Esto no se ha acabado
La plantilla celebra el doblete pero se toma muy en serio el partido del domingo
La plantilla del FC Barcelona volvió a celebrar ayer la obtención de los títulos de la Liga y la Copa del Rey, esta vez con una cena en el hotel Sofía de Barcelona, establecimiento muy próximo al Camp Nou. Asistieron los jugadores y sus respectivas parejas, así como todos los miembros del cuerpo técnico, el presidente Josep Maria Bartomeu, el vicepresidente deportivo, Jordi Mestre, y el directivo Javier Bordas. La factura no la pagó el club sino Mestre, promotor del encuentro y propietario del hotel. La idea fue suya.
Se podría pensar que el festejo debía servir como colofón a una temporada de felicidad moderada, desvirtuada sólo por el recuerdo de la pésima noche romana que supuso la eliminación de la Champions, pero en el ambiente planeó un sentimiento de cuenta pendiente, como si quedaran aún cosas por hacer. Y así es. Queda, ese es el sentimiento del núcleo duro de la plantilla, despedirse de Iniesta como se merece (todos los actos se concentrarán en el Barça Real Sociedad que cerrará la Liga y en los días previos); queda por supuesto acabar el campeonato sin perder un solo partido, un registro que permanecerá en el recuerdo; y queda, por encima de todas las cosas, un partido cuyo desenlace a veces es capaz de doblegar cualquier hito estadístico: imponerse al Real Madrid y hacerlo a poder ser a lo grande.
La plantilla azulgrana y la afición van en este sentido de la mano. Existe la sensación de que la versión auténtica del Barça de Valverde fue la desplegada en la final de Copa del Rey frente al Sevilla, con los futbolistas frescos de piernas y concentrados, en condiciones diametralmente opuestas a las mostradas en el Olímpico de Roma, y que esa versión es superior al Real Madrid actual como ha quedado demostrado en la Liga (15 puntos les separan) y en la Copa, aunque no en la Champions.
Obviamente arrancar esa espina no convalida a efectos prácticos porque el Madrid se ha ganado, a su manera, disputar la final de Kíev del 26 de mayo, pero el poso que podría dejar en el ambiente un triunfo contundente sobre el Madrid tendría una carga simbólica respecto a qué equipo es merecedor de la supremacía futbolística.
En la cena de anoche, las referencias al partido del domingo no faltaron. Después de la rúa celebrada el lunes y de unos días de descanso interrumpidos con la vuelta a los entrenamientos ayer
FIESTA Y FÚTBOL
Jugadores y técnicos, que asistieron con sus parejas, recuerdan que queda aún una cuenta pendiente
OBJETIVO COMÚN
No faltaron el presidente Bartomeu, el directivo Javier Bordas y Jordi Mestre, promotor de la cena
por la mañana, los jugadores no quieren dejarse llevar. El naufragio de Roma sigue doliendo, y una manera de paliar sus daños es ir aplicando curas regularmente sobre la herida. La respuesta futbolística en la final de Copa, con exhibición incluida, da pistas de cuales son las intenciones de un equipo satisfecho con lo hecho, pero todavía con ira que liberar.