Fuegos artificiales para coronar la boda
Una cena de gala ofrecida por el príncipe Carlos cerró la larga jornada nupcial de los nuevos duques de Sussex
Meghan Markle lució un anillo de aguamarina que había pertenecido a Diana, un regalo de boda de Enrique
Los fuegos artificiales pusieron punto y final a una jornada llena de emociones que nunca olvidarán el príncipe Enrique y Meghan Markle. El cielo de Windsor se iluminó por la noche tras la segunda recepción ofrecida por el príncipe Carlos en Frogmore House, una casa de campo adyacente al castillo de Windsor, donde 200 invitados acompañaron a los nuevos duques de Sussex en sus primeras horas de matrimonio.
Antes de acudir a la fiesta privada, numerosos invitados cambiaron la indumentaria que habían lucido por la mañana en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor. También lo hizo la pareja protagonista: él vistió un traje con pajarita mientras que ella se enfundó un vestido blanco, obra de la diseñadora británica Stella Mccartney. Además, la exactriz lució un anillo de aguamarina que había pertenecido a la fallecida Diana de Gales con el que le obsequió el príncipe Enrique como regalo de boda.
En la cena de gala, hasta donde la pareja se trasladó en un Jaguar descapotable cuya matrícula era 190518, la fecha del enlace, se reunieron con familiares y amigos. Entre ellos, las princesas Beatriz y Eugenia de York, la tenista Serena Williams, la actriz Priyanka Chopra y gran parte del reparto de la serie
Suits, donde trabajaba Meghan Markle. Todos ellos, incluidos los novios, bailaron al ritmo de la música del dj Sam Totolee mientras que el presentador James Corden ejercía de maestro de ceremonias.
La fiesta privada ponía broche de oro a una jornada que había empezado a mediodía con la boda real (seguida por más de 13 millones de británicos a través de la BBC), a la que siguió un recorrido de la pareja en carruaje por las calles de Windsor y una primera recepción para 600 comensales, ofrecida en esta ocasión por la reina Isabel II.
En ese almuerzo brilló Elton John, quien entusiasmó a los invitados con un pequeño concierto en el que interpretó algunas de sus canciones más célebres como Your
song y Circle of life. Según el palacio de Kensington, fue el propio Enrique quien pidió al artista, gran ami-
go de su madre Diana, que tocara para ellos.
Kensington también dio a conocer el menú del almuerzo, que consistió en una selección de canapés, entre ellos langostinos escoceses envueltos en salmón ahumado o panna cotta de guisantes de jardín con huevos de codorniz, a los que siguieron unos platos del chef Mark Flanagan, como fricasé de pollo con setas y puerros jóvenes o risotto de guisantes y menta con aceite de trufa. Para finalizar, la repostera Claire Ptak elaboró una tarta nupcial de limón y flor de saúco.
Tras una larga jornada –con boda, paseo en carruaje y dos recepciones–, el recién estrenado matrimonio pasó la noche en el castillo de Windsor y no será hasta mañana martes cuando se les vuelva a ver en público en su primer acto oficial como marido y mujer, en el palacio de Buckingham.