Conte deja seco a Mourinho
El United sucumbe ante un gran Hazard en una final con muy poco fútbol
“Cuando gano la Liga digo que lo más importante es la Liga y cuando gané la Champions, para mí lo más grande era la Champions. Pero cuando no gano nada digo que no es tan importante ganar”. Hace un par de semanas, José Mourinho soltó esta frase tan maquiavélica que ha resultado ser premonitoria porque el técnico portugués, que siempre ha presumido de ser un ganador nato, se ha quedado sin ningún título que pasear o añadir a su palmarés. Después de un primer curso en Old Trafford en la que se apuntó tres títulos (los tres menores), ha cerrado el segundo año sin nada que llevarse a la boca. Su Chelsea, bueno, el de Antonio Conte, le dejó a dos velas al derrotarle en la final de la FA Cup. Y eso que en agosto, los diablos rojos tenían hasta cinco posibilidades de conquista. Pero ni por una cuestión de probabilidad sonó la flauta.
El mejor Hazard abandonó el proceso de primaveración (un especie de hibernación previa al Mundial) en el que entró desde febrero justo para aparecer en Wembley y traer de cabeza a toda la defensa del United. El mediapunta belga, que sólo había marcado un tanto en los últimos tres meses –eliminatoria con el Barça incluida–, recordó al jugador más desequilibrante de la Premier pasada y decidió el título. Todo lo hizo él. Él le rompió la cintura a Phil Jones. Él provocó el penalti, al ser arrollado por el defensa. Él burló descaradamente a De Gea desde los 11 metros. Él fue el autor del único gol de una final que pocos comentarios arrancaría en el banquete de la boda de Windsor.
Aunque el United ha sido subcampeón y el Chelsea, quinto, se ha quedado fuera de la Champions de la próxima temporada, Mourinho estuvo muy pendiente del sistema de Conte, tan peculiar, con tres centrales y dos carrileros muy, muy físicos. El portugués emparejó a Valencia y Young con Alonso y Moses, respectivamente, pero para ello tuvo que inventar a Ander Herrera como tercer central por la derecha, algo que desnaturalizó a su equipo. No le sirvió de mucho pues los blues salieron más cómodos dirigidos por el inspirado Eden Hazard, que en el minuto 9 ya sentó a Jones y sólo el pie derecho de De Gea le dejó sin gol.
El Chelsea buscaba sin parar a su crack, sabedor que ahí estaba la calidad en dos equipos con demasiado músculo. Es lo que hizo Cesc con un gran pase al primer toque. Hazard controló, regateó a Jones, entró en el área y cuando iba a chutar fue derribado.
Con el marcador a favor desde el 21, los londinenses se dedicaron a proteger a Courtois. Si durante la primera parte, tener tanta posesión fue hacerle un flaco favor al United, los diablos rojos sí que asediaron la portería de los blues tras el descanso. Rashford, Young y Pogba lo probaron desde fuera y Courtois tuvo que lucirse en un remate de cabeza en plancha de Jones que se colaba pegadito al poste.
La final de la Cup estaba dirigida por el colegiado Michael Oliver, el del penalti de Benatia a Lucas Vázquez, pero contaba con la ayuda del VAR. Ni así acertó el árbitro, que no vio unas manos claras de Young dentro del área, en una de las pocas veces que el Chelsea se estiró, justo después de una intervención de De Gea ante Marcos Alonso. El VAR no corrigió a Oliver y el Chelsea tuvo que sufrir, sobre todo con la entrada de Lukaku y Martial. La ocasión más clara para el 1-1 fue para Pogba que, en posición inmejorable y solo, cabeceó fuera un córner. Mourinho se queda sin premio y Conte seguramente dejará el Chelsea con una Liga y una Cup en dos años.
El polémico Michael Oliver no vio un claro penalti por manos de Young y el VAR no le corrigió