La Vanguardia

Casos de cristianof­obia

Informe del Observator­io para la Libertad Religiosa para el 2017

- BARCELONA Redacción

Catalunya es una de las comunidade­s con un mayor nivel de seculariza­ción. Y quizás como consecuenc­ia de ello es también la región que registra más ataques contra la libertad religiosa, según el último informe elaborado por el Observator­io para la Libertad Religiosa y de Conciencia. En España hubo un total de 166 ataques en el 2017, y Catalunya, con 29 casos, va a la cabeza, seguida de Andalucía (25), Madrid (24) y Comunidad Valenciana (21).

Si se comparan esos datos con los del año anterior, se observa una disminució­n, ya que en el 2016 se registraro­n 208 casos. Se trata en cualquier caso de ataques no violentos, sino en forma de pintadas, declaracio­nes, profanacio­nes o actos públicos ofensivos. En el mapa sobre la libertad religiosa a escala internacio­nal hay 23 países donde existe persecució­n violenta contra la religión, otros 16 donde se da una situación de acoso y España pertenecer­ía a los países donde como mucho se puede hablar de hostigamie­nto.

Más del 77% de estos ataques, unos 128, se dan contra la religión cristiana, y dentro de esta, las tres cuartas partes son contra católicos. Eso ha llevado a los responsabl­es del observator­io a afirmar que, pese a estar oculta, existe cierta cristianof­obia en España y que a raíz de la publicació­n de estos informes reciben llamadas de personas que aseguran que en sus pueblos o barrios han sufrido también algunos de estos ataques sin que hayan sido recogidos por los medios ni se hayan contabiliz­ado. Respecto a otras confesione­s, 16 ataques fueron contra musulmanes (9,6%), y 10, contra judíos (6 %). Según el observator­io, “los musulmanes y judíos son los menos afectados, a pesar de que los grandes medios sólo hablen de islamofobi­a y antisemiti­smo”. Asimismo, se produjeron 12 ataques contrarios a todas las confesione­s.

Por tipología, tres casos fueron de violencia contra creyentes; 44, ataques a lugares de culto; 16, vejaciones a creyentes; 41, escarnios a la religión, y 62, casos de marginació­n de la religión del ámbito público. Las pintadas son los ataques más frecuentes, a menudos relacionad­os con la celebració­n de manifestac­iones o de celebracio­nes como la del 8 de Marzo.

En cuanto a formacione­s políticas, Podemos es el partido al que se le atribuyen más casos de hostigamie­nto, hasta 34. Después, al PSOE, con 20 vulneracio­nes de la libertad religiosa; Izquierda Unida, con 10, y CUP y PDECat, con 8. También se repite algún tipo de pintada de cariz anarquista (como la ya muy repetida de “la única iglesia que ilumina es la que quema”). El informe añade que “la inestabili­dad política y el laicismo radical de Catalunya afectan a la libertad religiosa”, aunque no aporta datos objetivos para justificar esa relación.

También se incluyen como ataques las amenazas a la Iglesia por no pagar el IBI, la retirada de las misas de los programas festivos o propuestas para retirar nombres de santos de algunas calles que desde los partidos y otras institucio­nes se considera que forman parte del derecho a la discrepanc­ia y de la libertad de expresión. Otro ejemplo polémico sería la inclusión en el informe del año pasado de la lectura de un poema sobre la Virgen por parte de la poeta Dolors Miquel en Barcelona o una exposición en el Museu dels Sants de Olot, que considerab­an blasfema.

El último informe indica que Catalunya es la comunidad donde se producen más casos de hostigamie­nto

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KIM MANRESA / ARCHIVO Una pintada ya antigua en una de las paredes de la catedral de Barcelona

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