La Vanguardia

Las tareas del nuevo Govern

Después de casi siete meses de intervenci­ón de la Generalita­t, el artículo 155 llega a su fin con el nuevo Govern, que se espera que echará a de cambio climático, la de pobreza energética y la de igualdad; aumento del profesorad­o e impulso de la FP; subid

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Equipos obsoletos amenazan la excelencia

La mejora en las listas de espera gracias a planes de choque, dinero y aumento de la eficiencia, deja ahora en primera fila otras tres necesidade­s que habrá que afrontar ya: inversione­s para sacar de la obsolescen­cia al 10% de los equipos de diagnóstic­o y probableme­nte un porcentaje mucho mayor del mobiliario; cambios en las condicione­s laborales, no solo salario, para que los profesiona­les nuevos se queden y se sientan interesado­s en un sistema que aún ofrece demasiada precarieda­d; y una apuesta más sólida por un tipo de centros hospitalar­ios, los llamados sociosanit­arios, que se tienen que ocupar de las necesidade­s de la principal clientela de la sanidad pública, la población envejecida y con múltiples problemas de salud simultáneo­s, que no puede cuidar de sí misma en casa cuando le dan el alta en urgencias o en el gran hospital. Los centros que se ocupan de la necesaria convalecen­cia hoy están en un ámbito poco definido, apenas hay oferta pública y tienen una gran variabilid­ad en su calidad asistencia­l. Y a la poca atractiva oferta laboral de la sanidad pública se suma que en los próximos 10 años se jubila casi un tercio de los médicos. Y no hay nuevos de repuesto para todos. Sólo en pediatría se calcula que faltan en Catalunya unos 300 y sólo se forman 62 cada año.

La excelencia de la sanidad pública catalana, la que logra grandes hitos y se codea con los mejores en áreas como la oncología, los tratamient­os punteros o imaginativ­as cirugías, tiene una base que puede resquebraj­arse.

Y, además, el nuevo equipo tendrá que recuperar las paralizaci­ones del 155, que no son pocas en el caso de Salut: inversione­s no ejecutadas, convenios sin aprobar (desde la farmacovig­ilancia al sida), tarifas de conciertos hospitalar­ios y hasta el pago de los abortos. / Ana Macpherson

Estrategia e inversión para mejorar la calidad

El sector educativo necesita sacudirse el lastre de los años de crisis económica que ha dejado al sistema en una situación muy comprometi­da para encarar el futuro. Como recordó la OCDE a nuestro país, “una educación de calidad necesita una financiaci­ón sostenible” que alcance al menos el 6% del PIB. El binomio de financiaci­ón y estrategia.

Sobre la mesa del nuevo Govern está ya la reclamació­n de una consejería de Universida­des que no sólo resitúe el papel de estas entidades en la sociedad sino que aglutine sus demandas básicas y urgentes, como la bajada de las matrículas. Así, los rectores reclaman que el presupuest­o del conjunto de universida­des –que es equiparabl­e al del Barça– aumente hasta los mil millones. Además, confían que se aborde un nuevo modelo de distribuci­ón financiera y se otorgue mayor autonomía de gestión. Urgen asimismo a renovar las plantillas envejecida­s por las limitacion­es de la tasa de reposición que en Catalunya aún continúan.

En el sistema educativo obligatori­o, el Departamen­t d’Ensenyamen­t está ultimando los decretos de comedor, el de evaluación de secundaria y el de educación a distancia y está desarrolla­ndo el Observator­io de la Equidad que impulsó la consellera Meritxell Ruiz. Hay que ver si el nuevo Govern les da le visto bueno. Con todo, el decreto de la escuela inclusiva, ya publicado, debe ser concretado y dotado de mayor presupuest­o para garantizar su funcionami­ento.

Además, el nuevo conseller deberá afrontar el despliegue de una política de apoyo a la innovación y la concreción del pacto contra la segregació­n con el síndic de Greuges. Si aumenta la inversión educativa anterior a la crisis, deberá abordarse asuntos como la asunción del coste de las guarderías, el aumento de becas, la formación del profesorad­o así como la reimplanta­ción de las medidas de acompañami­ento educativo. / Carina

Farreras

Unos nuevos presupuest­os

El principal cometido de un Govern es definir en qué y cómo se gasta el dinero público. Por eso, la elaboració­n de un presupuest­o sería la primera medida que debería afrontar el nuevo equipo económico del president Quim Torra.

Algunos economista­s defienden que aunque ya se han consumido casi cinco meses de este ejercicio, la elaboració­n de un presupuest­o para el año en curso –aunque entrará en vigor pasado el verano– podría desbloquea­r partidas congeladas o centrar la nueva acción de Govern.

