Nadal supera a Zverev para su octavo título romano
Nadal supera en un duro partido al pujante Zverev y recupera con brillo el número 1 del ranking
Octavo éxito en Roma y recuperación del número 1. Ocho veces emperador y de nuevo al frente del ranking mundial. Rafa Nadal superó ayer en el Masters 1000 italiano a Alexander Zverev, un auténtico avión que se levantó tras perder el primer set y que le dio un aviso importante al balear con vistas al torneo de Roland Garros, que arranca el próximo domingo, pese a su derrota. El alemán no pudo revalidar su título en el Foro Itálico, aunque lo tuvo cerca. Llegó a ganar 3-1 en la tercera manga pero tras un parón de tres cuartos de hora por la lluvia el balear volvió a la pista más entero y con más cabeza que su joven rival, de 21 años. Zverev, número 3 del mundo, y que venía de ganar en Munich y Madrid, no pudo responder ante el definitivo arreón de Nadal, que se impuso en los últimos cinco juegos del partido. Al manacorense no se le escapó un encuentro que se presumía duro y que lo fue. Resultó un duelo disputado a rachas que acabó tras 2 horas y 9 minutos de ardua pelea. Montecarlo, Barcelona y Roma han sido los lugares del triunfo de Nadal antes de afrontar su asalto a un posible título número once en París.
La historia parecía que iba a ser otra mucho más sencilla cuando Nadal se regaló una exhibición en la primera manga. Entregó su saque en el juego inicial pero a continuación apabulló a un Zverev sorprendido. El manacorense movía a su rival de un lado a otro, le mezclaba las alturas con las bolas y lo confundía. Además, siempre que podía, Nadal también se atrevía subiendo a la red para rematar los puntos. Con decisión y con acierto fue sumando un juego tras otro ante un Zverev que apenas sí daba señales de vida (tres puntos en cuatro juegos). Poco más de media hora de partido y el balear ya tenía el primer set en el zurrón. Su dominio había resultado avasallador e indiscutible.
Si en ese momento se hubiera realizado una encuesta a vuelapluma en las gradas del Foro Itálico muy pocos habrían apostado por lo que sucedió a continuación. Porque el joven alemán, un ciclón, no sólo no se hundió sino que reaccionó de forma furibunda. Le dio la misma medicina a Nadal y lo fue desmontando como pocos tenistas han hecho nunca sobre tierra batida. Cinco juegos seguidos para Zverev y otro 6-1 de vuelta.
Quedaba la batalla definitiva, la de la tercera manga, con el cielo amenazando con agua. Nadal necesitaba un respiro, pensar y reconstruirse porque Zverev seguía pisando el acelerador y quebraba el saque del manacorense de entrada. Nueva escapada para el germano, que repartía con la derecha y con el revés con potencia y que desarbolaba el juego de Nadal, que se mostraba impotente. Por fin rompió a llover con 3-1 para Zverev. Restaba por ver si la pausa, que duró nueve minutos, servía para cortar el ritmo del alemán o no. No hubo casi tiempo de saberlo porque el encuentro se volvió a detener tras ganar un juego Nadal (3-2). Ahora sí que los jugadores se marcharon al vestuario porque en esta ocasión el parón se alargó hasta los 47 minutos.
La interrupción benefició al balear, más avezado en estas circunstancias. A la vuelta Nadal se reconectó a la final rompiendo el saque de Zverev y conservando el suyo. Se abría otro panorama nuevo, con el balear lanzado. Un nuevo break le puso 5-3 arriba y saque para coronarse emperador. No perdonó.
UN AMIGO INESPERADO
La lluvia se alió con Nadal, que iba perdiendo y tras la interrupción desarboló al alemán
AHORA, ROLAND GARROS
Fue un partido disputado a rachas y con alternativas; aunque perdió Zverev dio un aviso para París al balear