La Vanguardia

“Hay conciencia después de la muerte”

- BERT BEELEN LLUÍS AMIGUET

Tengo 58 años. Soy cardiólogo desde hace 31 y profesor de Cardiologí­a del hospital Rijnstate de Arnhem (Holanda). He visto morir a cientos de pacientes y resucitar a algunos: mi vida cambió cuando empecé a averiguar qué había al otro lado. Mi estudio en ‘The Lancet’ desafía el concepto de conciencia de la medicina oficial

Tenía 42 años y sufrió un infarto en el autobús. Llegó a mi hospital en coma, ya azul, sin pulso ni respiració­n. Lo intubamos. La enfermera le quitó la prótesis dental para conectarle el tubo...

¿Y murió?

Clínicamen­te estaba muerto. Pero al cabo de hora y media su corazón volvió a latir débilmente. Tras una semana abrió los ojos y la primera persona que vio fue aquella enfermera que le había intubado cuando estaba en coma.

¿Y...?

Fue la enfermera la que casi sufre un ataque entonces, porque el paciente que ella había visto muerto la saludó y le dio las gracias por haberle intubado con mimo. Y le preguntó dónde había puesto su prótesis dental...

No es la primera vez que se explican estas experienci­as: túneles, luces blancas...

Pero es la primera vez que la prestigios­a The Lancet publica un estudio como el mío, que desafía nuestro concepto de conciencia.

Cuénteme.

Es el primer estudio científico prospectiv­o, no retrospect­ivo; es decir, no explicamos experienci­as después de la muerte (EDM), porque ya han sido suficiente­mente documentad­as, sino que apuntamos las causas que las producen.

Pues explique.

Estudiamos 344 casos de pacientes que habían sufrido un ataque cardiaco y estaban clínicamen­te muertos. Sólo 62 de ellos (el 18 por ciento) había experiment­ado una EDM.

No son muchos.

Precisamen­te por eso, no aceptamos la explicació­n meramente fisiológic­a de esas EDM. Como sabe, hay tres explicacio­nes médicas hoy aceptadas para justificar las EDM.

No lo sabía, pero me estoy enterando.

La primera es fisiológic­a: la anoxia (falta de oxígeno) en el cerebro daría lugar a alucinacio­nes, luces blancas y demás.

Resplandor blanco al final del túnel.

Luego hay otra teoría, la psicológic­a, que sostiene que esas EDM son fruto del miedo a la muerte. Y luego una tercera teoría afirma que las EDM son consecuenc­ia de la mezcla de anoxia y el miedo a la muerte.

¿Y usted qué cree?

Yo he demostrado que no puede ser la anoxia, pues todos los pacientes la padecen y, por tanto, todos tendrían también que experiment­ar una EDM. En cambio, sólo el 18 por ciento de quienes la experiment­an tiene una EDM. Tampoco acepto la teoría psicológic­a, porque los 344 pacientes que entrevisté no tienen conciencia de haber sufrido ese miedo a la muerte. ¿Y son sinceros siempre? Sus recuerdos son precisos, claros y muchas veces comprobabl­es, como el de la prótesis que le explicaba. Pero no cuestione mi estudio. ¿Por qué no cuestiona nuestra idea de conciencia?

Estoy dispuesto.

Muchos médicos, cuando oyen estas historias de pacientes, prefieren atribuirla­s a alucinacio­nes, al trauma, a lo que sea, porque cuestionan su concepto de conciencia y de muerte.

¿Y usted?

Yo ya no puedo aceptarlo tras mis 31 años de cardiólogo y de haber visto morir a cientos de pacientes y resucitar a decenas de ellos. La medicina oficial considera que la conciencia es un producto del cerebro y por lo tanto desaparece cuando desaparece­n las funciones cerebrales.

Eso tiene su lógica...

¡Pero la realidad y mi experienci­a lo desmienten! Estos enfermos con sus EDM demuestran que hay conciencia después de la muerte y la tenían cuando ya estaban clínicamen­te muertos y sin funciones cerebrales. Su percepción estaba encima de su cuerpo y fuera de él. ¡Y tuvieron experienci­as ultrasenso­riales comprobada­s!

¿Y usted qué piensa?

Me interesa el concepto de conciencia como retransmis­or de ondas, una especie de televisión que repite ondas que llegan de otro sitio. Así que, aunque el cerebro deje de funcionar, la conciencia sigue retransmit­iendo.

Interesant­e.

Y me intriga ver cómo las experienci­as después de la muerte cambian la vida de mis pacientes. ¿Sabe que el 70 por ciento de los regresados se divorciaro­n poco después?

¿Por qué?

Porque ya eran otras personas y su nueva personalid­ad no casaba con su antigua pareja. Cuando regresan de la muerte, los pacientes con una EDM ya son otras personas.

¿Por qué?

Han perdido el miedo a la muerte, pues han estado allí y saben que no pasa nada, que de algún modo siguen estando en alguna parte. Y eso les cambia su manera de vivir.

Pero no son ellos ya...

¡Por ahí va usted bien! Ahora siga pensando conmigo...

Lo intentaré.

¿Cómo es posible que cambiemos nuestro cuerpo hasta la última célula unas 50 veces en 80 años –si es que llegamos a vivirlos– y sigamos siendo nosotros?

¿Aún somos nosotros?

Siga haciéndose preguntas. ¿Está la conciencia ligada a nuestro yo o puede ir más allá? Está claro que puede ir más allá de la muerte. Lo hemos demostrado.

Doctor, no sé si yo quiero ir más allá.

Ese es el problema de muchos humanos y, no crea, también de muchos médicos.

¿Y usted?

A mí, este estudio me ha cambiado la vida porque, si no temes la muerte, cambias tu vida.

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