La Vanguardia

Entre Moscú y Londongrad­o

El choque entre Rusia y Occidente retrasa el nuevo visado británico para Abramóvich

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

Su lealtad está en Moscú, y por ella no le importó hacerse cargo de las alejadas y heladas tierras de Chokotka. Pero donde Román Abramóvich quiere vivir de verdad es en Londres. Ahora, la ciudad del Támesis le ha sacado tarjeta amarilla a uno de los oligarcas rusos que la convirtier­on en su paraíso particular. El magnate no puede, de momento, volver a pisar suelo británico por un retraso en la renovación de su visado. No se lo han denegado, pero en la prensa de allí y de aquí se especula con que haya quedado atrapado en la disputa diplomátic­a entre el Reino Unido y Rusia por su amistad con el presidente ruso, Vladímir Putin.

Los problemas del magnate ruso para volver a Londres quedaron expuestos a todo el mundo el pasado sábado, cuando no pudo asistir a la victoria del Chelsea, el equipo que compró en el 2003, en la final de la FA Cup. Román Abramóvich (Sarátov, 1966) disfrutaba de un visado de inversor. Dicho visado caducó en abril y el proceso de renovación, que hasta ahora se realizaba en varios días, se está demorando.

Las primeras noticias sobre estos problemas se publicaron en el portal ruso The Bell el domingo. El Reino Unido se comprometi­ó a revisar los visados de larga duración de que disfrutan unos 700 adinerados ciudadanos rusos a raíz de los envenenami­entos del ex espía doble Serguéi Skripal y su hija el pasado marzo en Salisbury. El Gobierno de Londres acusó a Moscú, pero las autoridade­s rusas lo desmienten. Igual que en los peores años de la guerra fría, estalló una crisis entre Rusia y Occidente, incluida la expulsión de cientos de diplomátic­os de ambos lados.

En esa situación parece haber quedado atrapado Román Abramóvich, cuya fortuna supera los 10.000 millones de dólares, cientos de los cuales los ha invertido en el Reino Unido. Sólo una vivienda que posee en Londres vale 150 millones, según datos publicados. Sus negocios incluyen petróleo, metales y finanzas, entre otros intereses. Se le considera uno de los oligarcas fieles al Kremlin, que apoyó a Putin desde los últimos tiempos del presidente Yeltsin. Esa lealtad quedó demostrada después, cuando aceptó ser gobernador entre el 2000 y el 2008 de la región de Chukotka, en el extremo nororienta­l de Ru- sia, y que transformó con sus millones.

Según la prensa británica, por la revisión de las normas de migración Abramóvich deberá explicar a las autoridade­s el origen de su fortuna si quiere renovar su visado. The Telegraph publicó que esta obligación está vinculada a una investigac­ión a gran escala sobre los oligarcas rusos. Abramóvich debería demostrar que ganó su dinero de forma legal. Ante estas dificultad­es, el oligarca podría estar buscando otro paraíso. El diario Israel Hayom, le situaba ayer en Israel, donde intentaría obtener la ciudadanía.

Los problemas del millonario coinciden con la publicació­n este lunes de un informe del Comité de Exteriores del Parlamento británico (El Oro de Moscú: La corrupción rusa en el Reino Unido), en el que se acusa al gobierno de Theresa May de “hacer la vista gorda” ante el dinero sucio de los “cleptócrat­as y violadores de derechos humanos del presidente Putin”. Desde el Kremlin, su portavoz, Dimitri Peskov, respondió de forma lacónica: “Somos consciente­s de que el Reino Unido está sufriendo un ataque de rusofobia sin precedente­s”. Moscú lamenta que el asunto del visado de Abramóvich se haya “politizado”, según dijo el miércoles María Zajárova, portavoz del Ministerio de Exteriores.

Rusia cree que este asunto se ha “politizado” en Londres, donde “sufren un ataque de rusofobia”

 ?? JEAN-CHRISTOPHE BOTT / EFE ?? Abramóvich (centro), el 18 de mayo en Friburgo (Suiza) para declarar sobre una deuda de una sociedad rusa
JEAN-CHRISTOPHE BOTT / EFE Abramóvich (centro), el 18 de mayo en Friburgo (Suiza) para declarar sobre una deuda de una sociedad rusa

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