Compromiso con la política desde la adolescencia
Miquel Buch i Moya (Premià de Mar, 3 de agosto de 1975) dio el salto a la primera línea de la política municipal en 2007 al sustituir en la alcaldía de Premià de Mar al fallecido Jaume Batlle. Ya de muy joven, a los 19 años, se interesó por la política y empezó su andadura como militante activo de la Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC) entidad donde conoció a la que sería su esposa, Cesca, y madre de sus tres hijos, Biel, Oriol y Clara.
Dirigiendo la segunda mayor ciudad del Maresme se hizo un hueco en la política nacional al lado de la nueva hornada de jóvenes valores políticos con los que mantiene una excelente amistad, como Joan Ramon Casals, Albert Batalla, Jordi Cuminal o Míriam Nogueras. En el ámbito político catalán se le considera un hombre del entorno de Jordi Turull, conseller de la Presidència, al que se ha mantenido leal, lo que le ha situado en la órbita de candidatos a ocupar las conselleries de la Generalitat.
Desde los 21 años está aquejado de esclerosis múltiple benigna, una enfermedad que no le impide dedicarse plenamente a su gran pasión: la política y la familia. Miquel Buch, fue nombrado presidente de la Associació Catalana de Municipis, lo que valió ser acusado por la Fiscalía de desobediencia, prevaricación y malversación tras la organización del 1-O. A finales del 2017 decidió poner fin a su etapa como alcalde, en pleno conflicto por la expropiación de un recinto propiedad de Núñez y Navarro, y de la presidencia de la ACM para entrar en las listas de Junts per Catalunya al Parlament que lideró Carles Puigdemont. /