Lecciones de vida
Caras y lugares
Dirección: Agnès Varda y JR Producción: Francia, 2017. Duración: 89 minutos. Visages villages Documental. Las primeras imágenes de La Pointe-Courte, el primer largometraje de Agnès Varda, realizado en 1955, describían en un largo travelling las calles estrechas, las casas humildes y las gentes pobres de un barrio de pescadores. Allí, en la mirada limpia y humanista de esa película que algunos expertos consideran el punto de partida de aquella nouvelle vague que, pocos años después, desplegaría sus alas sobre los mapas del séptimo arte, estaba ya la semilla de Caras y lugares. Sesenta y tantos años después, la filmografía de Varda, extensa y variada, cuenta con títulos tan consagrados y perdurables como Cléo de 5 a7 , Sin techo ni ley, Jacquot de Nantes o Los espigadores y la espigadora. El próximo día 30, Varda (¡felicidades!) cumplirá 90 años, y a los muy respetables 88 se le ocurrió la idea de asociarse con el fotógrafo y artista JR para recorrer, con la camioneta-laboratorio de éste, zonas rurales francesas para observar a sus habitantes, diluirse de alguna manera en ellos y elaborar grandes murales con las fotografías de JR en fachadas, paredes, vagones de tren, etc. El resultado, Caras y lugares, es una obra decididamente singular, en tanto que no se parece a ninguna otra.
Road movie documental, Caras y lugares sigue los procesos de creatividad de JR, de gran belleza plástica (la baguette gigante, el recuerdo de los mineros o la chica con la sombrilla), al tiempo que formula, de la manera más sencilla, cuestiones filosóficas sobre múltiples temas, entre ellos el de la proximidad de la muerte en una melancólica escena ante la tumba de Cartier-Bresson. Pero no se pone nunca trascendente, al contrario: la película de Varda y JR es, ante todo, una celebración de la vida de trazo libre, espíritu jovial y democrático, atenta a la observación de los detalles y de los caracteres más pintorescos.
Una alegría radiante atraviesa todo el metraje, que nos reserva una perla en el epílogo, en Suiza, que tiene por protagonista nada menos que a Jean-Luc Godard, compañero octogenario de batallas de Varda, a quien la cineasta filmó en un corto de 1961 del que vemos fragmentos.