Los dos claves del éxito contra el cáncer son el diagnóstico precoz y la braquiterapia
El cáncer de próstata es una de las patologías oncológicas que ofrecen un porcentaje de curación más alta si se diagnostican a tiempo. Una prueba tan sencilla como un análisis de sangre basta para alertar de la posible presencia de tumores prostáticos. A partir de ahí, el procedimiento disponible ofrece las máximas garantías. “La radioterapia oncológica ha experimentado una gran evolución en los últimos años gracias al uso de equipos cada vez más avanzados que preservan los tejidos sanos, aumentan su eficacia y permiten un tratamiento más eficaz contra el cáncer”, explica el Dr. Benjamín Guix, director del Institut IMOR, uno de los centros de referencia en esta disciplina. “En el caso de los tumores de próstata, como ocurre en todos los casos de cáncer, el diagnóstico temprano es fundamental para obtener un buen pronóstico e, incluso, tasas de curación superiores al 98%”, añade.
CÓMO DETECTAN EL CÁNCER LOS EXPERTOS
Detectar la posible existencia de un tumor de próstata es relativamente sencillo. Basta con hacerse un análisis de sangre y solicitar que se indique en el resultado el nivel de antígeno prostático específico o PSA. Por regla general, se estima que todos los hombres deberían, a partir de los 50 años, solicitar el test al mismo tiempo que se realiza la analítica de sangre de un chequeo ordinario. Pero, ¿qué ocurre si los resultados son positivos? “En ese caso se realiza una biopsia de la glándula prostática para confirmar el diagnóstico y poder comenzar el tratamiento”, explican desde el Institut Imor.
LA BRAQUITERAPIA, MÁS EFECTIVA Y MENOS INVASIVA
El tratamiento más indicado suele ser la braquiterapia, una técnica que consiste en aplicar la radiación mediante catéteres que se introducen bajo la piel y que permiten atacar el tumor con altas dosis en volúmenes pequeños. “Se trata de un tratamiento –señala el Dr. Guix– que ofrece una alta tasa de eficacia y que no tiene los inconvenientes de la prostatectomía radical, que es la técnica quirúrgica más habitual. Con la braquiterapia se elimina al 100% el riesgo de incontinencia urinaria y prácticamente en el mismo porcentaje el de disfunción eréctil, ya que la precisión de la técnica permite preservar los tejidos sanos y vasculares de la zona”.
En cualquier caso, es importante decir que la braquiterapia está indicada para tratar tumores organoconfinados (sin metástasis), que se realiza con anestesia local y generalmente basta con una única sesión. “Tras ella, el paciente puede reanudar su vida sin sufrir esos efectos adversos y totalmente curado”, sostiene el Dr. Guedea. Hoy en día existen dos modalidades de braquiterapia para el tratamiento de los tumores de próstata, de alta y de baja dosis en función del tumor: “Ambos tipos de braquiterapia permiten preservar y mejorar la calidad de vida del paciente”, resume el Dr. Benjamín Guix.