Arrecia la tormenta sobre Trump por el pago a la actriz porno
El presidente contradice lo que dijo pero alega que no usó fondos de la campaña
La tormenta Daniels arrecia sobre la Casa Blanca.
El presidente Donald Trump se vio obligado ayer a reconocer, al contrario de lo que había dicho, que devolvió los 130.000 dólares que su “reparador personal”, el letrado Michael Cohen, entregó a la actriz porno Stormy Daniels, en vísperas de las elecciones del 2016, para cerrarle la boca sobre una supuesta relación sexual.
En sus micromensajes encadenados, Trump aseguró que “el dinero de la campaña o contribuciones a la campaña no jugaron ningún papel en la transacción”.
Si Cohen abonó esa cantidad fue para “frenar las acusaciones falsas y extorsionadoras hechas por ella respecto a un affaire”. Tras negar ese encuentro íntimo, que habría tenido lugar en el 2006, al poco de que Melania diera a luz a su hijo, Trump justificó el chantaje como algo “muy común entre celebridades y los ricos”.
Este nuevo capítulo, que deja al presidente de Estados Unidos al albur de otras de sus mentiras, no se produjo por una filtración del enemigo. Todo lo contrario.
Hace ya unas décadas en la Audiencia de Barcelona, como bien recordaba el añorado penalista Juan Antonio Roqueta, se convirtió en leyenda el consejo que un magistrado le dio a un acusado:
–Búsquese un abogado que le defienda de su abogado.
Unos cuantos años después y en Washington, a 6.000 kilómetros del paseo Lluís Companys, una expresión parecida se escuchó ayer entre los bastidores de la Administración Trump. Según diversas fuentes periodísticas, los asesores del presidente estadounidense se hacían cruces del “error no forzado” cometido por Rudy Giuliani, exfiscal, exalcalde de Nueva York y fracasado aspirante al Gobierno.
Giuliani, flamante fichaje del equipo de asesores legales para combatir la investigación del Rusiagate y otros líos, tuvo la ocurrencia de explicar en la Fox que Trump había devuelto a su letrado, Michael Cohen, los 130.000 dólares abonados a Stephanie Clifford, nombre real de Stormy Daniels, y que lo había hecho en diferentes meses. Reconoció incluso que se habrían realizado devoluciones en el periodo de transición. Uno de estos reembolsos se registró en febrero de este 2018.
El pasado 5 de abril, en el Air Force One, Trump contestó a los periodistas que él no sabía nada de eso. “Tenéis que preguntarle a Michael Cohen”, reiteró. Y dijo desconocer la razón de esos abonos o de dónde salía el dinero.
El asunto derivó a una fase diferente cuando hace unas semanas el FBI entró y registró el despacho y la residencia de Cohen. La semana pasada, Trump afirmó en la Fox, por supuesto, que su letrado particular le representaba en el “loco acuerdo” con Daniels.
La NBC adelantó ayer que agentes federales recibieron autorización judicial previamente pa- ra pinchar los teléfonos de Cohen. Siempre a partir de este medio, los investigadores podrían haber escuchado conversaciones entre el abogado y la Casa Blanca.
El exalcalde tuvo dos momentos televisivos a costa de lo mismo. La noche del miércoles, Giuliani explicó que Trump desconocía “los puntos específicos” de ese pacto y que Cohen simplemente se hacía cargo de los asuntos “como era habitual”.
Añadió que el presidente no tenía conocimiento de ese pago hasta hace poco, “unos diez días”. Todo apunta a que su aparición buscaba despejar el nubarrón de que ese dinero formaba parte de la campaña electoral.
Una vez que Trump matizó vía Twitter las palabras de su asesor, Giuliani volvió a la Fox este jueves, y provocó más enredo. “Imaginad que esto sale el 15 de octubre del 2016, en medio del último debate con Hillary Clinton. Cohen no preguntó, hizo que esto no pasara”, recalcó. Es decir, que tuvo relevancia en la campaña.
“Esto habría salido más tarde o más pronto o bien los agentes federales lo habrían sacado”, afirmó Michael Avenatti, abogado que representa a la actriz, al intentar entender la iniciativa de Giuliani. Arrecia la tormenta.
Crisis por declarar Giuliani que el político devolvió el efectivo a Cohen, al que el FBI pinchó el teléfono