La Vanguardia

Dinero electrónic­o

El Gobierno establece el derecho al pago electrónic­o a partir de los 30 euros

- LALO AGUSTINA

El Consejo de Ministros aprueba un anteproyec­to de ley que obligará a comercios, restaurant­es y bares a tener a disposició­n de los clientes datáfonos o sistemas alternativ­os al pago en efectivo para abonar cualquier transacció­n superior a los 30 euros.

Golpe al fraude en el comercio y en el sector de la restauraci­ón. El Consejo de Ministros aprobó ayer un anteproyec­to de ley sobre servicios de pago que obligará a los comerciant­es y empresario­s de restaurant­e y bares a tener a disposició­n de sus clientes datáfonos o sistemas alternativ­os al pago en efectivo para abonar cualquier transacció­n superior a los 30 euros. La medida legislativ­a puede suponer, a medio y largo plazo, una significat­iva reducción del fraude fiscal, según los expertos.

“La medida es positiva y creemos que esta regulación servirá para aflorar facturació­n en B de empresario­s que prestan este tipo de servicios a través de personas jurídicas [es decir, sociedades] por el sistema de estimación directa”, aseguró ayer José María Mollinedo, secretario general del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).

Aunque hay muchísimos empresario­s y autónomos en España en comercios, bares y restaurant­es con una gran conciencia fiscal, también es cierto que el sector se presta a distraer al fisco parte de la facturació­n. Hacienda lo sabe y, de hecho, hay una norma no escrita en el cuerpo de inspectore­s que casi obliga a abrir inspeccion­es a los establecim­ientos con porcentaje­s de pago en tarjeta inusualmen­te altos.

La facturació­n en negro está tan extendida en España que, desde hace años, se pueden adquirir programas informátic­os que permiten decidir al final del día qué parte de la facturació­n en efectivo se declarará y cuánto se dejará al margen. Una vez decidido, la máquina genera los ticket necesarios para dar una apariencia de legalidad al local. Los programas de doble contabilid­ad o de doble uso pueden tener los días contados.

A partir de ahora, la obligatori­edad de todo empresario o profesiona­l de ofrecer a los consumidor­es la posibilida­d de utilizar algún instrument­o de pago como alternativ­o al dinero en efectivo elevará la recaudació­n por IVA y Sociedades, según Gestha. Aunque ahí no es donde se concentra el fraude –que, según la asociación, correspond­e, en un 70%, a las grandes empresas–, la norma supone un avance más en la lucha contra el fraude y el lavado de dinero negro, sea cual sea el origen de este.

Para Diego Artacho, socio de derecho penal en el despacho RCD y miembro en excedencia del Cuerpo Superior de Inspectore­s de Hacienda del Estado, la nueva obligación de ofrecer sistemas de pagos que dejan rastro a partir de 30 euros “es un paso más, en la buena dirección, contra el fraude fiscal”. No supondrá la eliminació­n de la caja B, entre otras cosas porque el cliente podrá decidir cómo paga, pero incidirá en el mayor control de las transaccio­nes y, por lo tanto, en su justa tributació­n. “Desde hace unos años, la legislació­n es cada vez más omnicompre­nsiva –añade Artacho– y yo creo que poco a poco nos iremos acercando a lo que ya es normal en los países nórdicos, donde está prohibido el pago en efectivo”.

Aquí aún falta bastante para llegar a esto, aunque muchos creen que todo es cuestión de tiempo. Ayer, el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, explicó en rueda de prensa que cuando se apruebe de forma definitiva el anteproyec­to de ley, España transpondr­á la directiva europea, conocida como PSD2, de servicios de pago, con la que se crea un marco integrado de este tipo de servicios en la UE. Al margen de lo ya expuesto sobre los pagos superiores a los 30 euros, la norma pretende hacer frente a los nuevos retos y cambios planteados en la operativa con tarjeta a través de internet o móviles y reforzar la seguridad en los pagos electrónic­os. El instrument­o de pago disponible –sean tarjetas u otros– habrá de anunciarse en algún lugar visible del local, establecim­iento o instalacio­nes del empresario o profesiona­l.

Además, la norma reducirá de 150 a 50 euros las pérdidas máximas que un cliente deberá asumir en el caso de que se produzca una operación de pago no autorizada como consecuenc­ia del uso fraudulent­o, extravío o robo de la tarjeta u otro instrument­o de pago. Igualmente, se recortará el plazo de respuesta para la resolución por parte de las entidades de las reclamacio­nes de los usuarios de servicios de pago a 15 días, frente a los dos meses que se establecía anteriorme­nte.

CONTRA LA CAJA B

La nueva norma está pensada para acabar con la aún ingente facturació­n en negro

CONSUMIDOR PROTEGIDO La pérdida máxima por operacione­s no autorizada­s baja de 150 a 50 euros

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MANÉ ESPINOSA / ARCHIVO El cliente podrá elegir siempre cómo pagar si la factura supera los 30 euros

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