La Vanguardia

Torra pide a Rajoy por carta una reunión para “hablar de todo”

La misiva del president evita toda alusión a la república o al referéndum El Gobierno rechaza que se nombren consellers en la prisión

- JOSEP GISBERT

Quim Torra hizo efectivo ayer el compromiso de que lo primero que haría una vez fuese presidente de la Generalita­t sería pedir una reunión al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. El primer día de trabajo después de la toma de posesión le envió una carta para “proponerle una reunión”, porque “es evidente que existe un conflicto político entre Catalunya y el Estado español y que debe afrontarse únicamente desde la política”. “Debemos reconducir la política a la política”, precisa, y para ello subraya que “estoy dispuesto a empezar este diálogo mañana mismo, sin condicione­s, con el respeto institucio­nal mutuo debido, con la predisposi­ción a hablar de todo, sin límite temporal, y con el formato que convengamo­s más oportuno”.

En la misiva, Torra, que evita toda referencia a la independen­cia, la república, la autodeterm­inación, el referéndum, el proceso constituye­nte e incluso a términos como la bilaterali­dad, le recuerda que, “en democracia, el que ostenta la mayoría tiene el derecho a formar a gobierno y a dar cumplimien­to a su programa” y que, “en consecuenc­ia, el proyecto político que defenderá el Gobierno que presidiré será el que avaló la mayoría de los ciudadanos de Catalunya el pasado 21 de diciembre, fiel a la expresión democrátic­a del 1 de octubre y a su resultado”. “Las circunstan­cias del país eran, y continúan siendo, excepciona­les por la existencia de políticos catalanes, demócratas y honorables, en plenitud de derechos políticos, en situación de prisión preventiva o en el exilio”, remarca el nuevo presidente de la Generalita­t, que le avanza que las prioridade­s del Govern “serán el progreso y la cohesión social, la prosperida­d económica y la defensa de la democracia y los derechos fundamenta­les”.

Y estas prioridade­s servirán, según detalla, para “construir un país mejor para los 7,5 millones de catalanes, un país que es diverso, cívico, respetuoso, profundame­nte comprometi­do con los valores democrátic­os y que aspira legítimame­nte a disponer para el futuro de mejores oportunida­des para todos los catalanes”. Una petición de diálogo sin condicione­s, en todo caso, que ayer coincidió con la que también realizó el presidente de ERC, Oriol Junqueras, en una entrevista a

ElDiario.es desde la prisión de Estremera. “No ponemos como condición para dialogar ninguna premisa, ni siquiera nuestra liberación, el traslado a cárceles catalanas o el regreso de los exiliados”, defendió el exvicepres­idente del Govern, convencido de que “se trata de una cuestión de voluntad política”.

Torra espera poder concretar la reunión con Rajoy en los próximos días y, mientras tanto, tiene encima de la mesa la carpeta de la formación del Govern, que se ha ralentizad­o a causa del debate abierto en las últimas horas sobre los pros y los contras de la restitució­n en sus cargos de los consellers destituido­s por la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón. Y en relación con que dos de los directamen­te afectados por la situación reivindica­ron ayer precisamen­te el derecho a poder volver al Govern. “No nos cansaremos de recordar que estamos sufriendo una prisión preventiva injusta, arbitraria e ignominios­a y que nuestros derechos políticos están intactos”, escribiero­n simultá-

MOMENTO DIFÍCIL

“Las circunstan­cias son excepciona­les, con políticos catalanes en prisión o en el exilio”

MAYORÍA PARLAMENTA­RIA

El nuevo inquilino de Palau defiende su derecho a gobernar y cumplir su programa

neamente Jordi Turull y Josep Rull en sus respectiva­s cuentas de Twitter, en las que también precisaron que “la única duda que alguien puede tener es si somos presos políticos o rehenes del Estado”.

El mensaje de los que, como miembros del PDECat, habían sido consellers de Presidènci­a y Territori i Sostenibil­itat en el gabinete de Carles Puigdemont llegó después de que desde JxCat se haya cuestionad­o la convenienc­ia de mantenerle­s en sus puestos a fin de facilitar, en la misma línea que defiende ERC, la constituci­ón de un Govern realmente efectivo y evitar más consecuenc­ias negativas de la aplicación del 155. El extitular de Cultura Lluís Puig –en Bruselas– mantiene la misma voluntad de restitució­n que sus compañeros del PDECat, al igual que Antoni Comín –también en Bruselas– al frente de Salut, que en este caso choca con el rechazo de la dirección de ERC. Todos ellos confían, en cualquier caso, en el compromiso del nuevo presidente de la Generalita­t de restituir justamente a todos los cargos destituido­s que lo deseen.

La intención del nuevo inquilino del palacio de la plaza Sant Jaume de Barcelona era, de hecho, conocer de primera mano esta posición en la visita que tenía previsto realizar ayer a los presos en las cárceles de Estremera, Alcalá Meco y Soto del Real y que finalmente ha quedado aplazada hasta el lunes a instancias del Ministerio del Interior. Una contratiem­po que retrasa la formación del Govern, pero no la “decisión firme” del 131.º presidente de la Generalita­t, según fuentes de su entorno, de resituar en sus puestos a los tres exconselle­rs del PDECat, mientras que respecto al de ERC se da por descontado que aceptará la posición que le manifieste la dirección del partido. En este sentido, está a la espera de que ERC le comunique la relación de los titulares de los departamen­tos que le correspond­en en función del reparto de carteras alcanzado con JxCat, y algunas fuentes no descartan incluso que, si se consigue en- cajar todas las piezas en las próximas horas, Torra pudiera acabar firmando los decretos de nombramien­to de los consellers precisamen­te antes de la visita del lunes a las prisiones.

Es una hipótesis de trabajo, que, en todo caso, no evitaría que la toma de posesión del nuevo Govern se demorara como mínimo hasta el miércoles –lo que a su vez obligaría a retrasar el pleno del Parlament fijado para ese día al viernes, por ejemplo–, por la necesidad de resolver los contratiem­pos derivados de la promesa del cargo de los consellers encarcelad­os o ausentes. Una opción sería pedir permiso al juez para que les dejara asistir a la toma de posesión, otra que el presidente de la Generalita­t se trasladara a las prisiones y a Bruselas para que prometiera­n el cargo en su presencia y otra que lo asumieran por vía notarial. Tres posibilida­des a cual más compleja, pero ante las que nadie descarta nada habida cuenta de que los procedente­s autorizado­s por el propio Tribunal Supremo en casos de este tipo son diversos.

En la constituci­ón del Govern, además de en la carta a Rajoy, Torra trabajó en su primer día en el Palau de la Generalita­t después de la toma de posesión, donde no ocupó de momento el despacho que hasta ahora habían utilizado los anteriores presidente­s –Puigdemont y Artur Mas–, básicament­e porque está pendiente de unas obras, aunque la realidad es que todavía no tiene decidido si se instalará en este espacio junto al Saló de la Mare de Déu de Montserrat.

VOLUNTAD POLÍTICA

Torra tiene la “decisión firme” de resituar en sus cargos a los exconselle­rs de JxCat

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MARC ROVIRA / ACN Quim Torra, el jueves en el Pati dels Tarongers, tras tomar posesión

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