Mejor que Silicon Valley
Barcelona nunca podrá competir con la capacidad de atraer talento que tienen otras metrópolis más relevantes, pero dispone de una carta que le podría dar ventajas: promover una versión más social de la nueva economía
Jueves, ocho de la tarde en el observatorio Fabra, en la falda del Tibidabo. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, asiste a la presentación de la empresa argentina Satellogic, que va abrir en Barcelona su primera sede europea. Las otras están en Buenos Aires, Montevideo, San Francisco y Tel Aviv. Satellogic pone en órbita nanosatélites de muy bajo coste que capturan imágenes de alta definición de la Tierra. El gran ahorro respecto a los satélites convencionales permite lanzar al espacio muchas más unidades y así proveer a los clientes de una cartografía más exhaustiva y de datos más baratos. ¿Los clientes? Desde grandes corporaciones (gestión de infraestructuras remotas o de grandes extensiones de cosecha, por poner dos ejemplos) hasta instituciones.
“Que vengan empresas de sectores estratégicos a Barcelona es una buena noticia”, dice la alcaldesa en su discurso. Al día siguiente, colgará un post en Facebook en el que se congratulará del aterrizaje en la ciudad de Satellogic y de otras dos compañías tecnológicas, Chartboost y Moodle. “Han crecido las exportaciones, lideramos de nuevo el ranking internacional de congresos, somos la capital que más ha incrementado la inversión social en todo el Estado y ocupamos los primeros lugares en indicadores de transparencia”, escribe Colau. Es una argumentación que, por lo que tiene de business friendly, difiere de las que la alcaldesa y los suyos formulaban al inicio de su mandato.
¿Qué hubiera pasado si el gobierno de BComú hubiera articulado desde el primer momento un discurso similar, preservando ese mismo equilibrio entre la iniciativa empresarial y las políticas sociales? Probablemente, habría sintonizado mejor con esa Barcelona que sigue creyendo que el modelo de éxito de las últimas décadas tiene aún vigencia, aunque requiera de actualizaciones.
En cualquier caso, es evidente que la ciudad está en disposición de jugar a fondo esa ventaja: desarrollar una versión más social de la nueva economía. La frase que da origen al título de este artículo –Barcelona puede ser como Silicon Valley pero mejor– surgió en una conferencia organizada recientemente por el Cercle d’Economia y Barcelona Global en torno a la ciudad emprendedora. La pronunció (obviamente, como una propuesta de debate que no debe tomarse al pie de la letra) Yolanda Pérez, directora de @BStartup del Banco Sabadell. Por supuesto, la capital catalana carece del dinamismo, el conocimiento y la capacidad de atracción del polo tecnológico californiano, pero, dentro de sus limitaciones, sí puede ofrecer un entorno laboral menos hostil, más garantista y, por ahora, sin la fractura social que es consustancial a otros ejemplos de éxito. A eso se refería la ponente.
Es la misma ventaja que el actual equipo de gobierno estaría desaprovechando en lo que concierne a los grandes acontecimientos culturales, deportivos o económicos: más que desistir de presentarse como candidata a acogerlos para no someter a la ciudad a sus efectos colaterales perversos (avalancha turística, gentrificación, impacto ambiental...), Barcelona podría estar utilizando su sello de ciudad solidaria, tolerante y con garantías sociales para patentar un nuevo modelo de sede para el siglo XXI.
La bases están ya establecidas. Es una evidencia la capacidad de Barcelona de sobreponerse a un clima político tóxico que en otros contextos ahuyentaría cualquier inversión. Pero queda pendiente el reto de lograr que esa capacidad de atraer talento se amplíe a la disposición para retenerlo. Se intuyó en las afirmaciones del directivo de Satellogic Marco
Bressan: “Barcelona es una auténtica mina de talentos. Aquí están tres de las cinco mejores universidades del Estado español. Además, está bien conectada con otras ciudades europeas y no es difícil atraer a personas con alto nivel de preparación. Es pues un sitio ideal donde empezar a trabajar para una empresa puntera”.
Donde empezar a trabajar.