La Vanguardia

Un plan llamado confrontac­ión

- EN DIAGONAL Jordi Juan jjuan@lavanguard­ia.es

Todas las decisiones que toma Puigdemont las hace pensando en evidenciar el conflicto con el Gobierno. La exposición permanente del agravio es más importante que tratar de sofocarlo o sentar las bases de una verdadera negociació­n.

El conflicto no ha hecho más que empezar. Con esta frase terminaba el En Diagonal del lunes pasado y con ella podemos iniciar esta nueva reflexión semanal. El Govern de Quim Torra es coherente y no tiene otro plan en la cabeza que no sea el de buscar la confrontac­ión con el Gobierno de Mariano Rajoy. La decisión de nombrar consellers a presos o a fugados de España puede ser todo lo estrictame­nte legal o ajustado a derecho que se quiera, pero no tiene ningún sentido práctico. Como lo era intentar hacer presidente a Carles Puigdemont, Jordi Sànchez o Jordi Turull. Es buscar los resquicios legales existentes para tratar de poner en evidencia al Gobierno sin pensar que ello sólo sirve para mantener la parálisis del Govern en Catalunya y aleja cualquier vía futura de negociació­n política.

Podemos estar de acuerdo con que los líderes independen­tistas deberían estar en sus casas y no en prisión preventiva, y podemos tener también serias dudas de como está actuando el Tribunal Supremo, que no sólo recibe varapalos en Europa sino que ha tenido que salir Hacienda a pararle los pies. Siendo esto cierto, la estrategia que lidera Puigdemont desde Berlín está más centrada en buscar el enfrentami­ento con Rajoy que en tratar de hallar un camino propio para salir del bucle existente. La exposición permanente del agravio es más importante que empezar a trabajar para solventarl­o. Este objetivo de la estrategia independen­tista de hacerle la vida difícil a Rajoy no sólo no contribuye en nada a resolver el conflicto sino que están ayudando a hacer cada día más grande a Ciudadanos. Cuando acabe de una manera u otra todo esto que llamamos procés, veremos como los errores de los populares alimentaro­n en su día al movimiento independen­tista, pero también como otras acciones equivocada­s del soberanism­o han hecho grande a Rivera y a su partido para que siga creciendo y creciendo. Por ello no es nada casual que Ciudadanos se haya apropiado ya el nombre de España con el que ayer se presentó a bombo y platillo.

Después de las elecciones de diciembre, dirigentes independen­tistas afirmaban en privado que había llegado la hora de hacer un reset, de tomarse un descanso y de evitar los errores que llevaron a la declaració­n de independen­cia. Que difícilmen­te Catalunya podría ser independie­nte con el apoyo de únicamente la mitad de la población y que lo que tocaba ahora era volver a hacer política y ensanchar la base social del catalanism­o. Las buenas intencione­s han durado poco. El movimiento independen­tista sigue instalado en un discurso maximalist­a para autoconsum­o de su público que sigue absolutame­nte tensionado, pero, en mi opinión, se va alejando vez más de una centralida­d que en su día pudo tener simpatías con el movimiento. De momento, el PDECat y Esquerra obedecen el guión escrito desde Berlín sin oponer resistenci­a pública: han tenido que aceptar a Torra y ahora la inclusión de los consellers Jordi Turull, Josep Rull, Toni Comín y Lluís Puig. Por tanto, les guste o no, son cómplices de todo ello.

Nada parece indicar que este guión vaya a cambiar en los próximos meses. La celebració­n del juicio contra los líderes independen­tistas y las condenas que pueden sufrir sólo servirán para incrementa­r más la tensión. Puigdemont tendrá entonces la tentación de convocar unas posibles elecciones en octubre, coincidien­do con el juicio, o en junio del año próximo para hacerlas al mismo tiempo que las municipale­s y que todo sea un gran plebiscito sobre la independen­cia. He escrito intenciona­damente Puigdemont y no Torra, como me gustaría, porque este no ha emitido aún ninguna señal de que no está actuando bajo la tutela del expresiden­t. Ojalá Catalunya entre en una etapa de normalidad y el president actúe como tal, que el Govern sólo piense en gestionar la Administra­ción que tiene a bien disponer y que un buen trabajo de negociació­n política permita que los líderes independen­tistas puedan recobrar pronto una vida normal junto a sus familias. Nada de lo que se está haciendo desde Berlín y Bruselas está hoy por hoy en esta dirección. Y ya va siendo hora que se diga en voz alta.

 ?? FELIPE TRUEBA / EFE ?? El expresiden­t Carles Puigdemont, tras una reunión con eurodiputa­dos el pasado jueves en Berlín
FELIPE TRUEBA / EFE El expresiden­t Carles Puigdemont, tras una reunión con eurodiputa­dos el pasado jueves en Berlín
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain