La Vanguardia

“Nosotras también podemos acabarla”

El equipo Doménica, formado por 29 mujeres, sigue en pie a un día del final

- SERGIO HEREDIA Merzouga Enviado especial

Dice Marta Garciapons (32): –Llevábamos años estudiando el mercado. –¿Qué mercado?

–El del ciclismo femenino. Marta Garciapons cuenta que este tipo de estudios se confeccion­an a partir de múltiples variables. Por ejemplo, a partir de la cifra de mujeres ciclistas que recorren las carreteras y las montañas. –Hay muchas, cada vez más. O según el interés de ellas por la ropa ciclista:

–Tomás Domingo es una tienda de ciclismo en Barcelona.

Tiene setenta años de historia. En los últimos años habíamos observado que las chicas entraban allí y preguntaba­n: “¿Esta es toda la ropa de ciclismo de mujeres que tenéis?”. Hay marcas con productos para ellas: relojes, bicicletas, maillots... ¡Eureka!

El mercado lo entendió: convenía colocar aquel producto. Así nació Doménica, una tienda de ciclismo para mujeres. De eso hace un año. –¿Y funciona? –Estamos sorprendid­os con las ventas en el textil.

La tienda decidió abrirse al exterior. Marta Garciapons se puso al frente del área de marketing y comunicaci­ón.

–¿Cómo pensaban expandirse?

–Por ejemplo, con un equipo para la Titan Desert: sólo mujeres.

Y aquí están: 29 mujeres en el desierto. Con Marta Garciapons como responsabl­e y Sara Carmona (29) como líder.

Carmona es profesora en la Escola Vitae, entrenador­a personal, nadadora y triatleta. Ella instruye al equipo, que ha invertido cinco meses en prepararse para la Titan.

–¿Cómo las selecciona­ron? –le pregunto a Sara Carmona.

–Lanzamos la propuesta en las redes. Marcamos criterios. Que no hubieran disputado la prueba. Que vivieran cerca de Barcelona y vinieran a nuestros entrenamie­ntos y a las charlas de nutrición, mecánica o estrategia. Y que aceptaran correr en equipo.

–¿Y el nivel?

–Nunca fue importante. Hay una chica de 21 años y otra de 50. –¿Muchas aspirantes? –Unas 250. La selección fue complicada. Hubo llantos. Algunas asumieron su descarte como un fracaso. Otras han venido igualmente, por su cuenta.

La preparació­n fue un compromiso. Sesiones los fines de semana. Tiradas largas, de 100 kilómetros. Otras, en las dunas de la playa. Se concentrar­on en altitud, o en Banyoles.

Sara Carmona marcaba las pautas. Ella misma las seguía. Se ha entrenado tres días a la semana.

–No hice tiradas largas hasta los dos últimos meses, cuando me perdía por Collserola, la sierra de Marina (Badalona) o Sant Ramon (El Prat).

–¿Y por qué sólo chicas? –Porque aquí sólo hay hombres (el 85%). Y porque se trata de demostrar que, por muy dura que sea, que lo es, también podemos acabar la Titan.

–¿Y por qué son tan pocas? –Por miedo, desconocim­iento, poco apoyo... Muchas vienen porque se sienten arropadas dentro de un equipo. En general, a las mujeres nos gusta el deporte social, más que el competitiv­o.

Para Sara Carmona, esta es su segunda Titan Desert.

No tiene ni idea de cómo quedó en la otra, en el 2016.

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TITAN DESERT Marta Garciapons
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