Un derecho difícil de ejercer incluso en Bélgica
“No basta con tener una ley como la nuestra”, señala Jacinta de Roek, exsenadora belga que participó en la legalización de la eutanasia en su país y es miembro del movimiento LEIFAmberes. “Nos encontramos con residencias de ancianos que se niegan a aplicar una eutanasia, sólo sedación paliativa, aunque diga otra cosa su declaración de voluntades anticipadas. Así que todos los ciudadanos tenemos el derecho reconocido a elegir cómo morir -si con cuidados paliativos, si con eutanasia-, pero en la práctica no todo el mundo puede elegir, porque es fácil encontrarse interferencias de profesionales o de empresas. Es fundamental por eso la información, que cada ayuntamiento cuente con una ventanilla social en la que confiar, donde los funcionarios sepan escuchar y responder a sus preguntas”. De Roek señala el aumento de presión de los grupos católicos para limitar la normativa existente.