Escaramuza comercial
Bruselas aplicará recargas aduaneras a motos, whisky y cigarrillos
En respuesta a la decisión de Estados Unidos de introducir restricciones al aluminio y al acero procedente del exterior, la Unión Europea presenta una lista de productos sobre los que aplicará aranceles.
Se cumplió la promesa. La Unión Europea transmitió el pasado viernes a la Organización Mundial del Comercio (OMC) una lista de productos sobre los que aplicará recargos arancelarios, en respuesta a la decisión de EE.UU. de introducir restricciones comerciales al aluminio y al acero procedente del exterior.
Estamos por lo tanto a la puerta de una guerra comercial en toda regla, con el guion habitual en estos casos: ante una amenaza se responde con otra amenaza. China y Japón ya anunciaron que se defenderían, mientras que Europa acaba de dar el paso (así como India).
El conflicto lo empezó Donald Trump, cuando el 8 de marzo decidió de forma unilateral aplicar derechos de aduana a las importaciones de acero (+25%) y aluminio (+10%). EE.UU. justifica esta medida catalogándola como “necesaria para proteger la seguridad nacional del país”. Washington invoca un argumento al que nunca se ha recurrido antes en la OMC, con lo que tampoco hay una jurisprudencia para tener alguna referencia.
Las cifras indican que la UE exportó acero a EE.UU. por 5.300 millones de dólares (es quien exporta más al país) y de aluminio por otros 1.100 millones de dólares en el 2017. ¿Es mucho? ¿Es poco? En su discurso, Trump afirma que con esta medida combate el daño ocasionado a la industria nacional por las importaciones excesivas de estos productos, así como por las prácticas injustas de comercio adoptadas en otras jurisdicciones, es decir que también invoca indirectamente el mecanismo jurídico de las llamadas “clausulas de salvaguarda” de la OMC para introducir sus aranceles, pero sin ofrecer pruebas concretas para justificar su aplicación en este marco.
Ahora Europa ha pasado al contraataque. Para argumentar su respuesta, Bruselas sí que se apoya en el citado mecanismo de las salvaguardas, según el cual, si después de 90 días las partes no consiguen un acuerdo, entonces quien sufre las medidas comerciales restrictivas, puede, de forma provisional, aplicar medidas de retorsión equivalentes.
En otras palabras, la UE niega que su acero o aluminio perjudique a los EE.UU. o que practique dumping comercial y ha preparado una batería de medidas valoradas en 2.800 millones de dólares, una cifra que le compensaría de los daños sufridos por exportar más caro acero y aluminio al país norteamericanos.
La lista incluye todos los símbolos más icónicos del “made in USA” o del estilo de vida norteamericano: los vaqueros, el bourbon, los cigarrillos, la cosmética, etcétera. Hay dos tablas: una con productos para los que se va a aplicar una recarga del 20% y una segunda que afecta a otra clase de bienes, con un tipo que varía entre el 10% y el 50%.
La Casa Blanca dejó en suspenso la recarga arancelaria a Europa hasta el 1 de junio. Si finalmente la administración Trump hace efectiva su decisión, la UE hará lo mismo a partir del día 20 de junio para la primera lista y a partir del 23
EE.UU. amenaza con introducir derechos aduaneros al acero y aluminio europeo el próximo 1 de junio
de marzo del 2021 para la segunda.
A su vez, India (por 135 millones de euros) va a golpear productos alimentarios estadounidenses( como la soja, nueces...) y presentó esta semana su propias lista como represalia a Trump, mientras que Japón (por 385 millones de euros) está a punto de hacer lo mismo con lo que la guerra comercial corre el riesgo de extenderse.
La UE confía en no llegar a estos extremos y ha ofrecido a la Casa Blanca trabajar una reforma de la OMC, así como renegociar una reducción de las barreras aduaneras en la industria. “Las guerras comerciales son fáciles de ganar”, dijo Trump, en un tono que evoca vaqueros, whisky y cigarrillos...