El león incluso sonríe
La imparable capacidad productiva de algunos dioses de la cosmogonía roquera –Rolling Stones, Bob Dylan, Van Morrison– no tiene visos de flaquear, al menos en lo que respecta al ámbito discográfico. En esta ocasión el León de Belfast deja satisfactoria prueba de su entente con el estajanovista y elegante Joey DeFrancesco, en el que es no solo su álbum de estudio número 39 sino el tercero que alumbra en el último medio año con material fresco. En este admirable tour de force consigo mismo, el padre de la inmortal Gloria pasa de zambullirse en sus raíces jazzeras (como hizo en su inmediatamente anterior Versatile) a ponerse al frente de la banda del veterano organista Joey DeFrancesco.
La elección del equipo de acompañamiento no es precisamente gratuita, sino que de entrada ilustra el inequívoco buen criterio del maestro norirlandés, al que se le nota disfrutar y encontrarse a gusto en esta aventura sonora (y que excepcionalmente deja muestra de su buen humor en algunas de las fotografías del artefacto, portada incluida). La segunda elección destacable es la confección de un repertorio que en esta ocasión esta formado enteramente de covers, ocho de temas suyos y el resto de clásicos del pop, jazz y blues. Mostrando una voz tan vibrante como flexible, Morrison atrae aquí especialmente cuando cambia el chip sonoro original de algunos incunables como Have I told you lately, Things I used to do (de Guitar Slim) o la lejana All Saints Day .Y sin quitarse el sombrero.