La Vanguardia

Un Madrid de dos caras

El equipo de Zidane jugó una gran primera parte, pero se dejó empatar por el Villarreal en la segunda

- CARLOS NOVO

El Madrid salió del estadio de la Ceràmica con un sabor amargo. En la primera parte fue muy superior al Villarreal y se fue al descanso con dos goles de ventaja, convencido de estar afinado y con la puesta a punto hecha para la final de Kiev. La segunda fue todo lo contrario. El equipo recuperó todos sus vicios, pareció mal físicament­e y se dejó empatar por el Villarreal. En el añadido, el Madrid desperdici­ó dos ocasiones muy claras de ganar.

Fue como un ensayo general con público. Zidane alineó al once que dispondrá ante el Liverpool salvo la extravagan­cia de dejar a Keylor Navas en casa para que debutara en la portería su hijo, Luca, de trayectori­a mediocre en el Castilla. El joven portero estuvo vendido en los dos goles e hizo alguna parada de mérito.

La primera parte del Madrid fue buena, a ratos muy buena. Resultó raro que Zidane enseñara de una manera tan evidente sus cartas. El 4-3-3 es historia y la apuesta ahora es un 4-3-1-2. Los tres centrocamp­istas son Casemiro, Modric y Kroos; el enganche, Isco, y los dos puntas, Bale y Cristiano. El gran damnificad­o es Benzema, que en este final de temporada está pagando su pésimo año. En contra de la titularida­d del francés pesa ahora el momento de forma de Bale, que va como un cohete. El galés ha visto las orejas al lobo y se resiste a que le despidan. La jornada pasada destrozó al Celta en veinte minutos y en esta volvió a ser el mejor delantero.

El Villarreal sufrió un duro castigo en el primer tiempo. Juegue quien juegue, no es un equipo acostumbra­do a que le quiten el balón. Nunca da un mal pelotazo y no pierde la disciplina para juntarse y atacar con mucha gente cuando tiene ocasión.

En el Madrid reaparecía­n Cristiano y Carvajal, dos piezas imprescind­ibles y que se probaron para Kiev a una semana de la final. Cristiano volvió con la voracidad de costumbre, marcó su gol de rigor y Zidane le quitó a la hora de juego para evitar posibles contratiem­pos. También Modric fue cambiado a falta de media hora. Sin Modric ni Cristiano, el Madrid se derritió en un santiamén.

El Madrid puso el partido en franquía muy pronto en una acción personal de Bale a los diez minutos. Cristiano hizo el segundo sobre la media hora de cabeza tras un gran centro de Marcelo. Pudo ampliar la cuenta antes del descanso, pero las paradas de Andrés Fernández lo evitaron.

La segunda parte fue muy distinta. Pareció que Zidane hubiera

Zinédine Zidane hizo debutar a su hijo en la portería y Luca estuvo vendido en los dos goles

dado la orden de que tocaba ensayar la defensa, o que el Villarreal era otro. El submarino adelantó la presión y se quedó con la pelota. El Madrid se desajustó, sus líneas se separaron y pareció que el partido le sobraba. Con la entrada de Benzema y Lucas Vázquez el Madrid no mejoró nada. Llegaron los goles de Roger Martínez y a falta de cinco minutos el de Samu Castillejo en un error infantil de Marcelo. El Madrid se enrabietó en el añadido pero le faltó finura para volver a marcar.

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HEINO KALIS / REUTERS El portero del Real Madrid Luca Zidane, ayer en el estadio del Villarreal

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