El bloqueo político aboca a Italia a unas nuevas elecciones
Mattarella propone a los partidos un gobierno técnico hasta el 2019 como última opción
El presidente de Italia, Sergio Mattarella, planteó ayer que se constituya un gobierno técnico hasta el 2019 como última opción para superar el bloqueo político. No obstante, la propuesta tiene pocos visos de prosperar ya que los líderes del Movimiento 5 Estrellas y la Liga no quieren investir a nadie que no haya pasado por las urnas. Si no se logra un acuerdo, los italianos volverán a votar en el mes de julio.
Un gobierno neutral que pueda estar máximo hasta el 31 de diciembre del 2018, que apruebe los próximos presupuestos italianos, que esté formado por personalidades ajenas a la política y que tenga la obligación de dimitir tan pronto como las formaciones se pongan de acuerdo para formar un gobierno político. Si no lo consiguen de aquí a enero, se vuelve a las urnas y los responsables de este Ejecutivo no podrían presentarse a las elecciones.
Esta es la salida que ha encontrado el presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, al embrollo italiano. Constatada la falta de mayorías después de la tercera ronda de consultas, celebrada ayer en el Quirinal, Mattarella no ha tenido más remedio que pronunciarse.
“Agradezco al Gobierno de Gentiloni por su trabajo en esta situación anómala, pero han concluido sus funciones y no puede ser prorrogada más porque se formó por una mayoría parlamentaria que ya no existe”, explicó en su comparecencia tras reunirse con todos los partidos.
Ahora el jefe de Estado italiano propondrá un nombre institucional para guiar al país durante estos meses. Suenan el economista Carlo Cottarelli, que agradaría tanto a sectores del Movimiento 5 Estrellas (M5E) como a Silvio Berlusconi; la misma presidenta del Senado, Elisabetta Alberti Casellati; o la economista de la London Business School Lucrezia Reichlin. Esta persona indicará un equipo de ministros, que después tendrán que recibir el voto de confianza del Parlamento.
Mattarella pide a los partidos que lo apoyen en el necesario voto de confianza, porque si no la otra salida sería volver a las urnas lo antes posible, en julio u otoño. Podría haber sorpresas –el voto es secreto–, pero de momento parece que las elecciones están más cerca que nunca. Tanto el líder grillino, Luigi di Maio, como el de la Liga, Matteo Salvini, rechazaron cualquier gobierno técnico y pidieron elecciones lo antes posible. Hasta pusieron fecha: el 8 de julio. Por números parlamentarios, el gobierno de Mattarella necesita a al menos uno de los dos para salir adelante. “Para evitar que los italianos pierdan otros tres o cuatro meses escuchando sólo hablar de ley electoral, pienso que la fecha del 8 de julio es la más cercana y más eficaz para dar finalmente un gobierno a este país”, dijo Salvini. Según las normas electorales la primera fecha posible, por tiempos, no es el 8 sino el 22 de julio.
El presidente ve problemas a votar en verano. Italia nunca celebra elecciones en esta época, porque los electores pueden estar de vacaciones. Mattarella dijo que lo antes posible sería en otoño, pero entonces llegarían con muy poco tiempo para aprobar los presupuestos, con el riesgo del aumento del IVA y con los efectos recesivos que esta tasa comportaría para la situación financiera. Si el Partido Demócrata se mostró pronto disponible a apoyar al presidente, Forza Italia dijo que debían consultarlo con la coalición, pero que ven mejor votar en octubre que en verano.
Salvini, en cambio, quiere acudir ya a las urnas. Se presentó ayer en el Quirinal para reclamar un encargo de gobierno para él mismo y censura que Mattarella prefiera un gobierno técnico que dejar que lo intente la derecha. Pero al bloque formado por la Liga, Forza Italia y Hermanos de Italia le faltan más de 50 diputados, y ninguno de los otros partidos les quieren apoyar. Tampoco está bien visto su euroescepticismo en el Quirinal.
Según los analistas italianos, Salvini está muy irritado con Berlusconi. Después de muchas peticiones, Luigi Di Maio dio el paso al lado que le pedía la Liga y aceptó renunciar a ser primer ministro en favor de un gobierno antisistema. Pero seguían poniendo como condición que ni Il Cavaliere –inhabilitado por fraude fiscal hasta el 2019– ni Forza Italia tuviesen nada que ver. Después de mucha tensión en el bloque derechista, Salvini optó por no dejar caer a su socio, con el que no sólo se presentó el 4 de marzo, sino con quien gobierna en muchas regiones y ayuntamientos italianos.
Salvini y Di Maio se niegan a apoyar a nadie que no haya sido elegido y proponen urnas para el 8 de julio