La subida de las pensiones supone un gasto acumulado de 40.000 millones
Subir el IPC a las pensiones este 2018 y en el 2019 comporta un gasto acumulado en los próximos años de 40.000 millones de euros, según estimaciones de BBVA Research. Al tratarse de una actualización que se consolida entre los perceptores de prestaciones, elevarlas un 1,6% este ejercicio –más allá del 0,25% que establece la última reforma– implica un incremento del gasto para el sistema de 1.600 millones de euros, y de otros 3.200 millones cuando se vuelvan a elevar con el IPC el año próximo, explicó ayer Rafael Doménech, responsable de análisis macroeconómico de BBVA Research, durante una jornada organizada por el Consejo de Economistas. En estos dos años, la factura aumenta pues en 4.800 millones y, mientras vivan los beneficiarios actuales, el desembolso acabará alcanzando los 40.000 millones.
Miembro del comité de expertos de la reforma del 2013 donde se introdujo el factor de sostenibilidad (aplazado hasta el 2023) y el polémico índice de revalorización (IRP), Doménech aseguró que esta subida de las pensiones, acordada por el Gobierno con el PNV para sacar adelante los nuevos presupuestos generales del Estado, “es asumible pero hay que conocer cuánto nos cuesta”. Además aseguró que para hacer compatible el cumplimiento del IRP (dejar de tener déficit) y poder seguir mejorando las pensiones cada año con el IPC, la Seguridad Social tendría que contar cada año con unos ingresos adicionales de 18.000 millones. También apuntó que el aplazamiento en la aplicación del factor de sostenibilidad para los nuevos jubilados hace que el gasto vaya a subir un 2% en estos próximos cuatro años. En su opinión, con unos ingresos del sistema subiendo por debajo del 3%, las pensiones contributivas al 1,1%, la pensión media al 1,6% y un déficit estructural del 1,5% del PIB, resulta necesario “no derogar las reformas del 2011 y el 2013”, mejorar los salarios y la productividad e introducir un sistema de cuentas nocionales, entre otras medidas.