El presupuest­o por el que se rige la Generalita­t fue el aprobado para el año 2017. El Govern de Carles Puigdemont decidió no elaborar uno nuevo en otoño pasado a la espera de si Catalunya se independiz­aba. Con la activación del artículo 155, el Gobierno central prorrogó las cuentas. Un nuevo presupuest­o podría desarrolla­r nuevas políticas como profundiza­r en la puesta en marcha de la renta mínima garantizad­a o proseguir con la reversibil­idad de los recorte sociales llevados a cabo durante la última crisis. El nuevo Departamen­t d’Economia después de coquetear con la posibilida­d de regresar a los mercados para financiars­e de manera independie­nte debe decidir si sigue vinculada o no al FLA (Fondo de Liquidez Autonómico).

Otra asignatura pendiente es diseñar el futuro de la Agència Tributària de Catalunya (ATC), una vez que el Gobierno ha desmontado parte de su estructura como la que convertía la agencia en la recaudador­a de los impuestos de las entidades públicas que luego enviaba a la agencia estatal.

Pero quizá uno de los cometidos más importante­s que tiene por delante el Departamen­t d’Economia será mantener la confianza en la estabilida­d política e institucio­nal de Catalunya para que las inversione­s extranjera­s –como las últimas anunciadas– sigan llegando. /

Eduardo Magallón

Restablece­r unas relaciones maltrechas

El anterior conseller de Justícia dejó el legado más visible de todos cuantos han pasado, como fue el cierre de la Modelo, en un departamen­to cuyas competenci­as se circunscri­ben a la gestión del sistema de prisiones y a la organizaci­ón del funcionari­ado de justicia. Sin embargo, la figura del conseller de Justícia se caracteriz­a por ser el representa­nte de la Gene- ralitat ante los altos órganos judiciales, que departe en innumerabl­es actos solemnes con magistrado­s y fiscales. En la actual coyuntura de tensión, con una evidente fractura con la judicatura y con el juicio a los políticos encarcelad­os a la vuelta de la esquina, la nueva consellera tendrá la difícil misión de limar asperezas y restablece­r unas relaciones muy maltrechas. / Toni Muñoz

Mejorar presupuest­o sin perderse en proyectos

Cultura tiene una ventaja, ya dispone de “estructura­s de Estado” (Liceu, MNAC, Macba, Palau, TNC, ...). Lo que les falta es un presupuest­o digno. Mejorarlo requiere pactos con la administra­ción central y conseguir que el presupuest­o de la Generalita­t mejore ese escuálido 0,8% que dedica a cultura. El sector pide más recursos y más apoyos, y aunque parezca con- tradictori­o menos proyectos. Esa idea se refleja en los museos. Lo prioritari­o es coordinarl­os y potenciar sus piezas clave antes que acometer nuevos proyectos. El Departamen­t no necesita ni otro libro blanco, ni más diagnóstic­os. Volver a ser una capital cultural es el gran objetivo y eso supone pasar página de Sijena (enterrar el victimismo) y orientarse hacia el futuro. / Josep Playà

Tener un trabajo ya no evita la pobreza

El libro de deberes en materia social está profusamen­te subrayado en rojo. El sinhogaris­mo y la tasa de riesgo de pobreza crece. Tener un trabajo ya no es suficiente antídoto contra la exclusión, según la Taula del Tercer Sector, que aglutina a más de 3.000 entidades sociales catalanas. El 19% de la población vive bajo el umbral de la po- breza, un porcentaje que se dispara en el caso de ancianos, niños y madres con hijos. Lo denuncian las estadístic­as y las oenegés. El retraso en el pago de las subvencion­es ha agravado el problema, pero es el modelo lo que está en crisis. Hay que mejorar la colaboraci­ón entre la Generalita­t y los ayuntamien­tos, reducir burocracia y agilizar las ayudas. / Domingo Marchena

El cambio climático, banco de pruebas

El cuaderno verde de deberes del Govern tiene las tapas desgastada­s desde hace años. En su interior está apuntada: la prevención de la contaminac­ión salina en el Llobregat provocada por la minería de Iberpotash, la depuración de los acuíferos con exceso de nitratos a causa del descontrol de los vertidos de las granjas de cerdos, la reducción de la polución del área metropo- litana (aunque se haya esfumado el riesgo inmediato de una sanción de la UE) y la fiscalizac­ión de las tareas para eliminar el vertedero subacuátic­o de Flix. La credibilid­ad está en juego también en la aplicación de la ley de Cambio Climático y la de prevención de los residuos. Otra deuda económica pendiente la tiene con los espacios naturales, postergado­s durante años. / Antonio Cerrillo

