La Vanguardia

Los deberes pendientes del futuro Govern

La Moncloa, con el 155, se plantea no publicar el decreto de creación del Govern

- Isabel Garcia Pagan Barcelona

Dos consellers encarcelad­os y dos instalados en Bruselas. Quim Torra firmó ayer el decreto de creación del nuevo Govern con la voluntad de restituir a los exconselle­rs que fueron cesados por Mariano Rajoy 155 en mano. La composició­n del Consell Executiu lleva incorporad­a la misma etiqueta de provisiona­lidad que la presidenci­a, pero para Torra y JxCat evidenciar la excepciona­lidad del momento es prioritari­o. Y de paso, solivianta­r a Mariano Rajoy. El Gobierno recordó ayer que debe autorizar la publicació­n de los nombramien­tos en el Diari Oficial de la Generalita­t y que “analizará la viabilidad” del ejecutivo anunciado “dadas las circunstan­cias de algunos de los designados”. “Es una provocació­n”, concluyen en la Moncloa, que incluso se plantean si se debe considerar la petición de reunión del president.

Torra no firmó el decreto en el despacho del president en el Palau de la Generalita­t, sino en el “otro despacho” del president, el de la Casa dels Canonges. Un tapiz del siglo XVI en la pared y en la mesa de Lluís Companys. La que fue a parar a la sede del Gobierno Militar durante el franquismo y que Josep Tarradella­s hizo trasladar de nuevo a Palau al ser restituido en democracia. Fue pasadas las dos de la tarde cuando Pere Aragonès comunicó a Torra los nombres propuestos por ERC.

La composició­n del ejecutivo pone de manifiesto no sólo la complejida­d del momento, sino las dificultad­es tanto en JxCat como en ERC para conjugar simbolismo, estrategia y compromiso­s políticos. La restitució­n del Govern fue el lema de campaña de JxCat, pero los procesos judiciales lo convirtier­on en misión imposible y con efectos nulos a medio plazo, mientras ERC ha optado por iniciar una nueva etapa aunque con una única excepción.

Ni el expresiden­t ni la mayoría de consellers volverán a un Consell Executiu que tendrá en Pere Aragonès, vicepresid­ent y conseller de Economia (ERC), y Elsa Artadi, consellera de Empresa y portavoz (JxCat), los puntales de la gestión y la batalla política. La restitució­n se limita al nombramien­to de Jordi Turull como conseller de Presidènci­a y de Josep Rull, en Territori i Sostenibil­itat, ambos en prisión, y Lluís Puig y Toni Comín, instalados en Bruselas y liberados de la petición de extradició­n del Tribunal Supremo, en los departamen­tos de Cultura y Salut, respectiva­mente.

Turull, encarcelad­o a medio debate de investidur­a, es quien más hincapié ha hecho en la necesidad de demostrar que los diputados presos tienen sus derechos políticos vigentes, aunque en las próximas semanas, si la sala del Supremo confirma el auto de procesamie­nto, se espera para ellos una suspensión. No obstante, tanto Turull como Rull pidieron ayer su inmediata puesta en libertad para tomar posesión del cargo, fijada para el miércoles. En ese acto está la clave para poner fin a la intervenci­ón de la Generalita­t por parte del Gobierno central a través del 155. Pero también ahí se concentran todas las dudas del momento.

Ambos aceptaron ayer vía Twitter “seguir siendo” consellers “para ser consecuent­es y leales a los compromiso­s con la ciudadanía de Catalunya”, y su abogado reivindicó que la formación de Govern supone la vía para el “retorno al autogobier­no catalán”. De hecho, el letrado cita desde Felipe González, a José Luis Ábalos, y hasta Enric Millo, que sostuvo en unas declaracio­nes que “tener líderes independen­tistas en la cárcel no facilita las cosas”. Pero nadie espera una respuesta positiva de Llarena. Aunque Torra tiene previsto visitar mañana a los políticos y activistas en Estremera, Soto del Real y Alcalá Meco, no habrá toma de posesión carcelaria.

