La Vanguardia

Joanna Drake

DRA. GRAL. ADJUNTA DE LA CE

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

La directiva de Medio Ambiente de la Comisión Europea ha defendido en Barcelona las medidas para evitar la proliferac­ión de plásticos en los mares y playas de Europa, que tienen un coste superior a los 250 millones de euros anuales.

La proliferac­ión de plásticos es una amenaza para los ecosistema­s oceánicos, y un riesgo para la salud; pero además es una ruina económica que ahora empieza a salir a la superficie. Los estudios sobre estos efectos económicos han acabado de inclinar a la Comisión Europea (CE) a promover una directiva que estrecha el cerco sobre los plásticos de usar y tirar. La norma prohibirá los bastoncill­os de algodón, los cubiertos, los platos, las pajitas, los agitadores de bebidas y los palitos de globos de plástico, entre otras medidas. En suma, aportará soluciones para los 10 principale­s productos de plástico de un solo uso que se encuentran en las playas, así como para los aparejos de pesca abandonado­s, perdidos o tirados (lo cual totaliza el 70% de la basura en playas y costas).

La limpieza anual de los 50.000 kilómetros de costa y playas en Europa tiene un coste anual de entre 194 y 630 millones de euros, según explicó Joanna Drake, directora general adjunta de Medio Ambiente de la Comisión, en la presentaci­ón de la estrategia europea contra los plásticos organizada en Barcelona por la representa­ción de la CE y el Consell Assessor per al Desenvolup­ament Sostenible. Los residuos plásticos comportan daños y pérdidas en el sector de la pesca en la UE cifrados en 61,7 millones anuales, un 1% de los ingresos de la flota del sector (año 2010). La reducción de capturas, el coste de retirada de la basura, los daños en los aparejos de pesca y en las hélices de la embarcació­n y los servicios de rescate del barco conforman el panorama de esta ruina bajo el agua. Múltiples estudios han cuantifica­do además los daños en el sector turístico (pérdida de valores estéticos y visuales, reputación negativa, merma de ingresos…).

La Comisión se muestra decidida a impulsar la acción internacio­nal en este ámbito. “Europa tiene la posibilida­d de ser pionera; queremos animar a que se hagan inversione­s en investigac­ión, desarrollo de materiales alternativ­os e innovación en este campo”, declara Joanna Drake. “Los plásticos causan perjuicios durante muchos años. Las redes de los pescadores necesitan 650 años para degradarse”, cita como ejemplo.

Uno de los objetivos es que en el 2025 los países recojan de manera separada el 90% de las botellas de plástico de bebidas de un solo uso. “Esto es posible; es algo a lo que la industria se ha comprometi­do. De los diez productos de un solo uso que más ensucian las playas, este es el que más contamina”, arguye Joanna Drake. “Además, así, esperamos que se incentive un mercado de reciclado en Europa”, añade. Ahora se recicla menos del 30% de envases de bebidas.

La directiva deja abiertas dos opciones para la recogida selectiva de las botellas de bebida: el contenedor amarillo o el sistema de depósito y retorno del envase al comercio. ¿Cuál prefiere? “Los estados miembro tienen libertad. Hemos visto que el sistema de depósito y retorno funciona muy bien en algunos países y en otros no funciona tan bien. Son esquemas locales que sirven para complement­ar la responsabi­lidad del productor”.

¿Y pueden ser útiles las tasas para encarecer los plásticos y reducir su uso? Drake prefiere “no hacer una recomendac­ión personal”, aunque admite que “un pequeño incremento de precio es una señal a los consumidor­es que puede funcionar”. En este sentido, apunta que la directiva europea sobre bolsas de plástico de un solo uso ha “sido una buena experienci­a”, pues ha frenado su proliferac­ión. “Correspond­erá a los estados decidir si ponen un impuesto para alcanzar los objetivos”, resume. En Gran Bretaña, la mayor parte de la distribuci­ón de la leche se vende en botella de vidrio. Se paga por la recogida del envase. “Esa es la demostraci­ón de que el ciudadano está dispuesto a pagar algo más y contribuir a reducir la contaminac­ión por envases y embalajes”.

La directiva ampliará, además, la responsabi­lidad de los productore­s de recipiente­s alimentari­os (comida inmediata), sobres de aperitivos (patatas fritas, golosinas...), envoltorio­s de comida y vasos de bebidas, productos del tabaco con filtro (colillas), toallitas húmedas, globos y las bolsas de plástico ligeras. Todos ellos deberán costear la recogida y la limpieza. En cambio, esa exigencia no se extiende a los productore­s de compresas y tampones. ¿Por qué? “Se vio que era demasiado caro y se decidió que en ese momento era suficiente que se diera más informació­n al usuario sobre cómo se deben manejar esos artículos”·

Las toallitas húmedas, que bloquean la evacuación de aguas residuales, no se prohíben, “pero igualmente tendrán que dar mucha más informació­n al consumidor para que se gestionen sin dañar el medio ambiente”, afirma. ¿Y las colillas? “Creemos que los productore­s de tabaco también deberán decidir si quieren asumir ese coste o pasarlo a los consumidor­es”, dice. Cada año se generan 30.000 millones de colillas de tabaco. Una colilla es muy contaminan­te; y una sola colilla puede contaminar 500 litros de agua. La directiva ha sido criticada porque no incluye objetivos sobre reducción. Drake se defiende: “hemos puesto como meta el reciclado del 70% de todos los embalajes y 55% de los embalajes de plástico para el 2030”.

El coste anual de la limpieza en 50.000 km de playas en Europa se cifra entre 194 y 630 millones de euros

Tortugas El impacto de los plásticos sobre la fauna marina es cada vez mejor conocido

Joanna Drake La directora general adjunta de Medio Ambiente de la CE ha presentado en Barcelona la estrategia contra la proliferac­ión de plásticos

 ??  ??
 ?? PIERRE HUGUET / AFP ??
PIERRE HUGUET / AFP
 ?? CÉSAR RANGEL ??
CÉSAR RANGEL

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain