Los deberes pendientes del futuro Govern
La Moncloa, con el 155, se plantea no publicar el decreto de creación del Govern
Dos consellers encarcelados y dos instalados en Bruselas. Quim Torra firmó ayer el decreto de creación del nuevo Govern con la voluntad de restituir a los exconsellers que fueron cesados por Mariano Rajoy 155 en mano. La composición del Consell Executiu lleva incorporada la misma etiqueta de provisionalidad que la presidencia, pero para Torra y JxCat evidenciar la excepcionalidad del momento es prioritario. Y de paso, soliviantar a Mariano Rajoy. El Gobierno recordó ayer que debe autorizar la publicación de los nombramientos en el Diari Oficial de la Generalitat y que “analizará la viabilidad” del ejecutivo anunciado “dadas las circunstancias de algunos de los designados”. “Es una provocación”, concluyen en la Moncloa, que incluso se plantean si se debe considerar la petición de reunión del president.
Torra no firmó el decreto en el despacho del president en el Palau de la Generalitat, sino en el “otro despacho” del president, el de la Casa dels Canonges. Un tapiz del siglo XVI en la pared y en la mesa de Lluís Companys. La que fue a parar a la sede del Gobierno Militar durante el franquismo y que Josep Tarradellas hizo trasladar de nuevo a Palau al ser restituido en democracia. Fue pasadas las dos de la tarde cuando Pere Aragonès comunicó a Torra los nombres propuestos por ERC.
La composición del ejecutivo pone de manifiesto no sólo la complejidad del momento, sino las dificultades tanto en JxCat como en ERC para conjugar simbolismo, estrategia y compromisos políticos. La restitución del Govern fue el lema de campaña de JxCat, pero los procesos judiciales lo convirtieron en misión imposible y con efectos nulos a medio plazo, mientras ERC ha optado por iniciar una nueva etapa aunque con una única excepción.
Ni el expresident ni la mayoría de consellers volverán a un Consell Executiu que tendrá en Pere Aragonès, vicepresident y conseller de Economia (ERC), y Elsa Artadi, consellera de Empresa y portavoz (JxCat), los puntales de la gestión y la batalla política. La restitución se limita al nombramiento de Jordi Turull como conseller de Presidència y de Josep Rull, en Territori i Sostenibilitat, ambos en prisión, y Lluís Puig y Toni Comín, instalados en Bruselas y liberados de la petición de extradición del Tribunal Supremo, en los departamentos de Cultura y Salut, respectivamente.
Turull, encarcelado a medio debate de investidura, es quien más hincapié ha hecho en la necesidad de demostrar que los diputados presos tienen sus derechos políticos vigentes, aunque en las próximas semanas, si la sala del Supremo confirma el auto de procesamiento, se espera para ellos una suspensión. No obstante, tanto Turull como Rull pidieron ayer su inmediata puesta en libertad para tomar posesión del cargo, fijada para el miércoles. En ese acto está la clave para poner fin a la intervención de la Generalitat por parte del Gobierno central a través del 155. Pero también ahí se concentran todas las dudas del momento.
Ambos aceptaron ayer vía Twitter “seguir siendo” consellers “para ser consecuentes y leales a los compromisos con la ciudadanía de Catalunya”, y su abogado reivindicó que la formación de Govern supone la vía para el “retorno al autogobierno catalán”. De hecho, el letrado cita desde Felipe González, a José Luis Ábalos, y hasta Enric Millo, que sostuvo en unas declaraciones que “tener líderes independentistas en la cárcel no facilita las cosas”. Pero nadie espera una respuesta positiva de Llarena. Aunque Torra tiene previsto visitar mañana a los políticos y activistas en Estremera, Soto del Real y Alcalá Meco, no habrá toma de posesión carcelaria.
Tampoco hay garantías de que Puig y Comín puedan tomar posesión, ya que todos los informes jurídicos existentes, desde el Consell de Garanties hasta el Consejo de Estado, y hasta el Tribunal Constitucional, ponen sobre la mesa la necesidad de tomar posesión de forma presencial.
Desde la Moncloa, se situó la barrera incluso antes: el decreto podría no llegar a publicarse. El Gobierno central lamentó que la oferta de diálogo de Torra haya durado “menos de 24 horas” y se exigió al president que “ponga fin a la confrontación política que sólo genera desasosiego social y un importante perjuicio al conjunto de la sociedad catalana”. Para el Gobierno de Rajoy, Torra “ha desaprovechado una oportunidad de demostrar su voluntad de recuperar la normalidad”. En paralelo, Ciudadanos aumenta la presión para que no se levante el 155 aun habiendo Govern.
Aun estando pendiente la publicación del decreto para que entre en vigor, en el Palau de la Generali-
EL FRENTE JUDICIAL
Turull y Rull piden a Llarena que los libere para tomar posesión del cargo de consellers
EL FRENTE REPUBLICANO
ERC asume el nombramiento de Comín pese a su apuesta por la renovación
LA REACCIÓN EN MADRID
El Gobierno central ve una “provocación” en el decreto y nula voluntad de diálogo
CITA EN SUSPENSO
La reunión de ambos presidentes, en segundo plano hasta resolver el buevo ejecutivo catalán
tat se prevé una toma de posesión el miércoles en el salón Sant Jordi, tal y como es habitual, y la foto oficial en la galería Gótica.
La lista de consellers se completa en JxCat con Miquel Buch en Interior y Jordi Puigneró, investigado por el 1-O en el juzgado de instrucción 13 de Barcelona, en Polítiques Digitals y Administració Pública. En ERC, junto a Aragonès, debutarán Ester Capella en Justicia, Chakir El Homrani en Treball, Afers Socials i Famílies, i Teresa Jordà en Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació. ERC ha versionado el concepto restitución, con Ernest Maragall, que fue conseller de Ensenyament con el tripartito reconvertido en conseller de Acció Exterior, Relacions Institucionals i Transparència desde su militancia en ERC, y el retorno de Josep Bargalló, efímero conseller de Ensenyament que fue conseller en cap con Pasqual Maragall.
Sobre la mesa de Torra ya hay nombres para sustituir a los cuatro consellers en cuestión. Aunque se barajó la posibilidad de nombrar comisionados –una figura que les permitiría participar de las reuniones del Consell Executiu– primero se debería solventar la toma de posesión. Damià Calvet para Territori, Laura Borràs en Cultura, y se barajó el nombre de David Elvira en Salut. Presidència se preservaba a la espera de que Artadi hiciera un trueque de cartera desde Empresa.
La república “feminista” que propugna Torra se salda con un ejecutivo donde sólo hay tres mujeres, aunque el compromiso de la paridad se traslada a lo que se denomina ya “segunda vuelta” del Govern. La intención de ERC es incorporar una mujer en Salut si el nombramiento de Comín no sale adelante, al igual que JxCat en Cultura con Laura Borràs.
La estructura del Govern hacía semanas que estaba pactada entre JxCat y ERC y los movimientos de áreas entre departamentos son limitados. Presidència se queda con la Secretaria de Comunicació, mientras la de Difusió se va a la Vicepresidència. El área de procesos electorales, tras su paso fugaz por la vicepresidencia recala ahora en Acció Exterior, Relacions Institucionals i Transparència; las competencias de vivienda vuelven a la conselleria de Territori; y Justicia suma el Memorial Democràtic. Se da una especial relevancia a las políticas digitales, que ahora se convierten en conselleria.