La Vanguardia

La cruzada de la alcaldesa

- Enric Sierra

Ada Colau ha puesto la nave rumbo a las elecciones municipale­s del año que viene. Tiene claro cuáles son los riesgos y cómo deberá maniobrar para intentar llegar la primera al puerto de la victoria electoral. Su mandato ha sido muy difícil, con muchas turbulenci­as por su minoría en el Ayuntamien­to y por el conflicto político catalán. Su acción de gobierno está marcada y habrá pocas sorpresas en este año que queda antes de las elecciones ya que la oposición se encargará de negarle el oxígeno. Por esta razón, la alcaldesa segurament­e volverá al campo de la política combativa y reivindica­tiva. Será especialme­nte crítica con los gobiernos catalán y central a quienes acusa de haber estado ocupados en el rifirrafe del proceso en Catalunya y de olvidarse de los asuntos que afectan a los ciudadanos.

En este sentido, Colau ya ha pedido cita al president Quim Torra para leerle literalmen­te la cartilla con una larga lista de cuestiones encalladas y que la alcaldesa responsabi­liza a la Generalita­t de su parálisis. En esa cartilla que Colau leerá a Torra aparecen cuestiones como la vivienda social, la tasa turística, la vigilancia de los Mossos d’Esquadra para frenar los narcopisos o los manteros, las guarderías, las residencia­s de ancianos, la financiaci­ón del transporte público o el sinhogaris­mo.

Colau también tiene deberes para el Gobierno central como cambios en la ley para evitar los desahucios, para frenar el ascenso trepidante del precio de alquiler de la vivienda o para desbloquea­r la contrataci­ón de personal municipal y así poder, en otras cosas, ampliar la plantilla de la Guardia Urbana.

Su discurso carece de autocrític­a porque la mejor defensa ante las acusacione­s que vierten sus adversario­s políticos a su discutida acción de gobierno es un ataque a las administra­ciones superiores. En este nuevo frente, Ada Colau puede encontrar aliados en los alcaldes que sufren los mismos problemas y también tienen cartillas reivindica­tivas similares.

La líder de los comunes de Barcelona es consciente de que se juega su futuro político dentro de un año. Sabe que puede salir mal parada si el debate electoral se

Colau sabe que puede perder la alcaldía si el debate electoral dentro de un año se centra en la cuestión catalana

centra en la pugna entre independen­tistas y constituci­onalistas como le sucedió a su compañero de partido Xavier Domènech el pasado 21-D en el Parlament. La alcaldesa tiene claro que si las elecciones se plantean en términos de bloques, ya sea con candidatur­as conjuntas o por separado, es muy posible que los pactos políticos posteriore­s se realicen en esa clave y los comunes queden fuera del gobierno de la ciudad. Por este motivo, Colau asegura que luchará con todas sus fuerzas para que la campaña se centre en Barcelona y para mostrar que la pugna procesista perjudica el progreso de la ciudad.

Pero su cruzada por abstraer la capital catalana del frontismo soberanist­a puede complicars­e si el president Quim Torra, por indicación de Carles Puigdemont, decide adelantar las elecciones catalanas para que coincidan con las municipale­s y europeas. Ese sería el peor escenario para Colau porque independen­tistas y constituci­onalistas echarán el resto para quedarse con la principal plaza de Catalunya.

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