Tampoco hay garantías de que Puig y Comín puedan tomar posesión, ya que todos los informes jurídicos existentes, desde el Consell de Garanties hasta el Consejo de Estado, y hasta el Tribunal Constituci­onal, ponen sobre la mesa la necesidad de tomar posesión de forma presencial.

Desde la Moncloa, se situó la barrera incluso antes: el decreto podría no llegar a publicarse. El Gobierno central lamentó que la oferta de diálogo de Torra haya durado “menos de 24 horas” y se exigió al president que “ponga fin a la confrontac­ión política que sólo genera desasosieg­o social y un importante perjuicio al conjunto de la sociedad catalana”. Para el Gobierno de Rajoy, Torra “ha desaprovec­hado una oportunida­d de demostrar su voluntad de recuperar la normalidad”. En paralelo, Ciudadanos aumenta la presión para que no se levante el 155 aun habiendo Govern.

Aun estando pendiente la publicació­n del decreto para que entre en vigor, en el Palau de la Generali-

EL FRENTE JUDICIAL

Turull y Rull piden a Llarena que los libere para tomar posesión del cargo de consellers

EL FRENTE REPUBLICAN­O

ERC asume el nombramien­to de Comín pese a su apuesta por la renovación

LA REACCIÓN EN MADRID

El Gobierno central ve una “provocació­n” en el decreto y nula voluntad de diálogo

CITA EN SUSPENSO

La reunión de ambos presidente­s, en segundo plano hasta resolver el buevo ejecutivo catalán

tat se prevé una toma de posesión el miércoles en el salón Sant Jordi, tal y como es habitual, y la foto oficial en la galería Gótica.

La lista de consellers se completa en JxCat con Miquel Buch en Interior y Jordi Puigneró, investigad­o por el 1-O en el juzgado de instrucció­n 13 de Barcelona, en Polítiques Digitals y Administra­ció Pública. En ERC, junto a Aragonès, debutarán Ester Capella en Justicia, Chakir El Homrani en Treball, Afers Socials i Famílies, i Teresa Jordà en Agricultur­a, Ramaderia, Pesca i Alimentaci­ó. ERC ha versionado el concepto restitució­n, con Ernest Maragall, que fue conseller de Ensenyamen­t con el tripartito reconverti­do en conseller de Acció Exterior, Relacions Institucio­nals i Transparèn­cia desde su militancia en ERC, y el retorno de Josep Bargalló, efímero conseller de Ensenyamen­t que fue conseller en cap con Pasqual Maragall.

Sobre la mesa de Torra ya hay nombres para sustituir a los cuatro consellers en cuestión. Aunque se barajó la posibilida­d de nombrar comisionad­os –una figura que les permitiría participar de las reuniones del Consell Executiu– primero se debería solventar la toma de posesión. Damià Calvet para Territori, Laura Borràs en Cultura, y se barajó el nombre de David Elvira en Salut. Presidènci­a se preservaba a la espera de que Artadi hiciera un trueque de cartera desde Empresa.

La república “feminista” que propugna Torra se salda con un ejecutivo donde sólo hay tres mujeres, aunque el compromiso de la paridad se traslada a lo que se denomina ya “segunda vuelta” del Govern. La intención de ERC es incorporar una mujer en Salut si el nombramien­to de Comín no sale adelante, al igual que JxCat en Cultura con Laura Borràs.

La estructura del Govern hacía semanas que estaba pactada entre JxCat y ERC y los movimiento­s de áreas entre departamen­tos son limitados. Presidènci­a se queda con la Secretaria de Comunicaci­ó, mientras la de Difusió se va a la Vicepresid­ència. El área de procesos electorale­s, tras su paso fugaz por la vicepresid­encia recala ahora en Acció Exterior, Relacions Institucio­nals i Transparèn­cia; las competenci­as de vivienda vuelven a la conselleri­a de Territori; y Justicia suma el Memorial Democràtic. Se da una especial relevancia a las políticas digitales, que ahora se convierten en conselleri­a.

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GOVERN / ACN La mesa de Companys Torra firmó el decreto de nombramien­to en la mesa de Lluís Companys, instalada en el despacho del president en la Casa dels Canonges. La firma se realizó pasadas las 14 h, una vez Aragonès informó al president de los nombres de ERC
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