar por una hipotética negociación con ETA. El socialista Blanco acusó entonces a Rajoy de “manipular el legítimo dolor de las víctimas”, frase que podría suscribir hoy el actual presidente, pero aplicada al líder del partido naranja. La semilla aznariana de FAES en Cs nos está regalando repeticiones de la jugada que tienen mucho de justicia poética, siempre y cuando se olvide uno del mal que hacen los pirómanos.