La Vanguardia

Eurovisión vota por la moda

Junto a las canciones, la historia del festival también está llena de trajes icónicos

- ISABEL CLARÓS

La cuenta atrás para Festival de Eurovisión, que se celebrará el sábado en Lisboa empezó ayer oficialmen­te con la fiesta de bienvenida. No obstante ya hace días que los representa­ntes están inmersos en los ensayos en el Altice Arena de la capital portuguesa, por lo que se han ido desvelando detalles sobre cómo serán las actuacione­s. El jueves RTVE comunicó que Amaia y Alfred vestirán de Teresa Helbig y Paco Varela, respectiva­mente. Pero como ocurre en las bodas, el traje definitivo no se descubrirá hasta el día 12, pues la pareja ha viajado con tres modelos diferentes de cada diseñador.

Desde hace unos años, Eurovisión es más que música, la puesta en escena y el vestuario son un factor relevante. Fue en 1967 cuando por primera vez más que la canción ganadora Puppet on a string, quien impactó fue su intérprete, una jovencita Sandie Shaw con un minivestid­o joya y descalza. Al año siguiente, Massiel triunfó con La, la, la y con el vestido corto blanco de André Courrèges con margaritas rosas bordadas. Su precio era de 49.000 pesetas, que pagó ella misma. Salomé, la ganadora de 1969 por

Vivo cantando, será recordada por llevar el traje más pesado de Eurovisión. El mono azul con canutillos de porcelana, creado por Manuel Pertegaz pesaba 14 kilos y costó millón y medio de pesetas, que pagó Televisión Española. Aunque fue un precio alto, el récord del traje más caro de España en Eurovisión ha sido el de Edurne, en el 2016. La intérprete de Amanecer lució un vestido capa rojo con cinco metros de cola de José Fuentes que costó 15.000 euros (en pesetas hubieran sido dos millones y medio).

Otros trajes de los representa­ntes españoles han resultado más baratos, como el de Remedios Amaya, en 1983. El que le había diseñado Tony Benítez resultó ser del mismo color que el escenario y la cantante tuvo que improvisar con un traje suyo de rayas azul y blanco, que le había costado 1.000 pesetas (6 euros). Las Azúcar Moreno también tuvieron un percance en 1990. Momentos antes de actuar se rompió una cremallera de uno de los vestidos rojos de Francis Montesinos y actuaron con unos negros de lycra, que se habían comprado en Madrid por 2.500 pesetas (15 euros). Ruth Lorenzo, en el 2014 también tuvo que improvisar. En los ensayos de Dancing in the rain, el vestido que le había diseñado Ana Martín, de An-

La belga Barbara Dex da nombre al premio al peor vestido que en 1999 ganó Lydia con un diseño de Ágatha Ruiz de la Prada

margo, de corte sirena y estructura guerrera no quedaba bien en pantalla y tuvo que cambiarlo por uno similar de Karim Desing.

España y la mayoría de los países han visto en Eurovisión una plataforma para promociona­r la moda propia. En 1988, Francis Montesinos y Antonio Alvarado vistieron a los cuatro integrante­s de La Década Prodigiosa, con hombreras, volantes y aires toreros. A Rosa y sus com- pañeros de Operación Triunfo en el 2002 los vistió Jorge Pérez de rojo y negro. A Beth, al año siguiente, Etxart & Panno. En el 2009, Soraya iba de Juan Pedro López. Pastora Soler, en el 2012, eligió un vestido de gasa de corte helénico verde aguamarina de Cañavate. Y en el 2013, Raquel del Rosario, de El Sueño de Morfeo, desafió superstici­ones con un vestido de amarillo de Yolancris, aunque quedaron penúltimos.

El vestido de Karina, en el 1971 , es uno de los más populares. Era de Antonio Nieto, que siguiendo las tendencias llevaba un agujero al final de la falda que fue apodado como la gatera. La túnica de Betty Missiego, en 1979 y el vestido de Paloma San Basilio, en 1985, son quizás de los más elegantes que ha llevado España a Eurovisión, aunque no son de diseñadore­s conocidos. Lydia, en 1999 vestida de Agatha Ruiz de la Prada no ganó el festival pero sí el premio Bárbara Dex al peor traje. Esta cantante belga representó a su país en 1993, acabó la última, pero sobre todo fue criticado su traje que se lo confeccion­ó ella misma. Y desde 1997 se entrega el premio con su nombre al peor vestido. En el 2005, lo ganó Gisela, que participó por Andorra.

En Eurovisión también han participad­o grandes diseñadore­s internacio­nales como Jean Paul Gaultier que vistió a Dana Internacio­nal en 1998, cuando ganó con Diva. En el 2011 la transexual volvió a participar y de nuevo apostó por Gaulter, aunque no ganó. El dúo español Baccara representó a Luxemburgo en 1979. María y Mayte eligieron dos vestidos de Dior, uno blanco y otro negro, como siempre. Pero si hay una diseñadora que pasará a la historia de Eurovisión es Inger Svvenke. Ella es la responsabl­e de las botas de plataforma, pantalones afarolados, faldas largas asimétrica­s, casquetes y chorreras, que lucieron los miembros de Abba, en 1974, cuando ganaron a ritmo de Waterloo.

Entre los mejores trajes que se han visto destacan los de Salomé, Dana Internatio­nal, Massiel, Sandie Shaw o Abba

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1. Edurne (2015). El traje de José Fuentes es el más caro de los eurovisivo­s españoles
2. Salomé (1969). Su traje de Pertegaz pesaba 14 kilos
3. Paloma San Basilio (1985). Uno de los vestidos más elegantes de Eurovisión
4. Massiel (1968). Ganó...
EFE 9 1. Edurne (2015). El traje de José Fuentes es el más caro de los eurovisivo­s españoles 2. Salomé (1969). Su traje de Pertegaz pesaba 14 kilos 3. Paloma San Basilio (1985). Uno de los vestidos más elegantes de Eurovisión 4. Massiel (1968). Ganó...
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