Vicky y el poder de las flores
La diseñadora Martín Berrocal amadrina en Barcelona la fiesta de Carpe Diem
Vicky Martin Berrocal (45) es flamenca, pero su vida más que de lunares está llena de flores. Por eso nadie mejor que ella para amadrinar la fiesta Flower Power, que ayer celebró un año más el restaurante Carpe Diem, de Barcelona. Entre los invitados estaban Macarena Gómez y Aldo Comas, Irene Montalá y Miquel Fernández, Ana Rujas, Manel Fuentes, Cristina Castaño, Ana Fernández, Andrea Molina, Octavi Pujades y Lucía Rivera, entre otros.
“Las flores son las grandes protagonistas de mis vestidos, y el más recordado mío, que lo soñé antes de dibujarlo, lleva 350 flores rojas en la cola”, explicó la madrina Martín Berrocal antes de empezar la fiesta. Ese vestido que la catapultó lo lució Uma Thurman para el calendario Campari del 2014 y actualmente lo lleva una de las 80 meninas que invaden el centro de Madrid hasta el mes de julio y que han sido decoradas por diferentes artistas.
Vicky llegó a la Flower Power con su hija Alba Díaz, que de momento prefiere mantenerse en un segundo plano. “Sabe que sus padres son conocidos, pero ella dice que todavía no ha hecho ningún mérito”, explica su madre. El pasado diciembre, cuando alcanzó la mayoría de edad, saltó a los medios por su amistad con Felipe de Marichalar, ya que estudian juntos Comunicación y Negocios en Madrid, en The College for International Studies.
Alba es muy familiar, y esa es una de las razones por las que ha preferido estudiar en Madrid y no en Nueva York, como lo hizo el pasado año. Siente admiración por sus progenitores y un gran cariño por su hermanos Manuel y Triana, hijos de Manuel Díaz con su segunda esposa, Virginia Troconis. Vicky dice que a su hija le encantaría que su padre pudiera algún día abrazar a su abuelo Manuel Benítez El Cordobés, íntimo amigo de José Luis Martín Berrocal. La diseñadora lleva tatuado en la muñeca derecha el nombre de su hija y además le ha dedicado una de las dos fragancias que acaba de lanzar: Alba es la de día, y Eterna, la de noche. También acaba de sacar una línea de gafas de sol y ha abierto una tienda en Irán.
Es una mujer muy activa y el pasado fin de semana ya estuvo en Barcelona, en la Bridal, donde acudió por primera vez y apenas abandonó el stand: “Me gusta vender y explicar a las clientas lo que hago. Porque son ellas las que me han llevado donde estoy”. Y añade: “Mis amigos me dicen de broma que si me he comprado un AVE, porque después de la Bridal viajé a Málaga, luego a Sevilla, Madrid y ayer de nuevo a Barcelona”. Hoy regresa a Madrid porque abre un pequeño local de flamenco, Shalaura. “Es una locura mía, para escuchar flamenquito –dice–. Y está decorado con carteles antiguos que he recuperado de una bodega de mi padre”.
Hace dos años recibió una visita
Estuvo acompañada por su hija Alba, de 18 años, nacida de su matrimonio con el torero Manuel Díaz
muy especial en su taller de Sevilla, la de Minnie, que viajó desde Disneyland París para que Martín Berrocal le diseñara una colección cápsula de tres piezas: vestido, mantón y peineta. “Es el personaje más flamenco de Disney con su vestido de lunares”, recuerda la diseñadora, que también ha hecho trajes para las muñecas Nancy y Barbie.
Vicky se define como una mujer fuerte, “demasiado –apostilla–. Trabajadora y constante, que no me permito no estar bien”. Se considera agradecida con la vida “porque me ha tratado muy bien, aunque también he tenido momentos duros, pero no me quejo”. Lo único que le preocupa es “la sonrisa de los niños”.