Estalla la tensión entre Israel e Irán en territorio sirio
Gran ofensiva israelí en represalia por un supuesto ataque de Teherán a sus tropas
La tensión acumulada durante años entre Israel e Irán estalló ayer en Siria. Israel ejecutó de madrugada un gran ataque militar en represalia por el supuesto lanzamiento de misiles iraníes contra tropas israelíes en el Golán. De confirmarse, sería el primer ataque directo de estas características.
Israel lanzó en la madrugada de ayer un ataque a gran escala contra las posiciones militares de Irán en territorio sirio, en respuesta –según el Gobierno israelí– a un ataque previo iraní contra los altos del Golán que no logró alcanzar ningún objetivo. El ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, aseguró que la fuerza aérea israelí había destruido “casi la totalidad” de la infraestructura militar iraní en Siria. Teherán mantuvo un absoluto silencio sobre el choque entre los dos países, que supone un punto de inflexión tras años de tensión acumulada. De confirmarse, se trataría también de la primera vez que Irán lanza un ataque directo contra las fuerzas israelíes en una partida que hasta ahora había jugado utilizando al grupo chií libanés Hizbulah.
“Si cae lluvia en nuestro lado de la frontera, en el otro habrá un diluvio”, amenazó Lieberman, refiriéndose a posible nuevos ataques iraníes. “No dejaremos que Irán use Siria como base para atacarnos”, alertó. El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, fue más allá y advirtió que “si Irán ataca a Israel, Estados Unidos reaccionará”. El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, por su parte, acusó Irán de haber cruzado una “línea roja” con su ataque contra el norte de Israel.
Según explicó el Gobierno israelí, ayer de madrugada la división Al Quds de los Guardianes de la Revolución iraníes lanzó más de 20 proyectiles desde Siria hacia posiciones militares israelíes en los altos del Golán. Gran parte de ellos no traspasaron la frontera israelí, pero cuatro lograron cruzar el espacio aéreo y fueron interceptados por la Cúpula de Hierro, el sistema antiaéreo del ejército hebreo.
Según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, 23 militares sirios e iraníes murieron a consecuencia de la respuesta del Tsahal al ataque iraní. No obstante, el ejército de Bashar el Asad intentó minimizar los daños, alegando que los bombardeos israelíes sólo se cobraron tres bajas, dos heridos y daños en un almacén de munición y en baterías antiaéreas. Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso informó de que fueron divisados 28 cazas israelíes llevando a cabo unas 50 incursiones, y que por lo menos lanzaron 70 cohetes.
Cerca de las 4 de la mañana las sirenas sonaron en el norte de Israel, y la población se protegió en los refugios antiaéreos preparados horas antes. Según fuentes militares, cazas de la fuerza aérea hebrea atacaron decenas de objetivos militares en Siria. Entre los lugares alcanzados hay bases de la inteligencia iraní, una sede de logística perteneciente a la división Al Quds, un complejo militar en Kiswah, depósitos de municiones de los Guardianes de la Revolución en el aeropuerto internacional de Damasco y puestos de observación.
Portavoces israelíes declararon que en los últimos meses Teherán ha enviado a Siria armamento sofisticado para atacar a Israel, como drones, misiles tierra-tierra y baterías antiaéreas. El portavoz del ejército israelí, Jonathan Conricus, señaló que “Israel no está interesado en una escalada, pero bajo ninguna circunstancia permitirá que Irán establezca una presencia militar en Siria cuyo objetivo es atacar a Israel y deteriorar una situación ya muy frágil en la región”. El exsubjefe del Estado Mayor del ejército israelí, Dan Harel, declaró a La Vanguardia que “el objetivo del régimen de los ayatolás es libanizar la frontera siria, convirtiéndola en un nuevo frente anti Israel”.
Sólo horas antes de los enfrentamientos, Netanyahu acudió el miércoles a Moscú para reunirse con el nuevo sheriff de Siria, el presidente ruso, Vladímir Putin. Netanyahu insinuó que había recibido luz verde en la plaza Roja y dijo que “no tenemos razón para pensar que Rusia limitará nuestra libertad de movimientos (en Siria)”. El premier hebreo expuso a Putin que “el interés ruso es muy distinto del interés iraní”. Asimismo, le advirtió que si Moscú pretende evitar un verano ardiente y asegurar un Mundial de fútbol tranquilo, debe impedir el despliegue en Siria de sus sistemas antiaéreos S-300 y S-400.
La escalada de las últimas horas despierta el temor de una guerra y supone el choque directo de mayor magnitud entre los ejércitos de Irán e Israel, así como los más duros enfrentamientos armados con participación israelí en territorio sirio desde la guerra del Yom Kipur de 1973.
Con la retirada de EE.UU. del acuerdo nuclear con Irán, las reglas del juego han cambiado de forma dramática. Netanyahu pretende que Washington evite un ataque iraní sobre Israel, y que Rusia frene las agresiones iraníes desde Siria. El líder israelí apuesta así de forma triple: por un lado, por la cautela del líder supremo iraní, Ali Jamenei; por otro, por la credibilidad de Trump; y por último, por la generosidad de Putin.
Netanyahu se basa también en el equipo halcón de Trump, compuesto ahora por el secretario de Estado Mike Pompeo y el consejero de Seguridad Nacional John Bolton. Trump podría haberse limitado a declarar la retirada norteamericana del acuerdo nuclear. Sin embargo, quiso ir mucho más lejos y agravar las sanciones económicas sobre Teherán, más allá de las que existían antes del 2015. Aparentemente, fue Netanyahu quien le recomendó golpear a los iraníes en su bolsillo “para que la opinión pública” expulse a los ayatolás. La pregunta es si éstos optarán o no por una guerra, que aparentemente nadie desea.
FUEGO CRUZADO Netanyahu acusa a Teherán de cruzar una “línea roja” con un ataque previo a Israel
ESCALADA
Es la mayor incursión israelí en Siria desde 1973 y el primer golpe directo de Irán