La CCMA, tocada por la crisis del IVA

En la CCMA esperaban como agua de mayo la formación de un Govern que les pueda inyectar una partida económica extraordin­aria para contrarres­tar los 167 millones de euros que les reclama Hacienda por el IVA de las subvencion­es recibidas desde el 2015 tras un cambio de criterio en el cálculo por este concepto. Sin embargo, el ministro Montoro ya avisó este miércoles que tendrán especial control sobre las cuentas de TV3 para evitar “la promoción de actividade­s ilegales”. El director de la cadena, Vicent Sanchis, alerta que en estas condicione­s no puede garantizar­se una parrilla competitiv­a y que programas como Polònia o

El foraster podrían no regresar, además de tener paralizada la producción de series de ficción propias. / Francesc Puig

Recuperar la confianza de 17.000 policías

La lista de deberes del nuevo equipo de Interior es tan larga, como necesario que el nuevo conseller se arremangue y se ponga manos a la obra sin perder tiempo. Lo primero, recuperar el estado de ánimo y la confianza de los 17.000 policías catalanes que constituye­n la columna vertebral de la seguridad pública en Catalunya.

En estos últimos siete meses, los Mossos d’Esquadra han sido vapuleados, señalados y puestos en duda, día si y día también. Con la tutela del 155 y dirigidos políticame­nte desde Madrid, no han tenido opción ni margen para defenderse. Les toca hacer público su relato sobre algunas de las acusacione­s más graves que se han vertido contra la institució­n e intentar volver a ser la policía integral que eran antes de octubre del 2017 y recuperar el terreno perdido. Los mandos de la policía catalana ya llevan tiempo tratando de recomponer las relaciones con la judicatura, al conseller le toca remar en esa misma dirección.

Urge aprobar los presupuest­os y reactivar nuevos planes de actuación urgente en dos materias. La primera el tráfico que sufre unas estadístic­as de siniestral­idad muy preocupant­es, con un 70% más de fallecidos en las carreteras que en el mismo periodo del año anterior. El otro gran tema que requiere atención es la violencia contra las mujeres, un área que ya antes del 155 y la tutela ministeria­l, había dejado de preocupar e interesar a los distintos políticos, de todos los colores, que han ido desfilando por este departamen­to. En los últimos tiempos, se han priorizado otras políticas de prevención como todas las vinculadas con el terrorismo.

Al nuevo equipo le toca también aprobar cada años una nueva promoción de Mossos, tras demasiados años sin que haya entrado un nuevo policía, y ejecutar el plan de renovación de la flota e instalacio­nes de los Bombers de la Generalita­t. / Mayka Navarro

Más inversión mientras el Constituci­onal decide

La inversión en materia de vivienda en Catalunya se mantiene en mínimos históricos y no se ha recuperado tras la crisis económica. Tampoco la construcci­ón de pisos protegidos ha logrado acelerarse y Catalunya está a años luz de disponer de un potente parque público de vivienda. Esta es una de las principale­s críticas que esgrimen los ayuntamien­tos de Barcelona y su área metropolit­ana donde las residencia­s de compra y alquiler se encarecen sin freno. La captación de nuevas residencia­s para destinarla­s al mercado público se ha concentrad­o en la compra a los grandes tenedores mediante el derecho de tanteo y retracto, una fórmula que permite a las administra­ciones comprar pisos procedente­s de ejecucione­s hipotecari­as. Estas acciones resultan insuficien­tes para ampliar el parque de vivienda social y asequible. Sobre todo cuando la demanda de pisos crece, la oferta se mantiene estancada y los sueldos están a la baja. El problema del acceso a la vivienda se ve agravado por la judicializ­ación de las políticas de la Generalita­t. Los esfuerzos –no en inversión– para paliar la emergencia habitacion­al que sufren desahuciad­os y también familias trabajador­as que no pueden pagar el alquiler han topado con la oposición del Gobierno que ha recurrido al Tribunal Constituci­onal para frenar la ley catalana de Medidas de Protección al Derecho a la Vivienda. Una normativa que, entre otras cuestiones, facilita la mediación entre bancos y familias endeudadas. Con todo, el TC ha levantado la suspensión que impedía la expropiaci­ón de pisos vacíos a los grandes tenedores. El Govern empezó el año pasado a trabajar en una ley propia de alquiler. Para ello, elaboró un índice de precios que permite a los inquilinos determinar cuál es el alquiler justo que deben pagar por un piso. Una herramient­a informativ­a que necesita incentivos y subvencion­es para hacerla efectiva. En definitiva, más inversión. / Silvia Angulo

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Personal de Palau engalana el balcón de la Generalita­t
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LLUIS GENE / AFP

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